“Detrás de una tormenta siempre llega la calma”, así dice una de las canciones más famosas del artista asturiano Melendí, y qué razón lleva esta letra, porque sí, después de la tormenta que pasó por agua el coso charro durante parte de la mañana y del mediodía, escampó, las nubes fueron abriéndose aunque sin dejar de hacer acto de presencia y con la compañía del sol de forma intermitente, y es que la lluvia no podía estropear la cita tan bonita que nos tenía hoy preparada La Glorieta pese al chirimiri. Un clase magistral de toreo a caballo es lo que hemos vivido, apoteosis pura, virguerías delante de la cara del toro con equinos que son también figuras del toreo, junto a un encierro de Sánchez y Sánchez idóneo para bordar el toreo a caballo.
Anhelaba estos años La Glorieta el toreo puro y revolucionario de Diego Ventura, un titán del rejoneo que, de forma inentendible, llevaba sin pisar esta plaza una década, con dos puertas grandes a sus espaldas en sus últimas actuaciones de 2013 y 2014. Pero en esta feria los deseos se han hecho realidad y el regreso de Ventura se ha cuajado, y gracias a Dios, porque un torero de esta raza no podía no estar presente en una plaza de la categoría de Salamanca, una tierra que está bendecida por la bravura.
Plasmó Ventura los versos de la actual canción de Kapo, un ‘hit’ del verano que parafrasea “una historia tan bonita en estos tiempos no se ve”, y es que muy difícil ver torear a caballo de una forma tan pura, y tan de verdad, clavando al estribo, sin perderle la cara al toro, con una espectacularidad tremenda, adentrándose en los terrenos del bravo para ligar un toreo pausado, con una compenetración tan perfecta entre jinete y equino que llegan a conforman un binomio inquebrantable.
Está en un momento feliz el rejoneador, en lo profesional por lo menos, pletórico, y eso se nota en la plaza haciendo que cada tarde sea un episodio inolvidable.
Nómada salió después de Velásquez para volver loca a la afición salmantina que con fuerza le concedió las dos orejas a una faena de un figurón del rejoneo, un reclamo en todas las ferias y no es para menos. Nómada es uno de los caballos actuales predilectos del rejoneador, un caballo que le permite actuaciones muy redondas frente a cualquier tipo de toro, en el que el portugués tiene depositada mucha confianza. Un seguro de vida que se dice y que fue. Le permitió un toreo muy cosido, bailando delante de la cara del astado, con ritmo y que sirvió mucho para un toreo como el Ventura con la transmisión y espectacularidad que tiene.
Pero si Nómada ya tenía a la afición entregada, con Lío se armó un buen lío, y nunca mejor dicho. Ahí ya se metió el portugués a La Glorieta en el bolsillo, esperando la acometida del bravo y atacando, clavando con perfección las banderillas, también al quiebro. La explosión colosal se produjo con Bronce, lo vió claro D.V y lo dejó sin cabezada porque le gusta el riesgo y el sentimiento al portugués, que más seguro no se le puede ver delante de la cara de un animal. En un acto de rebeldía torera de Bronce intentó morder al toro, en actitud desafiante. Con Guadiana ejecutó la suerte suprema, no sin antes dejar en lo alto tres rosas. Faenón de dos orejas.
En el quinto de la tarde, con Aldeanito, un toro de Félix García más parado, falto de transmisión, consiguió la conquista Ventura en Salamanca a lomos de Gualdalquivir, Conguito y Guadiana. Prometía ya la faena en el recibo con Guadalquivir al galope hacia la puerta de chiqueros, esperando la inercia de la salida de su oponente desde toriles. No clavó el rejón de castigo, como tampoco clavó otros de los pares de banderilleras que se fueron sucediendo a lo largo de una faena menos rotunda, pero no menos expresiva, ni tampoco con menor intensidad.
Le dió tiempo D.V al bravo cabalgando con Conguito, pisando las cercanías, con las que levantó al tendido. Junto con Guadiana catapultó otra faena de dos orejas, con un astado cerrado en tablas a la hora de matar. En agradecimiento a la ganadería, Ventura invitó a dar la vuelta al ruedo al mayoral de Sánchez y Sánchez, Javier Rodríguez.
Se consagró hoy así Diego Ventura en la capital de la bravura, dando motivos para que el contrato del año que viene se cierre y cuanto antes.
Noche, un caballo luso árabe tordo, precioso, fue el caballo de salida que escogió Sergio Galán, un equino que debutó hace un año y que le aporta mucho al toreo de un Galán, que una vez más embelesó a La Glorieta con clasicismo, poniendo de manifiesto el buen momento que atraviesa y dando motivos para repetir una vez más. Ejecutó las suerte de banderillas de frente, con la complejidad que conlleva, después de clavar dos rejones de castigo a Bailador, un primer todo de Sánchez y Sánchez que se movió y al que cuajó con Capote, en las distancias cortas, dejándoselo llegar mucho hasta rozarle al equino la piel.
Con Bribón toreó con precisión, midiendo los tiempos y las distancias desde el embroque, y con Óleo puso el colofón final, clavando un rejón de muerte fulminante que se le premió con una oreja.
Alcotán recibió al cuarto de la tarde, de nombre Zapatero y de 650 kilos, un astado de bella presentación y gran peso, al que Galán clavó de nuevo dos rejones de castigo. Alcanzó de nuevo la gloria Sergio Galán, esta vez con Capricho, con el que disfrutó y dibujó un toreo de verdad, con pureza, escuchando el “torero, torero” de la afición del palco infantil en la vuelta al ruedo, tras sumar otra oreja, que obtuvo con la entrega y la conexión con Bambino, uno de los predilectos de su cuadra, con los que más identificado se siente. Todo sin importar el primer pinchazo con el rejón de muerte, con el que se hizo borrón y cuenta nueva, arrebatándole otra oreja.
No tuvo suerte Guillermo Hermoso con el lote, sobre todo con el tercero en el que todo se le puso a la contra, la lluvia, un bravo más tecloso y que le había tocado salir después de Diego Ventura, con lo que eso conlleva, y más después del lío que había formado, poniendo ‘patas arriba a La Glorieta’. Lo intentó pese a todo el joven rejoneador, consiguiendo lo más vistoso a lomos de Malbec. Al final salió Justiciero que se llevó un buen susto cuando el pequeño de los Hermoso se precipitó al bajarse, dejándolo a merced del toro que le dió un pequeño revolcón sin consecuencias aparentes. Se atascó con los aceros, tardó en caer el astado y recibió leves pitos el de Estella. Silencio.
Se armó de orgullo torero el pequeño de los Hermoso y siguiendo los mismos pasos que su compañero Ventura se fue al galope hacia los chiqueros para recibir al último de los Sánchez y Sánchez. Puso todo su alma y corazón con Berlín y Orfeo con quien citó de frente, ejecutando la suerte del toreo a caballo más importante, de mayor dificultad y pureza, dejando, además, las únicas elevaciones de la tarde que captaron la atención de los tendidos que le reconocieron una esforzada labor con un trofeo.
En el siguiente enlace les adjuntamos también cómo ha sido el toro a toro contado en directo desde La Glorieta, en la tarde de este viernes, 13 de septiembre.