Los ganaderos de toro de lidia estiman que la demanda de reses para festejos populares y ferias taurinas no equilibrará la oferta de animales hasta el año 2025, pese al ‘boom’ de este último verano, con un incremento solo en Valladolid del 12 por ciento con respecto al último año previo a la pandemia de COVID-19.
Así lo explica el presidente nacional de la Unión de Criadores de Toro de Lidia, Antonio Bañuelos, que aunque reconoce que al aumento de los festejos se une la reducción de la cabaña ganadera, del 3,75 por ciento en las explotaciones de Castilla y León en el último año, en el sector de la ganadería de toro de lidia “todo hay que mirarlo a cuatro años vista”, motivo por el que, pese a la reducción que han acometido las ganaderías, principalmente de vacas madre, la oferta seguirá manteniendo un ‘stock’ durante las dos próximas campañas.
Actualmente, y según datos de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Castilla y León cuenta con 47.189 animales censados en las explotaciones de toro de lidia, entre cabestros, reses de lidia y vacas reproductoras, lo que supone una cifra menor a los 49.028 animales censados en 2021 y un decrecimiento del 5,1 por ciento con respecto al primer año de la pandemia, un 2020 que supuso un duro golpe para el sector al ser, como consecuencia de la pandemia, “el primer año de la historia de la tauromaquia en que no hubo ningún festejo”.
Desde entonces las ganaderías arrastran un ‘stock’ de un producto que, como recuerda Bañuelos, “es perecedero en su edad de lidia y consume todos los días”. Por ello, las reacciones de los ganaderos fueron “muy diferentes” y mientras algunos apostaron por conservar las reses, otros “prefirieron eliminarlas y enviarlas al matadero”, en lo que el presidente de la Unión de Criadores de Toro de Lidia califica como “un momento muy duro para el vaquero, el mayoral y el ganadero”, al ver cómo se iba al traste “el coste y el trabajo de cinco años, no solo de mantenimiento sino de selección genética”.
A ello se unió el cierre total o parcial de la hostelería durante todo el 2020 y parte del año 2021, que impidió también dar salida a la carne e incluso que algunos mataderos, llenos, no recibieran más reses, por lo que el sector del toro de lidia “arrastra una depresión económica que tardará tres o cuatro años en regularizarse”.
Aumento del coste de mantenimiento
Y es que a la situación provocada por la pandemia, se ha unido en los últimos meses, como explica el ganadero, una crisis de precios en la que se unen, por un lado, el aumento de los costes de electricidad, gas, fertilizantes, abonos y materias primas para los piensos, que ha aumentado entre un 45 y un 50 por ciento el mantenimiento del toro bravo desde 2019, pasando de los 5.000 euros de coste del último año prepandémico a los cerca de 7.500 euros actuales.
Por otro lado, el inicio del movimiento del mercado taurino para festejos en 2021 conllevó precios de venta de los animales “muy bajos” dado que los aforos eran reducidos y el sector decidió “repartir las pérdidas entre todos: toreros, banderilleros, empresarios y ganaderos” para colaborar en mantener “la esencia y la continuidad del aficionado de la tauromaquia”.
Ahora, gracias a un verano de festejos con “abonos de venta vendidos en 48 horas y varias jornadas de no hay billetes” en ferias como la de Madrid, el sector del toro de lidia comienza una senda de recuperación que, no obstante, mantiene los precios de la compra de animales para la lidia “bastante por debajo de las cifras de 2016 o 2017”, dado que muchos de los toros “se pasan de la edad” debido a los dos años de mantenimiento sin corridas ni festejos que han tenido que pasar en las explotaciones por la pandemia.
Es por ello por lo que no será hasta 2025 cuando la demanda de reses se equipare a la oferta, por lo que desde el sector reclaman a las administraciones, hasta entonces, “medidas protectoras que controlen los costes de producción”, mientras desarrollan proyectos con los que incentivar el mantenimiento y la recuperación del toro de lidia en conjunción con consejerías como la de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural para “ayudar a financiar la modernización y el alto rendimiento de la dehesa en Castilla y León”.
Salamanca, a la cabeza con tres cuartas partes de las reses
Mientras, en Castilla y León se ha vivido en el último año una ligera reducción, del 2,6 por ciento, de las explotaciones de toro de lidia de Castilla y León, recuperando los niveles previos a la pandemia, al contar la Comunidad con un total de 297 fincas frente a las 305 que llegó a alcanzar durante el año 2021, según el censo de explotaciones de toro de lidia existentes en Castilla y León.
Dicha estadística, elaborada por la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta y consultada por Ical, muestra así como el número de explotaciones apenas supera las 295 existentes en 2019. Un número que creció hasta las 300 en 2020 y llegó a alcanzar las 305 en 2021, pero que volvió a reducirse en este último año.
Se trata, no obstante de una cifra “pequeña, casi insignificante” y que “no es cuantificable porque todos los años surgen nuevas ganaderías y otras se jubilan o simplemente se vacían de vacas nodrizas durante uno o dos años”. Por ello, señalan que “no se puede hablar de una desaparición de explotaciones” dado que, al final, “es el censo de animales lo que importa”.
Un censo en el que Salamanca agrupa casi tres cuartas partes del total de reses de lidia de la Comunidad, con 34.758 de los 47.189 animales existentes, un 73,7 por ciento que se integra en las 197 explotaciones de este tipo ubicadas en territorio salmantino, dos terceras partes de las 297 diseminadas por toda la Comunidad.
Muy alejadas del peso con el que cuenta Salamanca en este sector se encuentran los territorios de Valladolid y Zamora, que superan, con 5.121 y 2.058 respectivamente, los dos millares de reses, además de contar con 34 y 18 explotaciones de este tipo.
También por encima de la decena de fincas de toro de lidia se encuentran Segovia (17) y Ávila (16), que agrupan respectivamente un total de 1.254 y 1.901 cabezas de ganado de este sector. Con un menor peso se colocan Palencia, Burgos y León, que cuentan con ocho, cuatro y dos explotaciones de toro de lidia y 604, 896 y 542 reses, respectivamente. Por último, sin apenas relevancia, se sitúa la única explotación de este tipo existente en Soria, donde se agrupan 55 cabezas de ganado.
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