Toros

ENTREVISTA | Perera regresa a La Glorieta un año después de reivindicar su posición de figura del toreo con Madrileño: “Es una plaza que me ha deparado parte de lo mejor y de lo peor de mi carrera”

En esta entrevista, M.A.P se sincera y relata cómo fue superar la cornada más grave de su vida ocurrida en Salamanca hace nueve años, además de cómo ha sido su trayectoria en estos 20 años de alternativa o la responsabilidad de pertenecer a la familia Capea

Miguel Ángel Perera a hombros ante la corrida de 'El Vellosino'. Fotos Andrea M.

Un año después de cuajar una de las faenas más importantes de su vida con el toro Madrileño, el diestro extremeño Miguel Ángel Perera volverá a hacer el paseíllo en el coso de La Glorieta, una plaza y una tierra con la que el torero tiene una gran vinculación tanto profesional como personalmente.

Este 15 de septiembre, Perera que está anunciado con Emilio de Justo y Borja Jiménez volverá a lidiar astados de la ganadería charra del Vellosino, con la ilusión de que se repita la apoteosis torera de hace un año, donde el extremeño reivindicó su posición entre las figuras del toreo, reconociendo que Madrileño es de esos toros que "te lo da todo y que te quita mucho si te desborda".

En esta entrevista, M.A.P se sincera y relata cómo fue superar la cornada más grave de su vida ocurrida en Salamanca hace nueve años, además de cómo ha sido su trayectoria en estos 20 años de alternativa, donde contracorriente ha logrado mantenerse en el escalafón de las figuras, pese a que como dice "la independencia en la gestión de su carrera ha sido más difícil".

También se ha mostrado "orgulloso" y "responsabilizado" de pertenecer a la familia Capea: "Cuando toreo en Salamanca, no puedo olvidar que lo hago en casa de ‘El Niño de la Capea’, con todo lo que ello significa".

  • - ¿Cómo se encuentra Miguel Ángel Perera y cómo llega de cara a la feria de Salamanca tras los percances sufridos durante las semanas pasadas?

M.A.P.: Dolorido y con bastantes molestias. Al final, estoy toreando con dos costillas fracturadas y he hecho un esfuerzo grande por reaparecer cuanto antes y no perder demasiados festejos. Esto entraña siempre un sobreesfuerzo para el cuerpo del que éste se resiente. Además, esos mismos percances me han provocado alguna lesión muscular muy dolorosa e incómoda en la zona lumbar, que estoy tratando de superar lo antes posible trabajando a diario con mi fisio, pero, al final, la lesión está ahí y, como no paro, tengo que convivir con ella.

"Estoy toreando con dos costillas fracturadas y he hecho un esfuerzo grande por reaparecer cuanto antes y no perder demasiados festejos"

- Su presencia este año en la feria de Salamanca era obligada después de la lección de toreo que dio el año pasado en La Glorieta, demostrando poder y mando frente a ‘Madrileño’, que en parte gracias a que cayó en las manos de M.A. Perera se alzó con el trofeo al 'Toro de Oro'…

M.A.P.: Fue un gran toro y una tarde muy bonita para mí. Tenía muchas ganas de disfrutar de una tarde tan maciza y tan redonda en Salamanca y, gracias a Dios, llegó.

Me cogió en un momento extraordinario de la temporada, de disfrutar de verdad, de torear muy para mí, de reencontrarme con sensaciones de lo más especiales. Fue un toro con muchas de las virtudes que necesito para expresar mi toreo. Bravo, encastado, repetidor y yéndose detrás de la muleta hasta el final, que es como a mí me gusta rematar el toreo. Hubo momentos en que me abandoné de verdad, pero también otros en los que oía cómo la plaza estaba coreando y se había entregado tanto como yo y eso me deparó emociones muy especiales.

Miguel Ángel Perera toreando a ‘Madrileño’, un toro del Vellosino en La Glorieta. Foto Andrea M.
  • - El año pasado pudo cortarle tres orejas a los dos astados del Vellosino que le tocaron en suerte, y este año vuelve a la misma plaza anunciado con la misma ganadería, ¿aporta eso una mayor seguridad debido a las buenas sensaciones de hace un año?

M.A.P.: Una ganadería como El Vellosino es siempre un aval de garantías dentro de lo que se puede garantizar el juego de un toro cuando sale a una plaza. La primera seguridad, pues, me la da la propia ganadería, a la que conozco bien. Si, además, se suma el recuerdo de lo vivido el año pasado, lógicamente, la expectativa con la que va uno es mayor. Ojalá se repita lo que vivimos en 2023.

