Lleno hasta los topes y bochorno con el cielo gris. Gran ambiente para cerrar el ciclo continuado de corridas, a falta del estrambote de rejones del día 21. Con dos minutitos de retraso comenzó el paseíllo y la gente todavía trataba de ubicarse en sus localidades. En chiqueros, cinco toros de Garcigrande y uno, el cuarto, de Domingo Hernández. Ponce, de blanco roto y oro; Juli, de azul noche y oro; y Roca Rey, de plomo y plata, trenzan un lento y hermoso paseíllo.
1- Enfurecido, de 535 kilos. Brillante el pelo y musculado el cuerpo del primero de la tarde, que salió suelto y distraído del capote de Ponce, que se fue hasta los medios dando lance. Fuerte vara con la salida tapada. De ese encuentro salió con la vaina del pitón derecho maltrecha. En los medios, Ponce trató de tapar la cara para fijar al de Garcigrande, que tenía tendencia hacia chiqueros. Buscó el toreo en noria, sin solución de continuidad y escondido en la pala del pitón y arreciaron las protestas. Mejor sobre el izquierdo, ya cercano a toriles, y ante las protestas, el torero valenciano se encaró con el sector de sol que protestaba. Doblones a Dos manos como epílogo compusieron un trasteo ligero y acorde con la fragilidad de la raza del toro. Estocada entera con los chiqueros a la espalda. Oreja.
2- Lancero, de 545 kilos. Cornidelantero, mulato y listón, olisqueó la arena antes de tomar a regañadientes el capote de Juli y buscar los chiqueros. Recargó con un pitón en el peto antes de dejarse pegar. Juli comenzó la faena de muleta con doblones hasta que el de Garcigrande perdió las manos. Entre las rayas y los medios, Juli usó la voz y los toques fuertes para encelar a Lancero, que tomaba los engaños renegando. Sobre las rayas, más que mediado el trasteo, la dejó en la cara, como Ponce, en noria, logró meter al público y al toro en su labor.Lo mismo hizo por naturales. Otra serie de misma factura y luego los circulares invertidos en las tablas. Trabajo de premio de acertar con los aceros. Casi entera trasera y caída y un fallo con el descabello lo dejaron en una ovación.
3- Capitán, de 520 kilos. Colorado ojo de perdiz, muy bajo y serio, tocado arriba de pitones. Lances de tanteo de esperado Roca Rey, que dejó al toro muy bien colocado en suerte de varas, en la que le propinaron al toro un puyazo muy trasero. Gran quite por chicuelinas, tafalleras y rematado con una tijerilla, todo pleno de ajuste. Brindó ceremonioso y lento al público y el toro se fue a por él, a los medios, como un rayo. Estatuarios rozándole los muslos. Capitán empujaba por abajo, humillando una barbaridad, comiéndose la muleta de mano baja de Roca Rey, que no terminaba de coger el pulso, tocando muy fuerte en cada pase, tanto a derechas como por naturales. Toreando de oído, escuchando que el público no rugía, comenzó a lo accesorio, por delante y por detrás, con el toro enamorando mucho más que el torero. Petición de indulto cuando Roca se fue a por la espalda. Bernadinas ceñidas hasta perder la muleta. La gente loca, en pie, ya con toro y torero. Estocada. La plaza plena de blancos pañuelos. Dos orejas y vuelta al ruedo al extraordinario toro Capitán.
4- Estrellito, de 538 kilos. El único toro del otro hierro de la casa ganadera de Garcigrande, el de Domingo Hernández, salió rematando abajo en el burladero de cuadrillas. El castaño y regordío toro se le metió a Ponce por dentro en el tercer lance genuflexo. En el caballo, Estrellito apretó fijo en una vara, aunque sin terminar de soltarse a embestir a los capotes. Brindó al público que colmaba la plaza y se fue al tercio a comenzar por uno u otro pitón, con el toro ya empujando con brío y fiereza. Enrique Ponce aplicó su Tauromaquia más habitual, la de la muleta grande abierta y el tocando desde la pala del pitón componiendo la figura y sin ajuste, siempre a mitad de camino entre los medios y chiqueros. Poncinas en terrenos de chiqueros, para subir la conexión con el tendido. Pinchazo, aviso, hasta tres pinchazos más antes de la entera caída. Palmas tras dos avisos.
5- Cantor, de 537 kilos.Salió con muchos pies el colorado de Garcigrande, repitiendo con codicia en el capote resuelto de El Juli. Una vara en su sitio y empujando. Brindis al público de un Juli visiblemente encendido y doblones de sometimiento para abrir faena. Tardó Juli en encontrar los tiempos, toques fuertes y voz en grito para ir armando trasteo, con un toro que se lo pensaba a partir del segundo muletazo. Machacón y autoritario, ligeramente molesto por la acción del viento, al final bajó la mano en naturales con la ayuda. Fea entera hilvanada en la piel, un aviso y casi entera trasera. Palmas.
6- Señor, de 545 kilos. Bien rematado de carnes el negro listón cierraplaza. Roca lanceó de trámite, sin lucimiento y una vara apretando con la cara arriba. Cambiados por la espalda para comenzar faena y meter a la gente en calor. Trazo y mando a derechas, limpio y rotundo Roca Rey.Por la izquierda se ciñó por naturales y el toro le soltó la cara, en un buen susto para todos menos para Roca. En cercanías, aguantó parones y demostró su ambición y su valor. Mejor en este que en el extraordinario tercero de corrida. Estocada, en corto y por derecho. Dos orejas.