La investigadora de la Universidad de Salamanca Cristina Viéitez Manrique, del Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBFG), ha puesto en marcha el proyecto ‘Cracking the Post-Translational Modification Crosstalk Code in S. cerevisiae’, para liderar un proyecto pionero en el campo de la biología molecular. Con 1,5 millones de euros de financiación, Viéitez y su equipo se adentrarán en el complejo mundo de la comunicación entre proteínas, con el objetivo de desentrañar el "lenguaje secreto" que utilizan estas moléculas fundamentales para la vida, con el proyecto 'Starting Grants', otorgado por el Consejo Europeo de Investigación (ERC, por sus siglas en inglés),
El proyecto, denominado PTMtalk, se centrará en la levadura que se emplea en la fermentación del pan, el vino y la cerveza, un organismo modelo que permite estudiar procesos biológicos básicos conservados en organismos más complejos, como el ser humano. Gracias a avanzadas técnicas de biología molecular y genética, los investigadores salmantinos podrán analizar a gran escala cómo las modificaciones químicas en las proteínas afectan a su función y a las interacciones entre ellas.
"Este proyecto tiene el potencial de revolucionar nuestra comprensión de cómo funcionan las células y de cómo se originan enfermedades como el cáncer o el alzhéimer", afirma Viéitez. "Al descifrar el código de comunicación entre proteínas, podremos identificar nuevas dianas terapéuticas y desarrollar tratamientos más efectivos".
La investigadora de la USAL destaca la importancia de contar con un equipo altamente cualificado y con las infraestructuras necesarias para llevar a cabo este ambicioso proyecto. "El IBFG es un centro de referencia en investigación biomédica, y cuenta con los recursos y el talento necesarios para abordar este desafío", asegura.
Con este nuevo proyecto, Salamanca se posiciona a la vanguardia de la investigación internacional en biología molecular, consolidando su liderazgo en este campo y atrayendo a jóvenes talentos de todo el mundo.
Viéitez, nacida en El Bierzo (León), ha pasado por laboratorios de Suecia, Alemania y Suiza, pero regresó a su país gracias a una de las prestigiosas ayudas Ramón y Cajal en 2023 para formar su propio grupo de investigación en el IBFG. “Una de las cosas que más me atrajo es que este centro está apostando por la incorporación de grupos que estudian biología de sistemas, para analizar los procesos de una forma más global”, comenta. Ahora, gracias al nuevo proyecto espera incrementar su equipo. “Podemos atraer a Salamanca a investigadores internacionales”, destaca.