La Universidad de Salamanca redescubre desde este martes el Cielo de Salamanca, pintura clave en la iconografía del Estudio atribuida a Fernando Gallego, mediante una exposición, inaugurada hoy por el rector, Juan Manuel Corchado, que explora el formato cómic mediante el uso, como herramienta, de la inteligencia artificial. Podrá visitarse hasta el 10 de noviembre en la sala de exposiciones del Patio de las Escuelas Menores y, antes de esa fecha, verá la luz sobre el papel a cargo de Ediciones Usal.
La muestra surge vinculada al proyecto ‘Explorando el Cielo de Salamanca en viñetas accesibles’, concedido en la convocatoria 2023-2024 del programa Objetivo Campus Sostenible de la Universidad de Salamanca. Ha sido desarrollada por Eduardo Azofra, María Sáez y María González con la colaboración del artista Miguel Sobrino González en la realización de las acuarelas que ilustran el inicio de cada capítulo. La producción corrió a cargo del Servicio de Actividades Culturales de la Universidad de Salamanca.
Según explicó el rector, en declaraciones recogidas por Ical en las Escuelas Menores, “el talento humano y el talento que generan las máquinas” confluye en este proyecto, enmarcado en las nuevas propuestas del equipo rectoral para un curso que hoy arranca su fase lectiva. “La base de lo que haremos está aquí: impulsar algo moderno, como esto, a través de nuestra larga tradición”, resumió el mandatario académico sobre una muestra que hace alusión a “una de las obras artísticas más significativas” de la Universidad: el Cielo de Salamanca.
“El lugar escogido no es casual. Estamos a pocos pasos de la obra original, que permanece aquí desde la década de los 50 que fue trasladada tras haberse ubicado sobre la Biblioteca de las Escuelas Mayores”, reflexionó Corchado, ahondando en que la muestra es “la primera de estas características”, en alusión a la herramienta utilizada para este fin. “La Usal no puede quedarse atrás en tecnologías como esta, tenemos talento suficiente. Esta muestra recuerda el largo pasado de la institución, pero también avanza su futuro a través de las herramientas tecnológicas”, resumió.
Tecnología y rigor
Uno de los comisarios, Eduardo Azofra, fue el encargado de ofrecer los detalles sobre el proceso y explicó su intención de “acercar a todo tipo de público una de sus señas de identidad más notables de la Usal”, mediante ocho capítulos con “rigurosos y documentados” textos basados en los estudios realizados hasta ahora sobre la obra en cuestión.
En esencia, la intención es, según prosiguió, acercar las vicisitudes que tuvieron lugar a todo tipo de público sin renunciar al rigor histórico de los acontecimientos y de los personajes. Para ello, además de las palabras que acompañan a las viñetas, se incluye un texto al comienzo de cada uno de los ocho capítulo, donde aparecen los datos, los rasgos más significativos que se van a referir en las siguientes ilustraciones, narrados con “sencillez y precisión”, explicando los tecnicismos ineludibles y sirviendo como contexto del episodio.
Sobre el uso de la inteligencia artificial, Azofra reconoció que pudo ser una “apuesta arriesgada” que, “tal vez llega demasiado pronto”, pero matizó que sirvió, en cualquier caso, para abordar el producto tal cual se ofrece en su acabado, desvelado hoy, y en los plazos requeridos para su financiación. El formato papel, explicó, constará de 212 viñetas a lo largo de 135 páginas, “datos que nada dicen de las horas de trabajo invertidas, las sensaciones y las emociones provocadas”, todo ello con el objetivo de “hacer visible lo que hasta ahora solo se había imaginado”.