Cuarteto novilleril, se presentaban Diego Bastos, Cid de María, Javier Zulueta y Jesús Yglesias en el coso de tablas de Miróbriga. La tarde continuaba tan desapacible como la mañana, el agua no cesaba en el Carnaval del Toro. La Corte de Honor con mantilla, y los novillos de Montalvo una pintura.
El ‘gato al agua’ se lo llevó Cid de María con Lancero, un novillo de los que permite soñar el toreo y al que se le privó de una vuelta al ruedo de ley. Con una rodilla en tierra y lucidas Verónicas rematadas con una revolera iniciaba su obra Cid de María. Cayó al suelo el picador, reseñable el trabajo de los monosabios de la cuadra de Madrid que socorrieron con rapidez, ayudando a levantar al equino, exponiendo incluso su propio cuerpo.
Gran dimensión dio De María en Ciudad Rodrigo, cabeza frente al astado, entendiendo lo que pedía. Estuvo acertado en los terrenos y mimó a un almibarado Montalvo, 'Lancero' de nombre, con la clase por excelencia para disfrutar el toreo.

Se descalzó el torero con prontitud y brindó a la afición, esa que lo ovacionó en varias ocasiones durante la faena, una variada obra, rica en recursos, donde primó la torería. Se despidió recordando a Manolete y mató de estocada delantera. Dos orejas. Aplausos al novillo y pitos a la presidencia por negar una meritoria vuelta al ruedo.
Larga cambiada y toreo a la verónica con un intento de revolera, así fue la carta de presentación de Bastos, el encargado de abrir la novillada en Ciudad Rodrigo. Buen puyazo del varilarguero a las órdenes del sevillano. Brindó al público un novillo de buenas ideas con el que faltó acople.

Pedía el pupilo de Juan Ignacio distancia y pocas prisas, y Bastos, en rasgo generales no respetó ninguna de las dos cosas, por lo que la faena fue demasiado intermitente, pecando de toques bruscos. Los mejores momentos llegaron hacia el final con la zurda, aunque las ganas no fueron un ‘pero’, pues en la etapa novilleril todo es hambre de triunfo. Caída la estocada. Una oreja.
Otro sevillano, Javier Zulueta actuó en tercer lugar. El buen concepto del joven torero no quedó patente del todo en la arena ante un Montalvo más falto de transmisión que sus hermanos. Hizo amago de rajarse de salida antes de ser picado, aunque no lo acusó durante la faena. Lo condujo acertado Zulueta cambiándolo de terrenos, logrando los mejores pasajes con la diestra, pitón por donde ofreció una mejor versión el Montalvo. Media estocada. Oreja.

En último lugar el debutante con picadores, alumno de la Escuela Taurina de Salamanca, Jesús Yglesias. Quitó por gaoneras rematadas con una media, después de dejar el novillo en la suerte de varas a cargo de Félix Majada, mayoral de la ganadería de Victorino Martín.
Brindó la faena Yglesias a los profesores de la Escuela, José Ignacio Sánchez, José Ramón Martín y Javier Olmedo. Estuvo solvente Yglesias ante un novillo que también careció de transmisión.

Fue obediente a los toques, aunque se aburrió con prontitud, desentendido en los finales. Le puso actitud el charro que sufrió un pequeño revolcón al entrar a matar de una buena estocada, con perfecta colocación. También fue prendido anteriormente cuando toreaba con la zurda. Dos orejas.

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