'En respuesta para garantizar mis derechos'. Así se llama el informe elaborado por el rector de la Universidad de Salamanca, Juan Manuel Corchado, para defenderse de las conclusiones del Comité Español de Ética que lo acusan de haber infringido buenas prácticas científicas. A lo largo de cincuenta y cinco páginas, el director del grupo de investigación BISITE expone la "estrategia de difamación" y "las consecuencias personales" que ha sufrido, entre otras cuestiones.
El 17 de mayo 2024, Corchado tuvo conocimiento "oficial" de que el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades había encargado un informe sobre su producción científica. Dicho texto se emitió casi un mes después, el 11 de junio, con una información de referencia que contenía "datos erróneos", como que el rector "había sido autor de 603 artículos solo en el año 2009". "En él, también se presenta como alarmante un porcentaje de autocitas de algo menos del 22%", una cifra "similar -aunque inferior- al que incorporan los autores del estudio encargado por el CEEI. Más concretamente, un 23,8%. Es curioso que reflejen en sus trabajos los mismos patrones de citaciones", añade.
El informe encargado por el CEEI se realizó, además, "sobre bases de datos bibliométricamente imprecisas" y autocitas en Google Scholar, repositorio "de poca fiabilidad por sus mecanismos de captación de información" en el que aparecen "perfiles falsos no creados" con el alias de Juan M. Corchado. "Incluye numerosos artículos de los que no soy autor y otros en los que aparezco como autor y en los que no he participado. Gracias a la intervención de la Policía Nacional, se ha logrado eliminar mi nombre de 25 textos indexados", señala.
A los datos erróneos se suma el hecho de que el CEEI se haya "extralimitado en sus funciones" al "iniciar una investigación autónoma" sobre la actividad científica del rector. "Ha actuado de facto como un órgano instructor, cuando se trata realmente de un órgano de carácter consultivo". Según lamenta el científico, el comité encargó un informe bibliométrico sobre su actividad a investigadores de la Universidad de Granada y, posteriormente, otro a la Universidad de Salamanca. "Una vez que el mismo no responde a sus propias convicciones, permiten hacer público el primero de ellos".
Al final del informe, Corchado reitera que ninguna de las actuaciones que se le atribuyen "puede considerarse delictiva" y que los intentos de desprestigio no afectarán a su labor como rector. "Estoy comprometido a hacer de nuestra actividad una institución aún más grande, impulsando grandes proyectos que reflejen la excelencia y la tradición que ya poseemos. La USAL merece ambición y futuro. La tradición ya la tenemos", defiende.
Amenazas de muerte
"La campaña de difamación" que denuncia el rector ha tenido "consecuencias personales" para él. "He denunciado personalmente diversos hechos delictivos en varias ocasiones", como la ya citada suplantación de su identidad en artículos científicos o amenazas recibidas contra su "integridad física" recibidas a través de su correo personal y vinculadas a su candidatura a dirigir la Universidad de Salamanca. "Enviadas desde cuentas anónimas, contenían mensajes que instaban a acabar con mi vida", critica.
Corchado espera que "los responsables pague por el daño" que le están causando y extiende las consecuencias de la "campaña de difamación" al grupo de investigación de la Universidad de Salamanca: "En ningún momento ha tenido en cuenta las singularidades de BISITE, el cual dirijo, a la hora de valorar sus publicaciones científicas y su actividad de divulgación".
"No voy a dimitir"
Juan Manuel Corchado ya abordó las conclusiones del informe del CEEI en la rueda de prensa convocada de urgencia el pasado 26 de septiembre. Fue entonces cuando denunció que había sido víctima de una "campaña de desprestigio" y de que no iba a dimitir. “Esos intereses de naturaleza política o venganzas personales” provienen de gente “a la que le importa poco el valor de la ciencia. Ninguna de las actuaciones que se me atribuyen pueden considerarse delictivas”, señaló.