Investigadores de la USAL descubren que las células obtenidas de la médula ósea de animales sanos regulan la inflamación en el cerebro

El trabajo del Laboratorio de Plasticidad Neuronal y Neurorreparación demuestra que aplicar este procedimiento puede ser útil en intervenciones quirúrgicas del cerebro

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Cerebro. Foto DICYT
Cerebro. Foto DICYT

Un equipo de investigadores del Instituto de Neurociencias de Castilla y León (INCYL), centro de investigación de la Universidad de Salamanca (USAL), ha dado un paso significativo en el tratamiento de la inflamación cerebral causada por intervenciones quirúrgicas. En un estudio publicado en la revista 'Journal of Neuroinflammation', los científicos han demostrado que las células mieloides inmaduras, obtenidas de la médula ósea de animales sanos, pueden reducir significativamente la respuesta inflamatoria en el cerebro.

Un hallazgo inesperado

Los investigadores, liderados por David Díaz, centraron su estudio en un modelo animal de una enfermedad neurodegenerativa que afecta al cerebelo. Al inyectar células mieloides inmaduras en estos animales, observaron que, aunque no se evitaba la muerte neuronal, sí se reducía significativamente la inflamación causada por la propia intervención quirúrgica.

Este resultado inesperado sugiere que estas células tienen un potente efecto antiinflamatorio y podrían utilizarse para minimizar los daños colaterales asociados a diversas cirugías cerebrales, como la extirpación de tumores o la implantación de electrodos.

Un futuro prometedor para la medicina regenerativa

La capacidad de obtener estas células de la médula ósea del propio paciente abre la puerta a nuevas terapias regenerativas, evitando así problemas de rechazo. Los investigadores del INCYL están ahora trabajando en la optimización de esta técnica y en su aplicación a otros modelos animales y enfermedades.

"Este hallazgo representa un avance significativo en nuestro entendimiento de los mecanismos inflamatorios en el cerebro y nos brinda una nueva herramienta para el desarrollo de tratamientos más eficaces y menos invasivos", afirma David Díaz.

Colaboración y próximos pasos

Este estudio ha sido posible gracias a la colaboración con un equipo de investigadores del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, que también está explorando el uso de estas células en el tratamiento de la esclerosis múltiple.

Los próximos pasos incluyen ensayos clínicos en humanos para evaluar la seguridad y eficacia de esta terapia en pacientes con diferentes afecciones neurológicas. Los investigadores son optimistas y confían en que esta nueva estrategia pueda mejorar significativamente la calidad de vida de muchos pacientes.

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