El colectivo veterinario, sin representación en el comité de expertos contra el virus creado por el Gobierno central, sí participa en el comité regional. Profesión relegada en la pandemia del covid-19 en España que, como explica Antonio Rubio, presidente del Colegio de Veterinarios de Salamanca, sí ha desempeñado un trabajo fundamental en otros países europeos a la hora de gestionar la crisis sanitaria del covid-19. Rubio reivindica el carácter sanitario de su profesión y lamenta la precariedad laboral de estos profesionales.
- ¿Cómo ha sido el día a día durante estas semanas de estado de alarma y confinamiento?
- Hemos seguido con nuestro trabajo, en la Administración, en el ejercicio libre, en las clínicas veterinarias, en investigación o en industria alimentaria. Realizando los controles a las explotaciones, en los mataderos o en la expedición de certificaciones para exportar. No hemos hecho ninguna labor especial que nos haya reclamado el Ministerio de Sanidad, y esta ha sido una de las reivindicaciones de nuestro colectivo.
- Luciano Díez, presidente del Consejo de Colegios de Veterinarios de Castilla y León, ha dicho que se han sentido ninguneados, a pesar de ser la profesión con más experiencia para hacer frente a epidemias. El Gobierno central no ha incluido a los veterinarios en el comité de expertos del covid-19.
- Tendría que haberse contado con todos los sanitarios, también con nosotros, puesto que estamos más habituados a tratar pandemias, epidemias y, sobre todo, porque este virus, es de origen animal, no deja de ser una zoonosis, una transmisión de enfermedades de los animales a las personas. De hecho, en Alemania el coordinador del comité es un veterinario, en Dinamarca y las islas Feroe también, y con muy buenos resultados. Y en el comité europeo, de siete integrantes, dos son veterinarios y esto es significativo, porque además se trata de países a los que les ha ido muy bien.
-En el comité de expertos contra el virus de Castilla y León, finalmente, y tras la petición de los veterinarios, sí hay un representante.
- Sí, a raíz de nuestras reivindicaciones, han incluido al presidente de la Real Academia de las Ciencias Veterinarias, Elías Rodríguez Ferri, veterinario experto en microbiología e inmunología.
- Hace pocos días, la Consejería de Agricultura anunció la creación de un grupo de trabajo con el Consejo de Colegios Veterinarios para desarrollar el concepto ?One Health? (una sola salud) en el sector agrario y agroalimentario.
- El objetivo es colaborar de manera conjunta en la sanidad animal, la sanidad ambiental y la seguridad alimentaria, tres especialidades en las que trabaja el colectivo veterinario y que están relacionadas.
- Expertos en la gestión de otras crisis sanitarias, como la de las ?vacas locas?, cuesta entender que no se les haya tenido en cuenta en la pandemia del coronavirus.
- La más reciente fue la de las Encefalopatías Espongiformes Bovinas, y estuvo coordinado por veterinarios. Pero a lo largo de la historia hemos estado en muchos sectores y pandemias, también cuando la gripe aviar. De hecho, hay un dato significativo, y es que la Organización Mundial de Sanidad Animal se creó en 1924, 20 años antes que la OMS. Lo que significa que ya las pandemias y epidemias contaban con el criterio de los veterinarios para su control y erradicación.
- Con la pandemia del covid-19, ¿ha sido una profesión de riesgo?
- Hemos asumido el mismo riesgo que cualquier trabajador que puede estar en contacto con una persona contagiada. Quizá tienen más exposición los veterinarios de ejercicio libre y de clínicas, por el contacto continuo con mascotas, por lo que se ha creado un protocolo de pautas de actuación con cita previa, máxima higiene y desinfección. Los profesionales que trabajan en la Administración, más en contacto con público, también empiezan a contar con EPIs y, desde el Colegio de Veterinarios hemos adquirido mascarillas quirúrgicas y guantes.
- Después de ver la propagación del coronavirus por el mundo, ¿tenemos que inquietarnos por la facilidad de transmisión?
- Sí, la globalización tiene sus ventajas, pero también inconvenientes. Hay mucha movilidad y se pueden transmitir con facilidad. Aquí estamos muy pendientes con la Peste Porcina Africana porque sería gravísimo para la cabaña ganadera. Aunque no es una zoonosis, sí sería catastrófico para el sector ganadero, que tendría su incidencia en la industria alimentaria.
- ¿Y las enfermedades emergentes?
- También nos preocupan mucho. Por ejemplo, la fiebre de Crimea Congo, transmitida por garrapatas o la borreliosis de Lyme, están apareciendo enfermedades que hace décadas en España no existían. Bien por el cambio climático o por la globalización están llegando y es preocupante.
-¿Cuáles son las que más preocupan?
- En porcino no hay tantas enfermedades zoonóticas y en vacuno están controladas, más o menos, tanto la brucelosis como la tuberculosis. Pero son principalmente las que aparecen de países como China resultado de las menores medidas higiénicas y controles.
- Es una de las quejas de los productores españoles, las pocas medidas que se exigen a la hora de importar.
- Si hay una globalización, deberíamos poner unos mínimos sanitarios. No se puede concebir, en Europa tenemos controles higiénicos y de bienestar animal en explotaciones, mataderos y con inspección post mortem y en China siguen con los mercados húmedos, llevan los animales en vivo, se sacrifican allí y se pueden comer allí.
- Administración, clínicas veterinarias, mataderos, saneamiento…y labores de inspección y control sanitario en establecimientos hosteleros.
- Trabajamos en muchos campos y uno, quizá más desconocido para la sociedad, es la seguridad alimentaria, principalmente la restauración y minoristas. Esta misma semana se ha aplicado una instrucción para controlar las medidas de bioseguridad, supervisar todas las medidas higiénicas y de seguridad para que no se produzcan contagio en los establecimientos.
- ¿La sociedad valora y reconoce el trabajo de los veterinarios en su justa medida?
- Pienso que no, pero no solamente es culpa de la sociedad, quizá también de nuestra profesión que no ha sabido transmitirlo. Porque curamos a los animales, sí, pero eso tiene una repercusión en la salud pública, además del componente emocional si se tiene en cuenta que el 50% de las viviendas cuentan con una mascota, animales de compañía y somos los garantes del bienestar animal. Realizamos una labor desconocida, pero muy importante y estamos considerados dentro de la Ley como sanitarios, sin embargo no se desarrollan todas las facetas, como la aplicación del IVA sanitario, ya que seguimos con un 21%, que repercute muchísimo a los usuarios cuando llevan a su mascota a la clínica. Tampoco las clínicas están consideradas como sanitarias, con las desventajas a la hora de adquirir material.
-¿La principal reivindicación?
-En general, reivindicar el carácter sanitario de nuestra profesión que nos confiere la Ley, pero no se acaba de desarrollar, porque los veterinarios realizamos una labor sanitaria.
- Con 480 colegiados en Salamanca, ¿hay paro?
- Hay muchos veterinarios porque han crecido las facultades en las últimas décadas, se ha pasado de cuatro a 13 en toda España. No hay demasiado paro porque es una profesión con muchas salidas en la industria agroalimentaria, aunque sí hay precariedad laboral. Es el gran problema actualmente de este colectivo.
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