‘La Puerta Grande’, el famoso pasodoble del repertorio taurino que anunciaba este viernes, 16 de septiembre, la llegada de esos caballeros vestidos de oro, luchadores natos, Morante de la Puebla, Domingo López Chaves y Alejandro Marcos, que, a base de ingenio, y por qué no, “duende”, consiguen como cada tarde lo hacen sus compañeros, dominar a la fiera de astas finas y hechuras prodigiosas que con furia salta al albero.
Con furia salían cada uno de los pupilos de Francisco Galache al ruedo, donde el silencio acaparaba el protagonismo en cada uno de los inicios de faena de Morante de la Puebla, y es que sí señores, cuando torea Morante la afición primero calla, y después dispara los olés, también ‘al ralentí’. El público charro tenía ganas de toros y sobre todo de ver a Morante, se notaba ya en el primer contacto con el capote rodilla genuflexa, y esos inventos característicos del sevillano que saludó a la Verónica, con medio capote agarrado por las esclavinas en ambos toros.
Sin brindis alguno comenzó su primera faena cargada de mimo, gracias a las cualidades de ‘Grajillo’, primer astado de Galache que humilló sin parar, siendo muy noble. Pese a los importantes naturales ‘al ralentí’, la obra se quedó sin premio para el sevillano.
Humillación, profundidad y clase fueron las virtudes del segundo toro de la tarde que ya en el saludo capotero y en el posterior tercio de varas se presagiaba toro de “indulto”, o al menos candidato al ‘Toro de Oro’ de la Feria. Una faena de más a menos imposibilitó el trofeo mayor, aunque premió a Domingo López Chaves con las dos orejas, a una obra que también perdió fuelle a medida que transcurrieron los tiempos. Merecidísima vuelta al ruedo a un gran toro de Galache.
Alejandro Marcos que vestía un traje del diestro vallisoletano Leandro Marcos, se fue de vacío, con una sola ovación en su primer toro, más arisco de comportamiento y desclasado, diferente a sus hermanos, que impidió el triunfo que buscaba repetir el diestro de La Fuente de San Esteban. Los mejores pasajes de la obra fueron dos naturales por el pitón izquierdo.
A pique se presagiaba entonces la tarde con un cuarto Galache que por hechuras no se presentaba como toro de triunfo, pero a este Galache, de nombre ‘Enfermito’, la suerte le puso enfrente al sevillano Morante de la Puebla, que esta vez sí trajo consigo el duende que lo caracteriza, y que hace que sea un FIGURÓN DEL TOREO, en mayúsculas.
Nadie apostaba nada por este cuarto toro ni tampoco porque el de la Puebla fuera a querer torear, pero Morante siendo muy Morante cerró bocas, confió en su oponente y lo enseñó, literalmente, a embestir. Pese a varios enganchones en la franela, durante la obra pesó mucho más la importante labor del diestro que hizo lo que pocos consiguen hacer: corregir y enseñar a embestir a un toro. Al grito de ‘Morante, Morante’ el público ovacionó con fuerza al torero, que recogió la única oreja que le concedió el palco, abucheado posteriormente por no conceder un premio mayor.
“Sin vuelo” fue la penúltima faena de la tarde de este viernes con un astado de Galache protestado por un público que quería que el quinto fuera devuelto a corrales, y que acertadamente no devolvió el presidente. Ante este astado, Domingo solo pudo ejecutar dos derechazos con mando, destacando el trasteo con mimo de sus hombres de plata.
El sexto no mostró desde el inicio disposición para que Alejandro Marcos repitiera la historia de 2021 y cruzara la puerta grande de La Glorieta. La faena se quedó en palmas para el de la Fuente de San Esteban, destacando un quite gustoso por Chicuelinas.
En el siguiente enlace les adjuntamos también, el toro a toro contado en directo desde La Glorieta.