La Delegación de Estudiantes de Audiología, Medicina y Odontología de la Universidad de Salamanca se ha unido con la de la Universidad de Valladolid para posicionarse en contra de la creación de nuevas facultades de medicina en otras provincias de Castilla y León.
Después de un amplio debate durante los dos últimos años, la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León dio luz verde a la creación de nuevas facultades de medicina en los campus de las universidades de León y Burgos, a cambio, eso sí, de la posibilidad de crear la facultad de farmacia en Valladolid y la de veterinaria en Salamanca.
Después de casi medio año desde ese anuncio, las delegaciones estudiantiles de medicina de Valladolid y Salamanca han mostrado, a través de un comunicado de prensa y estando “respaldados por nuestros respectivos equipos decanales”, su oposición a la apertura de estas nuevas facultades.
Muestran su “firme rechazo a esta medida” porque la consideran “innecesaria” y “perjudicial” para la calidad de la formación médica de todo el sistema sanitario de Castilla y León.
Así, entre los seis puntos de “argumentos en contra de esta decisión”, detallan el problema de la falta de recursos y profesorado especializado, con “una infraestructura adecuada para garantizar una formación de calidad”, y que conllevará un descenso en la calidad de la enseñanza si no hay “un incremento proporcional de recursos”. En ese sentido, aseguran que las facultades tienen ahora mismo serios problemas en la contratación de personal docente, “problema que se hará más notorio cuando se produzca en los próximos años la jubilación de nuestro actual profesorado”.
Sobre escasez, también hablan de falta de plazas prácticas en hospitales, y apuntan a que la creación de nuevas facultades no va a solucionar la falta de médicos en Castilla y León: “Pese a la insistencia de la falta de médicos en nuestra Comunidad Autónoma, hay plazas MIR que quedan vacías. Esto en parte se debe a las condiciones laborales y salariales que llevan a muchos profesionales a emigrar a otras regiones o países (en 2023-2024 quedaron 47 plazas MIR de Medicina Familiar y Comunitaria)”.
Por otro lado, critican la situación por el “riesgo de mercantilización de la educación médica” y apuntan a la posibilidad de priorizar “intereses económicos sobre la calidad académica y asistencial”.
Por último, también señalan el desajuste que existirá entre la oferta y la demanda de plazas MIR, que “generará un excedente de graduados sin posibilidad de especialización”.
Con esas reivindicaciones instan a la Junta de Castilla y León y al Ministerio de Sanidad a replantar la creación de nuevas facultades de medicina en otras provincias de la comunidad y que, en cambio, apuesten por políticas que realmente “mejoren la docencia en las facultades en las que el grado en medicina ya está instaurado, apostando por el principio de que no siempre un aumento de cantidad va acompañado del mismo aumento en calidad. Es imprescindible reforzar las condiciones laborales de los médicos, incrementar las plazas MIR y garantizar que la enseñanza de la medicina siga siendo un pilar de excelencia en nuestra comunidad”.
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