- Su vinculación con Salamanca es muy grande, a parte de la presencia de su familia política, pasa muchas horas en el campo charro entrenando. Son, por tanto, muchas las caras conocidas en el callejón y en los tendidos, e intuyo que eso genera mayor responsabilidad de querer demostrar en cada cita una dimensión mayor, sobre todo delante de tanto profesional y aficionado entendido...

M.A.P.: ¡Claro! Salamanca es una plaza que, como sabéis, me ha deparado parte de lo mejor y de lo peor de mi carrera, donde he disfrutado de verdad y también donde he sufrido como nunca con el percance más grave de mi vida. Ya sólo esto la convierte en una de esas plazas en las que piensas más, en la que te paras de otra manera. No puede ser nunca una plaza más en el conjunto de la temporada.

"Salamanca es una plaza donde he disfrutado de verdad y también donde he sufrido como nunca con el percance más grave de mi vida"

A eso se une, como bien dices, los lazos familiares y de amistad que me unen con la ciudad y con su afición, la responsabilidad que entraña pertenecer a la familia Capea con todo lo que ello significa aquí. Y, por supuesto, que en los tendidos de La Glorieta no sólo se sientan excelentes aficionados, sino también muchos profesionales, toreros y ganaderos, que ponderan lo que ven desde su conocimiento. Por eso Salamanca es una plaza tan importante para quienes venimos a ella.

Cogida a Miguel Ángel Perera en Salamanca en 2015. Foto Salamanca24horas

- También guarda con La Glorieta, como bien dice, una relación especial, pues, fue allí hace nueve años donde tuvo lugar, como dice, el percance más grave de su trayectoria. ¿Cómo se supera, sobre todo psicológicamente, un percance de ese alcance teniendo que regresar al mismo ruedo y pisar probablemente el mismo terreno al ser un lugar donde se suelen parar los toros de salida?

M.A.P.: Con el tiempo, lógicamente, la percepción va cambiando, pero es inevitable que me acuerde cada vez que piso la plaza. Y la primera vez después de la cogida fue un cúmulo de recuerdos y de emociones muy contradictorias porque, además, viajé solo desde casa a Salamanca el día antes de la corrida y, evidentemente, sabiendo dónde iba, las sensaciones que se me agolparon en la cabeza fueron de las que te ponen a prueba.

Y, sí, claro, la recuperación psicológica de una cornada así es larga y necesita su tiempo. También la física porque me costó varios meses, no sólo reponerme, sino empezar a sentir avances en esa recuperación. Todo fue muy lento, desesperante por momentos. Tuve que pasar mucho tiempo en casa convaleciente y le di muchas vueltas en la cabeza a lo que pasó y por qué pasó. También buscaba respuestas en mi cuerpo a por qué me estaba costando tanto sentir que mejoraba. Y, evidentemente, un percance así te resitúa y te lleva a reflexionar y valorar la importancia de lo que hacemos, de lo conseguido y del valor de todo lo que nos rodea.

  • - ¿Cuál ha sido la faena más rotunda de su carrera o el momento más emotivo que recuerda vivido en La Glorieta?

M.A.P.: Sin duda, la del año pasado al toro ‘Madrileño’ del Vellosino. Por la exigencia que tuvo el toro, por cómo me apretó y, de alguna manera, me puso a prueba y, en este sentido, por cómo le respondí.

Fue uno de esos toros que te lo da todo y que te quita mucho si te desborda. Por eso fue tan importante poderle en el comienzo de faena para que luego él se entregara como lo hizo. Lo disfruté mucho de verdad y para eso, insisto, el arranque de la faena fue fundamental.

"Madrileño fue uno de esos toros que te lo da todo y que te quita mucho si te desborda"

También recuerdo de manera muy especial otra a un toro de Montalvo en 2017, que también fue muy exigente y que me llevó a sacar lo mejor de mí. Siendo dos toros distintos, tuvieron un fondo similar por bravos de verdad.

  • - Este año además encara 20 años de alternativa. 20 años que dan para muchos triunfos, decepciones, ilusiones etc. ¿Cómo valora Miguel Ángel Perera toda su trayectoria en la que ha conseguido llegar a ser figura del toreo y sobre todo en la que ha llegado a mantenerse como tal?

