1998 fue el año de la consagración de Julián López ‘El Juli’, un torero que tomó la alternativa cuando era un adolescente, con 16 años. Por aquel entonces, con esa edad tan temprana ya pasó a la historia, pero sería realmente años más tarde cuando El Juli se convertiría en un ídolo que ha movido y sigue moviendo masas en pleno siglo XXI, cuando hay muchos detractores de la tauromaquia.
Pero ni siquiera eso, ni los jóvenes efervescentes del toreo han sido capaces de desbancarlo de su trono. En estos 25 años se ha ganado a base de constancia y de sacrificio el ser una de las máximas figuras que ha dado el toreo, un “espejo” donde hoy miran muchos jóvenes que añoran ser como él algún día. Ganándose en definitiva el ser considerado un héroe, con muchas páginas escritas en el libro de "Historia de la tauromaquia".
Este jueves se despide del coso charro junto a su compañero Domingo López Chaves, y de forma más definitiva, aunque sin contarse la coleta, el próximo 1 de octubre en Sevilla, en un momento donde los números lo abalan, y donde ha cruzado la puerta grande de La Glorieta en unas 12 ocasiones. Además de sumar ya alrededor de 1850 corridas toreadas, cortando unas 2000 orejas, un centenar de rabos, y dónde ha salido unas 955 veces a hombros, cruzando la puerta del Príncipe en Sevilla en unas 7 ocasiones.
Gracias y suerte en su nueva etapa.
- Desde que vino a Salamanca por primera vez de novillero, ha estado siempre presente en esta feria año tras año, anunciado más incluso que muchos toreros locales. Imagino que por ello La Glorieta era una de las plazas de las que se tenía que despedir…
J.L.: Sí, es una plaza a la que le tengo un cariño muy especial por lo que significa en el toreo y por las amistades que tengo allí. Es un compendio de una afición con mucha sabiduría, hay muchos profesionales y gente muy entendida. Es una afición muy pasional cuando se entrega. Es una plaza muy especial, que me gusta mucho.
- En 2021 hablamos y me dijo que su carrera estaba “en un momento en el que no le quedaba mucho”, dos años más tarde anuncia su retirada de los ruedos, ¿es algo que tenía en mente ya por aquel entonces, o por qué ha considerado que ahora ha llegado el momento de decir adiós?
J.L.: Llevaba ya tiempo pensando que esta etapa debía de cerrarse, el que vivieran también los 25 años de alterativa pensamos que era una fecha redonda para hacerlo. En verdad, siempre tuve en mente irme y hacerlo en lo más alto, eso es una satisfacción, y no tener que hacerlo por una decadencia y que sea la propia afición la que te eche.
- 25 años toreando y 25 años siendo máxima figura del toreo, sin dejar de ocupar ese puesto en todo este tiempo, es sin duda digno de admirar. Cuando anunció su retirada de los ruedos, las redes sociales se inundaron de imágenes suyas, porque a decir verdad el mundo del toro ahora se queda un poco huérfano. ¿Qué supuso el verse tan arropado?
J.L.: Sobre todo, mucho agradecimiento, las muestras de cariño han sido tremendas, el reconocimiento y respeto es muy bonito, y eso es lo que uno busca verdaderamente. Tengo una sensación de gratitud tremenda hacia el público, y gracias a Dios este último año está saliendo todo muy bien y me voy pleno.
- En el caso de Salamanca, el 21 de septiembre hará el paseíllo acompañado de Domingo López Chaves, otro torero que se despide también de La Glorieta y qué tomó la alternativa tan solo tres días antes que usted, imagino que ha coincidido a lo largo de toda su trayectoria en varias ocasiones con él…
J.L.: Me da mucha alegría, Domingo es un gran amigo, es muy querido y respetado en el mundo del toro, un torero que siempre ha llevado la honradez por bandera y con mucha categoría como persona. Por eso es bonito estar presente también en su última corrida en su Salamanca querida. El cartel es precioso con Morante también, no se puede pedir más, que salga todo bien y podamos triunfar los tres. (*)
- En el día de su despedida en Salamanca, no podía faltar la ganadería de Garcigrande, que si se respeta el orden de antigüedad sería su primer toro. Esta divisa charra ha sido su casa durante muchos años y también su talismán si se puede decir, que le ha permitido obtener el triunfo muchas tardes y que usted se lo has permitido a ella perdonándole la vida a muchos de sus animales…
J.L.: Sí, la verdad que Garcigrande ha sido una de las ganaderías más importante de mi carrera y también de la historia del toreo. Me identifico mucho con esas embestidas, son unos toros que, aunque no son fáciles, me han permitido triunfos importantísimos en todas las plazas del mundo. Es una ganadería con la que me une mucha amistad y a la que admiro mucho.
