- ¿Por qué decides dar el paso?
- “He dedicado durante 40 años tiempo a la USAL pero también he tenido actividad como profesor en Estados Unidos. También he sido estudiante en Alemania y luego me he incorporado al Max Plan Institute con una Escuela magnífica. Esto me ha hecho tener una gran experiencia como alumno, como PAS en la Complutense, y además soy médico y antropólogo. Y los antropólogos tienen la obligación moral de poner sus conocimientos al servicio de la sociedad. Son mis últimos cinco años de carrera y me siento obligado moralmente por mi experiencia contrastada con la realidad de otras universidades para transformar la Universidad”.
Hay cosas de otras universidades que me gustaría tener en la mía. Propongo un proyecto de transformación cultural que nos lleve a una modernización a través de la transformación digital, un código ético o una gestión que nos ponga en el siglo XXI.
Además, me siento con la fuerza necesaria. He cumplido con creces mi actividad como docente y mi experiencia en otras universidades también en Oceanía, Asia, América o África me hacen sentir que tengo que liderar esta Universidad.
La Universidad tiene que ser crítica, primero con nosotros mismos. A la sociedad hay que convencerles y exigirles que nos traten mejor y pongan los recursos para que la Universidad esté entre las mejores del mundo. Nuestra universidad no está ahí pero tiene el mérito de sobrevivir 800 años.
Hemos pasado con los recortes y la tasa de reposición una situación terrible y ahora nos va a costar mucho tiempo recuperar la estabilidad y poder dar una docencia e investigación de calidad. Y ahora formar un buen profesor tiene un periodo de diez años. Todo eso con mi experiencia me hacen decir que tengo la obligación de presentar un proyecto que pueda entusiasmar a la comunidad universitaria. Podemos transformar la sociedad”.
- ¿Es la candidatura tapada?
“Es no continuista. Las otras tres candidaturas llevan a algún vicerrector. La nuestra es una candidatura fresca que busca la cercanía. Por ejemplo, el que haya algún vicerrector alumno o PAS mejoraría las relaciones. Esa es la solución propuesta por los propios estudiantes. Es una candidatura distinta, la llaman también sorpresa.
Es un proyecto muy novedoso. Los anteriores a mí no me satisfacen. Es más de lo mismo. Los estudiantes no tienen información, no hay transparencia. Esto hay que cambiarlo. Quiero un estudiante que se sienta identificado. Todo lo que hagamos no tiene sentido si no produce una mejor formación. No tenemos todavía un código ético y tenemos la obligación de recuperar los valores de la Universidad. Lo novedoso de esta candidatura es que es una transformación que trate de incorporar a la comunidad haciéndola sentirse parte de la Universidad. Tiene que estar en la cresta de la ola porque el conocimiento es cambio constante. Sobrevivirá si es capaz de estar abierta a la sociedad y de escuchar sus demandas.
Somos una candidatura fresca, nueva, transformadora y que trata de ilusionar, recuperar una Universidad que está frustrada, que desperdicia hombres. Esto lo vamos a arreglar”.
- Del 1 al 10, ¿qué nota le pones a la Universidad?
- “Un 6,5. No llegamos al notable. Nos llamamos Campus de Excelencia pero no estamos bien. La sociedad no está tratando bien a la comunidad universitaria y no tenemos recursos, hay mucha gestión con sistemas antiguos, que nos resta tiempo de la docencia e investigación. Eso es lo que propongo transformar. Un sistema de gestión de calidad que nos puede ayudar a ser más eficientes y liberaremos tiempo.
Como alumnos, quiero que entiendan que pueden tener una vida más rica en la que van a tener una actividad que debe hacer sentirse a gusto y quedar en el recuerdo como la etapa dorada”.
- Los estudiantes, ¿qué imagen tienen de la USAL?
- “Sienten que la Universidad es un medio para obtener un crédito profesional, que tenéis que cumplir sin involucrarse y luego retornar a la sociedad para encontrar un trabajo. Pero tienen que entrar a formar parte para transformar. Pido que me digan qué cosas se pueden mejorar a través de un vicerrector alumno.
Tienen otro problema. El Campus de aquí no está conectado con el de Educación, luego hay otros periféricos. No tenemos conocimiento entre nosotros, no tenemos un espacio que permita esa comunicación. Yo quiero sentimiento de comunidad, de pertenencia a un grupo, que es lo más valioso.
Pretendo cambiar haciendo una Ley de Mecenazgo en la que tus impuestos puedan revertir donde tú quieres, para devolver a la comunidad lo que en su momento me dio a mí. La filosofía que propongo es que nos comuniquemos para sentirnos de la Universidad y que colaboremos todos en cambiar la Universidad.
