Palmerillo, Banderillero, Jaleante, Tiestero, Caminero y Madrileño, son los nombres de los seis astados titulares de la ganadería charra de El Vellosino que este domingo ha regresado un año más a La Glorieta. Toros serios y de exquisita presentación que han gustado, en su mayoría, por hechuras al público charro. Una presentación encabezada por Palmerillo el primerode la tarde.
En la memoria, imborrable, se viene a la mente Madrileño, un toro cinqueño, de bella estampa, colorado ojo de perdiz, que hace un año puso al coso charro patas arribas gracias a la lección de mando y poder de un Miguel Ángel Perera que reivindicó su posición de figura del toreo, y que supo ver claro a un bravo Vellosino. Esta mañana sus recuerdos en el enchiquerado, que hoy todavía hacen poner el vello de punta a quienes tenemos grabado en la mente aquella faena, volvieron a emerger y a poner en alerta a las emociones al escuchar el nombre de otro Madrileño que el ganadero Manuel Elvira ha traído a La Glorieta y que le ha tocado en suerte a Borja Jiménez, en sexto lugar.
El Madrileño de este 2024, con 652 kilos, negro mulato, no honró la memoria de su antepasado, ni en comportamiento ni en belleza, fue más feo, abierto de cuernos y sin cuello, pero tampoco se prestó para el toreo del sevillano que se puso pese a todo, dio la cara. De reseña las tres largas cambiadas de rodillas en el primer encuentro junto con una lujosa media Verónica que le concedieron una oreja benévola. Y aunque las comparaciones son odiosas, que Dios lo tenga en la gloria y La Glorieta en el recuerdo muchos años a Madrileño, Toro de Oro de la feria 2023.
En el tercero de la tarde, primero de Borja, el de Espartinas llegó a escuchar los rugidos de Salamanca con una serie con la mano izquierda después de clavar las manoletinas en la arena, inamovible, sacándose al toro por la espalda, donde la afición susurró fuerte el “uy”. Aunque tuvo calidad este Jaleante, le faltó raza, no permitía ligar los pases a Jiménez, haciendo que la obra que fue torera, de raza y orgullo, no alcanzara mayor profundidad. Después del aviso antes de ejecutar la suerte suprema le fue concedida la oreja. En el tercio de banderillas destacó Vicente Varela y José Luis Barrero en la lidia. Oreja para el torero.
Palmerillo fue el primero de los pupilos de Manuel Elvira en salir al coso de La Glorieta, aplaudido por su presentación. Un toro que no se lo puso fácil a los hombres de plata, cortaba y levantaba mucho la cara. Salió el diestro extremeño, Miguel Ángel Perera, que supo esperar a su oponente, dándole el tiempo que requería, construyendo una faena donde primó la limpieza y sobre todo el orden, consiguiendo meterlo en la canasta con paciencia al igual que al público. Vibró La Glorieta con la derecha de Perera, que regaló, además, a Salamanca un cambio de mano de los que pesan quilates de oro. Por el pitón izquierdo Palmerito no lo dejó ni ponerse, pero no importó, Perera ya había dejado sello de su buen hacer con la muleta, reivindicando su poderío, y es que de hecho lo pudo demasiado pronto y el Vellosino perdió todo el gas. Cerró la obra brindada a un aficionado amigo de la familia con un final impecable con manoletinas a compás abierto o mondeñinas, más bien, con un circular y dos pases de pecho. Lástima el mal uso de los aceros que le hicieron escuchar un aviso a la primera obra importante de la tarde.
Logró M.A.P repetir la puerta grande de hace un año, aunque este entre la división de opiniones y más benévola, entonces, en 2023, se juntaron demasiados alicientes y todos apoteósicos, una sincronización perfecta entre toro y torero. Esta vez hubo conexión, todo gracias a Perera que consintió y toreó siempre para el toro, sin darse importancia, como si lo que estuviera haciendo no fuera grande, pero lo cierto es que lo fue. De hecho, se vio un toro de mejores condiciones de lo que fue gracias a sus manos. Tuvo calidad este toro, el de más peso de la corrida, con 685 kilos, pero le siguió faltando la raza. Se le premió con las dos orejas a una faena, eso sí de más de larga, donde primó la quietud, inquebrantable y temerosa a veces de M.P.A. Regaló las orejas a los niños del palco infantil.
Lo mejor por naturales, se desplazaba el astado y Perera firme, ni un enganchón en la obra. De nuevo, los cambios de manos fueron de estrella michelín. Destacó su cuadrilla entera, en general, a lo largo de la tarde, donde en banderillas Vicente Herrera y El Fini dejaron buenos pares, acompañados del mimo en la brega de Daniel Duarte. Saludó Fini una ovación.
Se enfadó La Glorieta con el segundo del Vellosino que salía dormido de los chiqueros, repitiendo lo mismo que hizo en la mañana en el enchiqueramiento. Le sonaron las palmas, estaba el público impaciente porque el burel no dejaba de dar vueltas al ruedo, acusaba la masedumbre y buscaba la salida para saltar al callejón. Sin embargo, parecía que De Justo le había visto algo.
Tras el puyazo, en el que fue ovacionado fuerte el picador Germán González, que midió y aguantó el fuerte topetazo de 605 kilos de masa que no le dieron chance para colocarse en su sitio, salió de Justo, que por momentos pareció haber disfrutado de este Banderillero que tuvo calidad y nobleza pero que estuvo justito de fuerzas, lo que lo hizo acabarse pronto, no sin permitir a Emilio plasmar una obra también de calidad, donde primó la firmeza del diestro que escuchó los olés de un Glorieta que no los regala porque sí. Pinchó la obra en el primer encuentro y recogió una ovación. El toro fue arrastrado con división en el público, entre pitos y palmas.
En el quinto no tuvo suerte con el único colorado de capa del encierro, que aunque gustó de presentación no lo dejó casi ponerse delante, estaba cogido “con pinzas” en cuanto a la fuerza, con las manos por el suelo en cada pase y eso que se le cuidó en el caballo, de hecho no se le picó. Quiso Emilio pero no tuvo toro. Una lástima.
Los miembros de Juventud Taurina Salamanca acompañaron a los diestros en la salida a hombros.
En el siguiente enlace les adjuntamos también cómo ha sido el toro a toro contado en directo desde La Glorieta, en la tarde de este domingo, 15 de septiembre.