La Universidad Pontificia de Salamanca ha inaugurado en la mañana de este jueves la nueva Capilla de la Facultad de Comunicación con la bendición y dedicación del Altar. La nueva instalación ha sido diseñada por el arquitecto Pablo Guillén Llanos, responsable también del diseño de la Capilla de la Sede central.
En la mañana de este jueves la Universidad Pontificia de Salamanca ha inaugurado la nueva Capilla de la Facultad de Comunicación, ubicada en el Campus Champagnat. En una ceremonia en la que han participado el Rector, Santiago García-Jalón de la Lama, los vicerrectores, la secretaria general, el gerente, el equipo decanal de la Facultad de Comunicación y varios miembros de la comunidad universitaria, así como el propio arquitecto.
El Rector de la UPSA, Santiago García Jalón de la Lama, ha recordado el carácter católico de la Universidad y, por tanto, la responsabilidad de “acercar y posibilitar a estudiantes, profesores y trabajadores el encuentro con el Señor; un encuentro que se produce con el ejercicio de la docencia y la investigación, en primer lugar, buscando y transmitiendo la verdad, especialmente en una Facultad de Comunicación, pero también, dando la oportunidad de participar en la vida de la Iglesia, en la liturgia de la Iglesia, en todas las actividades que promueva la Capellanía de la Universidad”.
Por último, el Rector ha destacado que esta nueva Capilla evidenciará la presencia del Señor, “hará que sea evidente, que sea patente que nos acompaña en el desempeño de nuestras tareas cotidianas y eso se hace visible con la presencia eucarística”.
Anotaciones técnico-arquitectónicas de Pablo Guillén Llanos
La obra que este jueves se presenta es, en palabras de su arquitecto Pablo Guillén Llanos, “el resultado de la búsqueda de la belleza”. Así, ha explicado que se trata de una intervención sencilla, de estilo moderno, acorde con el edificio donde se ubica. Por este motivo, “la capilla se concibe como un espacio abierto, que deja patente su existencia para los usuarios de la Facultad y de todo aquel que acceda a la misma”, ha relatado.
El espacio de la sala se resuelve con dos paredes de vidrio prensado, que forman distintos pliegues para orientar la mirada hacia el altar. Estos vidrios deforman las imágenes y difuminan los reflejos de oro que se vierten desde el retablo, consiguiendo con ello un espacio casi mágico.
En cuanto al retablo, es una pared entera de pan de oro de la que emerge la Cruz. En el centro del mismo se ubica el sagrario, obra del reconocido arquitecto Heliodoro Dols.
La idea principal de este espacio, y la más complicada en estos encargos, ha confesado Guillén Llanos, “es conseguir un espacio de recogimiento que invite al usuario a rezar”. Por ello, el arquitecto y autor de la Capilla ha concluido que “toda decisión tomada para esta obra gira alrededor de este fin”.