Los últimos días de septiembre y los primeros de octubre son característicos por la llegada de gente joven a Salamanca para estudiar en ambas universidades y el establecimiento del primer contacto con los compañeros de clase y residencia. Desde hace unos años, las novatadas han estado perseguidas tanto por las autoridades locales como por las propias instituciones académicas con el fin de evitar las vejaciones a alumnos de nuevo curso.
Este año, en medio de una pandemia mundial y con el número de personas afectadas por ello ascendiendo diariamente en Salamanca, se ha advertido de forma más reiterada aún sobre su prohibición con el fin de evitar aglomeraciones.
A pesar de todas las advertencias, se puede observar como varios grupos de jóvenes las practican. Eso sí, sin los cantes típicos que ponían banda sonora a la ciudad en estas fechas alardeando sus estudios o residencias y, usando, de forma general, la mascarilla obligatoria.
Desde varias delegaciones de alumnos de la USAL con las que SALAMANCA24HORAS ha tenido contacto, se recuerda que “se cooperará con la policía ya que puede ser un foco de contagio el cual todos queremos evitar”. Y, ante el “miedo” que pueden sentir los alumnos al no poder establecer los primeros contactos, la Delegación de Estudiantes de Derecho propone alternativas como apuntarse a los grupos de debate, a las actividades culturales, grupos de teatro, unidades científicas e incluso a la Tuna Universitaria, donde el alumnos puede “conocer gente, crear grupos de amigos, recrearse y hacer que su paso por la Universidad haya sido productivo”.
Según indican, desde su posición, “se está intentando crear consciencia, insistir y al fin y al cabo darles a conocer los resultados que puede tener la práctica de actividades no permitidas”.
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