La UME fue la primera unidad de las Fuerzas Armadas activada para combatir el Covid-19 y ha puesto a prácticamente todos sus efectivos a disposición de esta operación que finalizará formalmente el próximo día 21, coincidiendo con el final del estado de alarma.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha revelado este jueves en una entrevista en Telecinco, recogida por Europa Press, que la exigencia de las labores que han debido acometer los militares han hecho que hasta 2.200 efectivos de la UME hayan recibido apoyo psicológico durante las últimas semanas.
TENSIÓN EMOCIONAL
Entre las tareas más duras ha estado la desinfección de residencias, donde la propia Robles relató las situaciones "trágicas" que se encontraban los militares al entrar en ellas, incluyendo incluso el hallazgo de personas fallecidas en sus habitaciones.
De hecho, tras esta experiencia la ministra ha insistido en repetidas ocasiones en la necesidad de que la sociedad haga una reflexión profunda y serena sobre las residencias y el trato que reciben las personas mayores. Y ha pedido a los políticos que no aprovechen el asunto para sus políticas partidistas. "A mí no me gusta que nadie se tire los muertos de las residencias a la cara", ha reconocido este mismo miércoles.
Miembros de la UME también fueron los encargados --junto a efectivos del Ejército de Tierra-- del traslado de fallecidos de los hospitales a las morgues provisionales habilitadas por la Comunidad de Madrid ante el colapso de los crematorios de la región.
Efectivos de la unidad relataron a Europa Press cómo habían acometido esta labor con "responsabilidad" y la necesidad de acompañar a cada una de esas personas fallecidas como si fueran sus propios compañeros. "Vela, respeto, silencio y, en algunos casos, hasta oración", definió un responsable de la unidad, asumiendo los soldados un duelo que no podían hacer los familiares.
PLAN DE ATENCIÓN PSICOLÓGICA DEL MINISTERIO
Al inicio de la pandemia, el Ministerio de Defensa ya puso en marcha un ambicioso plan de atención psicológica para atender las necesidades de todos sus efectivos dedicados a la lucha contra el coronavirus, ya fuera en las calles de localidades de toda España como los sanitarios militares que han estado en primera línea.
Una de las ramas de este programa fue la puesta en marcha de un teléfono al que podían recurrir todos los militares dedicados a labores contra el coronavirus para recibir "atención psicológica extraordinaria de emergencia".
Este teléfono, atendido por un grupo de oficiales psicólogos, fue ideado desde dos puntos de vista: la atención a los militares que luchaban contra el COVID-19 y ayuda para sobrellevar el trabajo; y apoyo en caso de que necesitasen asesorar al resto de personal de un equipo o incluso a la población a la que estuvieran ayudando.
Pero además, la unidad psicológica elaboró tres guías adaptadas a diferentes colectivos: una para intervinientes, otra para personal sanitario militar y otra para militares y civiles del Ministerio de Defensa. La tercera pata de este proyecto fue la actuación de oficiales psicólogos de refuerzo en las unidades.
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