En Inglaterra tienen unos campus en la que los estudiantes están orgullosos. Yo lo envidio y me gustaría que el estudiante que pase por aquí diga que esta fue la mejor etapa de su vida, que no se perdiera el vínculo. Quiero que tengamos ese sentimiento y así será fácil que mejoremos. El PAS no quiero que venga porque tiene que fichar sino por convencimiento.
En Alemania, en la Universidad iban estudiantes con niños a clase. Y aquí nadie ha hecho la guardería. Ahora comer en la Universidad es caro porque hemos externalizados servicios. Las prácticas en el extranjero tenemos que facilitarlas y luego construir una residencia de ancianos. Quiero que nos comparemos con todas las universidades y cojamos lo mejor de cada una”.
- ¿Son necesarias más prácticas?
- “Hay prácticas dentro de la Universidad que son muy pobres porque no tenemos recursos. Quiero poner al día a la Universidad y eso es inversión. He hablado con el consejero, con el ministro de Educación para arreglarlo. Pretendo que las prácticas formen bien y para eso hay que ponerles los medios a los alumnos. Hay que mejorar dentro de aquí primero, y tenemos el dinero. Tenemos que satisfacer las necesidades de la comunidad.
Segundo, yo en mi carrera como estudiante fui contratado como bibliotecario y eso me daba una satisfacción personal y una libertad. Y luego me iba a la vendimia, o a un taller o como líder de guía turístico fuera de España. Eso daba satisfacción de que se devolvía a mis padres la inversión que habían hecho en mí. Eso es lo que quiero para los estudiantes. Quiero hacer una Oficina en la Universidad que busque prácticas en diferentes partes del mundo y dar la movilidad, ganar en experiencia personal”.
- Entonces, la internacionalización se convierte en muy importante
- “Es fundamental. El VIII Centenario es una magnífica oportunidad para conectarse con otras universidades. Eso nos permitirá poner a los estudiantes en contacto con becas predoctorales y postdoctorales para que la formación esté en las mejores universidades del mundo”.
- ¿Puede ser la USAL el baluarte del tejido económico de la sociedad?
- “Battaner tuvo el mérito de la creación del Parque Científico pero desde el punto de vista industrial es la oportunidad de canalizar la primera experiencia profesional de los estudiantes. A nivel de docencia, tenemos que estar muy atentos a que los colegios profesionales ayuden a distribuir toda la actividad práctica fuera de Salamanca. Hemos puesto una vicerrectora para que dinamice esa actividad del VIII Centenario, que tiene que conectar. Hay que traer a los mejores para tener la mejor formación. Hay que ser una Universidad universal”.
- ¿En qué momento está la Universidad?
- “Hemos tenido una edad de oro. La USAL ha sido pionera en muchos asuntos. En Medicina, fue la primera que se dio cuenta de la importancia de la disección de cadáveres para conocer mejor la anatomía, por ejemplo. Hubo gente pionera en lo suyo. Cervantes fue alumno de la USAL durante dos años y absorbió el saber de aquí. Pretendo que en el futuro pase por aquí otro Cervantes. El VIII Centenario nos puede ayudar para construir una nueva edad de oro. Hay cosas que están pendientes”.
- ¿Los Campus de Zamora, Ávila y Béjar están integrados?
- “Vamos a hacer un documento de compromisos porque esos Campus tienen que ser mimados y sentirse integrados. Me he comprometido a que tienen las puertas abiertas y que yo me desplace una vez al mes para que vean que el rector está con ellos.
Además, el sistema de gestión de calidad va a hacer que cada necesidad no tenga que ser pedida sino reconocida y solucionada. Eso no lo tenemos a pesar de llamarnos Campus de Excelencia.
Podemos dinamizarlos. El coste de la vida en Zamora es la mitad de aquí. ¿El español de Zamora es peor que el nuestro? Hay para todos. Hay que hacer marketing y es malísimo. Hay que conocerlos, cuidarlos”.
- Te hace ilusión ser rector en el VIII Centenario?
- “Me hace ilusión el proyecto de transformación. No necesito ser rector para sentirme satisfecho. Me considero que puedo ilusionaros para liderar un proyecto junto con todos los estudiantes. El lema es ‘Con Abati, todos somos rector’ y se pide que ayudes a la Universidad. Me considero capaz, creo que puedo potenciar las relaciones internacionales por mi experiencia. Me siento muy dispuesto y con la capacidad de hacerlo”.
- ¿Serás rector en primera o segunda vuelta?
- “No depende de mí. Yo aceptaré lo que sea. En mi análisis hay mucho voto preconcebido, que se dan sin conocer los programas. Sí tengo esperanzas de la que la comunidad universitaria compare no solo programas sino que mire a los ojos a los candidatos para saber si se es capaz de ejecutarlo”.