Con motivo del Día Mundial del Medioambiente, que se celebra este 5 de junio, la Universidad de Salamanca ha presentado su nueva campaña de reciclaje y sostenibilidad. Con el nombre de ‘Reconecta la USAL’, pretender dar una segunda vida o salvar los componentes más valiosos de los aparatos tecnológicos y electrónicos, que se han convertido en uno de los residuos más producidos hoy en día.
La iniciativa del Estudio salmantino parte de la Clínica Jurídica de Acción Social y cuenta con el apoyo del Vicerrectorado de Estudiantes y Sostenibilidad (a través de la Oficina Verde).
En total, se pondrán 28 ‘contenedores’ donde depositar estos aparatos electrónicos (desde tablets hasta ordenadores pasando por cámaras de fotos, entre otros) en 25 centros de los campus de la USAL en Salamanca y Villamayor, ya sean facultades o grandes edificios como el Rectorado. Eso sí, según ha afirmado la vicerrectora de Sostenibilidad, Celia Aramburu, el objetivo es extender la campaña a los campus de Zamora, Ávila y Béjar.
En total, ‘Reconecta la USAL’ se prolongará hasta junio de 2022, y los beneficios que se consigan se destinarán a una asociación para que los reinvierta en iniciativas que mejoren la vida de los vecinos.
De hecho, eso es lo que se ha hecho con la iniciativa ‘Destapona la USAL’, que ha finalizado hace unas semanas y cuyos beneficios se han destinado a la Asociación de Vecinos de Huerta Otea, que los invertirá en diversas acciones para fomentar las visitas al Parque Botánico de dicho barrio, tanto para jóvenes como para más mayores.
La cooperativa encargada de reciclar los aparatos tecnológicos será Porsiete, ya que además este gesto servirá para fomentar la economía circular. Una de las socias fundadoras de la compañía, Pilar Rodríguez, agradeció a la USAL que plantee a su comunidad que apueste por el reciclaje y la reutilización de unos residuos “que son de los que más contaminan”.
Además, señaló que su cooperativa está autorizada por la Junta como gestora de residuos de aparatos electrónicos y eléctricos y que están calificados como “preparadores para la reutilización”.
Igualmente, como parte la economía circular que pretender fomentar la USAL, no sólo se reciclarán los aparatos, sino que también se crearán puestos de trabajo para personas con discapacidad, teniendo así un componente social añadido.
De hecho, una de las estudiantes que forman parte de la Clínica Jurídica de Acción Social, Carmen Rodríguez, ha destacado que esta iniciativa es una de las “mejores medidas” que puede tomar la comunidad universitaria ya que es una apuesta decidida por el consumo responsable y por el medioambiente.
Asimismo, ha recordado que muchas veces los estudiantes -y los miembros del PDI y PAS- no saben dónde se reciclan estos aparatos tecnológicos que abundan en nuestras casas y que muchas veces se dejan de utilizar con el paso de los años y con la adquisición de nuevos elementos.
Unos beneficios derivados de la venta de los aparatos reacondicionados o de sus elementos
Los beneficios que se destinarán a la asociación que se elija vienen de la venta de los aparatos electrónicos una vez reacondicionados en el mercado de segunda mano “cumpliendo todas las garantías”, o si no se pueden recuperar, vendiendo los componentes que puedan tener una segunda vida, tal y como detalló Pilar Rodríguez, de Porsiete.
Todo ello fue bien valorado por Celia Aramburu, quien reiteró que este tipo de proyectos son “un claro ejemplo de sostenibilidad” por los que apuesta la USAL, ya que además se enmarca en la colaboración con la sociedad, la transferencia de conocimiento, la economía circular, el desarrollo sostenible y la Agenda 2030.
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