- Echando la vista atrás Julián, han sido muchos los toros que han pasado por sus manos y muchas las faenas realizadas, sé que es una pregunta difícil para una figura, pero cuál o cuáles han sido los toros y las faenas de su vida…
J.L.: Es difícil porque han sido muchos toros, en cada etapa ha habido uno, pero sin duda hay tres faenas muy claras en mi trayectoria. Una fue con ‘Cantapájaros’ de Victoriano del Río, ese toro marcó un antes y un después en mi carrera. Otro fue ‘Orgullito’ de Garcigrande, indultado en Sevilla; y otro, el toro de la Quinta el año pasado en Madrid.
- Imagino que se va pleno porque es el torero que más poder demuestra en los ruedos, a veces incluso parece que hace magia porque consigue que el toro malo parezca bueno, o al menos no tan malo, y al bueno lo hace apoteósico, ese es un don que tiene, ¿no hay secreto no?
J.L.: Tengo un concepto de la tauromaquia que pasa por entender al toro, que él de todo lo que tiene dentro, y hay toros que a veces lo tienen más escondido y otras más claro. Mi mayor satisfacción es cuando veo que un toro tiene ciertas cualidades escondidas y puedo sacárselas con mi entrega, mi mando y mi constancia. Esa es la faena que más llena y me satisface.
- ¿Cómo se consigue también mantenerse como figura tanto tiempo, y que ni siquiera los jóvenes le hagan sombra?
J.L.: Siempre he entendido el toreo como una vocación y no como una profesión. Mi toreo siempre se ha basado en una afición tremenda hacia el animal, y en una ambición muy grande de evolucionar constantemente, es algo en lo que creo ciegamente porque con esa afición te estás reciclando a ti mismo continuamente, y el toreo es eso. El torero que no evoluciona se queda estancado.
- Hablando de los jóvenes, las novilladas están muy complicadas, hacerse hueco en la actualidad es muy difícil, sobre todo si no se tiene a un apoderado detrás, porque los triunfos solo ya no bastan, y ahora son muchos los novilleros que se encuentran así, ¿cree que tiene solución esta situación?
J.L.: El mundo del toro tiene que reciclarse y actualizar el concepto de las novilladas. Las novilladas deben facilitarse en muchos aspectos, en el tema burocrático y también en cuanto a la calidad y presentación de los novillos, porque los novillos deben tener unas hechuras que permitan a los novilleros desarrollarse. Me parece más atractivo que puedan desarrollar su expresión artística, y no tanto la técnica, porque eso ya lo harán cuando den el paso a matador de toros. Además, el tamaño de los novillos ahora mismo es desmesurado, las novilladas son muy exigentes, y eso a veces les impide redondear el triunfo.
- La despedida final, ¿dónde será?
J.L.: La despedida será el 1 de octubre en Sevilla.
- Para concluir, ¿no se va a cortar la coleta, eso es que valora la posibilidad de un regreso a los ruedos en algún momento, aunque sea en algún festival?
J.L.: No me voy a cortar la coleta, y nunca he querido hablar de una retirada porque eso te hipoteca de por vida, esta es simplemente una etapa que ha terminado y que había que cerrar, pero lo que venga después no lo sé todavía.
(*) Durante el texto se menciona la presencia del diestro Morante de la Puebla, puesto que la entrevista se realizó antes de que se confirmara oficilmente que el diestro sevillano no iba a actuar este 21 de septiembre, quedando así el cartel en un 'mano a mano' entre Domingo López Chaves y Julián López 'El Juli'.