El Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL), que cuenta con unapotente área de neurociencias que se ocupa de estudiar algunos de los problemasde salud más relevantes para la sociedad actual, está obteniendo resultados positivos de la mano del grupo de Neurobiología Molecular, encargado de investigar aspectos relacionados con el ictus y el alzhéimer.
Encabezado por Ángeles Almeida Parra, su trabajo está basado en elestudio de biomarcadores, sustancias que se pueden ofrecer mucha información decara al diagnóstico, tratamiento y pronóstico de las enfermedades.
“Cuando se produce un daño cerebral agudo, como un ictus, o una enfermedadneurodegenerativa lenta y crónica, como el alzhéimer, tiene lugar una muerteneuronal y nosotros estamos centrados en el estudio de los mecanismos que laprovocan, es decir, intentamos descifrar por qué se mueren las neuronas”,explica Ángeles Almeida, que trabaja en el Instituto de Biología Funcional yGenómica (IBFG, centro mixto de la Universidad de Salamanca y el CSIC) y ademáses subdirectora científica del IBSAL, en unas declaraciones recogidas en la web de Dcyt.
“Lo importante es el balance que haya entre el daño que produce la muerteneuronal en el cerebro y la activación de los mecanismos de respuesta pararepararlo. De ese balance dependerá el pronóstico funcional del paciente. Poreso, nuestro trabajo se centra en ver cómo disminuir el daño y potenciar losmecanismos de respuesta”, comenta. Esta información se puede aplicar paratrabajar en la recuperación de los pacientes de ictus o en la ralentización delalzhéimer.
Este equipo trabaja tanto con cultivos de neuronas como con modelos animalesexperimentales en busca de los biomarcadores, moléculas que, en este caso,tienen una función relevante en la muerte neuronal. “El siguiente paso es versi realmente esas moléculas tienen un impacto en la enfermedad en el humano. Sinosotros sabemos cuál va a ser la progresión de esas enfermedades con losbiomarcadores, se pueden realizar medicinas, tratamientos personalizados, paraque los pacientes tengan una mayor recuperación”, afirma la experta.
Patente y proyecto europeo
Uno de los resultados más relevantes hasta ahora ha sido la identificación deuna mutación en la proteína p53, que es clave en la muerte neuronal. “Hemosvisto que esa mutación determina el pronóstico de los pacientes. Este resultadose ha transferido a una patente que actualmente se encuentra en licencia en unaempresa española”, destaca.
Gracias a la relevancia de sus investigaciones, este laboratorio deNeurobiología Molecular del IBSAL pertenece a un consorcio europeo que sededica al estudio de la detección precoz del alzhéimer, el proyecto PANA.“Tratamos de identificar nuevos biomarcadores que permitan detectar elalzhéimer cuanto antes”, comenta Almeida. Apoyándose en el uso denanotecnología, el objetivo es poder realizar diagnósticos tempranos, lo quepodría repercutir en mejores tratamientos y en la posibilidad de evitar unarápida progresión de la enfermedad.
Hemorragia cerebral
Por otra parte, este grupo de investigación del IBSAL ha obtenido otroresultado relevante para un tipo de ictus, la hemorragia cerebral. “Es menosfrecuente que los ictus denominados isquémicos, pero es grave porque lasconsecuencias que tiene pueden llegar a ser muy severas”, apunta CristinaRodríguez, investigadora del equipo.
Dentro de la hemorragia cerebral, algunos pacientes evolucionan mejor que otrosaunque tengan el mismo daño y el motivo tiene que ver con su genética. “Hemosencontrado un marcador genético, una mutación puntual que se produce en partede la población y que está relacionada con un mayor daño cerebral y una peorrecuperación. Esto significa que los pacientes que la tienen requieren mayorrehabilitación para poder recuperarse”, afirma.
Microcefalia
Al margen de los estudios de biomarcadores para ictus y alzhéimer, otra de laslíneas en las que trabaja este grupo de investigación es el estudio de lostrastornos del desarrollo del sistema nervioso. En concreto, han obtenido unimportante resultado en microcefalia, es decir, una disminución del tamaño delcerebro que está asociada a discapacidad intelectual. “Identificamos unamutación en la proteína CDH1 como causa primaria de la microcefalia.Actualmente, diferentes hospitales de Europa han contactado con nosotros paradeterminar si microcefalias cuyo origen genético no se conocía están relacionadascon esta mutación”, explica Almeida.
De hecho, las colaboraciones internacionales son parte del día a día paraeste equipo del IBSAL, que recibe habitualmente investigadores extranjeros. “Megustaría desarrollar mi carrera profesional en el ámbito de la cienciasbiomédicas y por eso me he sumado al laboratorio de Ángeles Almeida”, aseguraLara Schramke, que procede de la Universidad de Viena. “Aquí podréfamiliarizarme con algunas de las últimas técnicas en Neurobilogía Molecular yconocer mejor su aplicación al estudio de las enfermedades neurodegenerativas”,añade.
Equipo multidisciplinar
“Somos un grupo de investigación multidisciplinar y eso nos aporta una granriqueza”, destaca Almeida. “Por un lado, tenemos investigadores experimentales,desde biólogos hasta farmacéuticos o biotecnólogos. Por otro, también tenemosinvestigadores clínicos, neurólogos y personal de enfermería del HospitalUniversitario de Salamanca”, explica.
De esta forma, este equipo traslada sus resultados a los pacientes. “Es elobjetivo fundamental que buscamos dentro del IBSAL, no podemos quedarnos enresultados experimentales, sino mirar hacia el paciente, mejorar su vida y suentorno”, asegura.
Además, este grupo de investigación pertenece a la red nacional de investigaciónen ictus del Instituto de Salud Carlos III y esto le permite validar losbiomarcadores que identifica en el Hospital Universitario de Salamanca en unnúmero de pacientes mucho mayor a nivel nacional.
Contribuir a la sociedad
Ángeles Almeida y su equipo viven la investigación de forma entusiasta, sobretodo porque consideran que su trabajo repercute en la mejora de la salud de lapoblación y en la calidad de vida de pacientes y familiares. “Me crié en unambiente científico y desde pequeña sabía que me iba a dedicar a la ciencia”,asegura la responsable del grupo.
“Lo de dedicarme al estudio del sistema nervioso fue un poco por accidente, fuedurante mi postdoc en el Instituto de Neurología de Londres. Ahora estoy muysatisfecha por poder contribuir a paliar el desarrollo de estas enfermedadestan devastadoras, como son el ictus y el alzhéimer y mejorar, en lo posible, nosólo la vida de los pacientes sino también de su entorno y de toda la sociedaden general”, añade.