Este miércoles, 19 de mayo, ha podido ser un día más en la vida de casi todos los salmantinos. Pero no en la de José Manuel Riesco Santos, catedrático de Anatomía de la Universidad de Salamanca y que, 46 años después de la primera, ha impartido su última lección en las aulas del Estudio salmantino.
Después de casi 50 años de relación laboral con la USAL -49, para ser exactos-, el profesor abandonará su dedicación lectiva al jubilarse. Pero antes ha querido dar no sólo la última clase, sino la última lección a los que serán sus últimos alumnos, si bien por sus aulas han pasado decenas y decenas de médicos y profesionales sanitarios.
Esta última clase la ha impartido con el mismo entusiasmo y dedicación con la que dio la primera, como él mismo ha reconocido. Y es que durante toda su carrera no sólo ha enseñado sobre la materia y doctrina que ocupaba, sino que también ha potenciado la parte humanística de sus estudiantes, ya que él así entendía la Universidad.
De hecho, en su última lección, además de finalizar la parte anatómica de la enseñanza, ha instruido en tres valores que considera fundamentales en el desarrollo de una persona, tanto profesional como fundamental: ilusión, esfuerzo y honradez.
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