M.A.P.: Con la satisfacción de haber alcanzado mucho más de lo que al principio pude imaginar y soñar. En este sentido, le estoy muy agradecido a mi profesión porque me lo ha dado todo y porque me ha recompensado ampliamente con respecto a lo que me haya hecho sufrir. Por su dureza misma y por todo lo que entraña el toreo.

En efecto, como dices, es muy difícil llegar al escalafón de matadores con el ambiente de novillero al que llegué, prolongarlo, multiplicarlo y mantenerlo. Evidentemente, en un período de tiempo tan largo, siempre hay momentos mejores y peores, pero, visto con perspectiva, sólo puedo mostrarme más que feliz. En lo profesional y en lo personal porque, no sólo es lo conseguido, sino también los lugares y la gente que he conocido y tantos momentos que he podido vivir.

Miguel Ángel Perera en la corrida de El Vellosino: momentos más destacados del segundo festejo de abono de la Feria Taurina Virgen de la Vega 2023. Fotos Andrea M.

- Su trayectoria no ha sido fácil puesto a que, pese a ser una figura del toreo reconocida y abrir en varias ocasiones la puerta grande de la feria más importante del mundo, Madrid, es un torero al que parece que siempre se le está midiendo, no se le dan las facilidades de otras figuras. Me consta, que en muchas plazas y en muchas ferias su presencia no ha sido valorada como tal por culpa de un sistema en el que cada vez priman más los intereses económicos que los logros personales. ¿Qué opina Miguel Ángel Perera al respecto?

M.A.P.: Pues que, en efecto, el camino no ha sido sencillo. Los hechos están ahí y mi manera de afrontarlos y superarlos, también. La independencia en la gestión es una máxima en mi carrera y, así dicho, puede sonar romántico y bonito, que lo ha sido, pero también más difícil porque es verdad que en muchos momentos me he tenido que ir ganando cada tarde los siguientes contratos. Y pocas temporadas han empezado con todo hecho, más bien, todo lo contrario.

"Me he alineado alguna que otra vez con movimientos junto a otros compañeros para intentar cambiar la forma de funcionar del toreo como sistema, pero eso ha tenido su precio y yo lo he pagado más caro que los demás"

Creo que he sido valiente al administrar mi carrera dentro de la plaza, pero también fuera, donde me he alineado alguna que otra vez con movimientos junto a otros compañeros para intentar cambiar las cosas, la forma de funcionar del toreo como sistema, pero eso ha tenido su precio y yo lo he pagado más caro que los demás. ¿Lo haría de nuevo igual? Visto los resultados, quizá no, pero actué siempre fiel a mis principios, a mi manera de pensar y esto es algo esencial en mi manera de ser y de hacer. No sé hacerlo, ni ser de otra forma.

  • - Por último, Miguel Ángel, ¿qué supone, profesionalmente, ser el yerno de una de las máximas figuras que ha dado la historia de la tauromaquia, el maestro Pedro Gutiérrez Moya, sobre todo de cara a torear en Salamanca que es su tierra?

M.A.P.: Un orgullo inmenso, por lo que representa para Salamanca y para el toreo en general. Llevamos muchos años siendo familia, pero le sigo viendo y llamando como el maestro que es. Pertenece a una generación de toreros irrepetible que mandó en un tiempo irrepetible también. Por el nivel de competencia que alcanzaron, por los registros nuevos a los que elevaron el toreo, por la maestría que derrocharon siendo aún jóvenes y durante tanto tiempo.

"Cuando toreo en Salamanca, no puedo olvidar que lo hago en casa de El Niño de la Capea"

Recordar la lección de tauromaquia que dio mi suegro en Guijuelo el día del cincuenta aniversario de alternativa, cómo estuvo, cómo nos apretó a su hijo y a mí, cómo no se dejó ganar la pelea, incluso, cómo nos la ganó. Y cómo se preparó y con qué sentido de la responsabilidad lo vivió, me enseñó tanto con todo aquello, viéndole de cerca cómo lo hizo todo… Y es un lujo tenerle cerca y hablar de toros con él como podemos hacerlo. Evidentemente, somos toreros muy diferentes, en tiempos muy distintos, pero, de alguna manera, cuando toreo en Salamanca, no puedo olvidar que lo hago en casa de ‘El Niño de la Capea’, con todo lo que ello significa.

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