El mercado de fichajes de verano en Primera, Segunda y Segunda División B del fútbol español se cerrará el lunes 2 de septiembre a las 23:59 horas. En otras categorías y en otros países las fechas serán distintas. Incluso en las tres principales divisiones del balompié nacional se podrá incorporar jugadores si existen fichas libres y se ocupan con deportistas en paro.
De esta manera, se establece un calendario que mantiene en vilo a los representantes de futbolistas y entrenadores, legalmente conocidos como intermediarios. En España, para serlo, hay que contar con una licencia concedida por la Real Federación Española de Fútbol. En la provincia de Salamanca hay dos que la tienen: Lucian Marinescu y Héctor Méndez.
El primero, de 47 años, constituía la empresa Consultoría Internacional Deportiva Marinescu en 2006, cuando colgaba las botas y fijaba su residencia en la capital charra, ya que en ella jugaba con la Unión Deportiva Salamanca en las temporadas 1998-1999, 2000-2001 y 2001-2002.
“Antes había que pasar un examen muy duro para convertirse en agente y hay que saber de Derecho deportivo. En contra de lo que se piensa, nuestro trabajo no consiste en cobrar una comisión por un traspaso, pues hasta algunos clubes solicitan tus servicios para que les ayudes a confeccionar las plantillas”, asegura el rumano, que también posee el título de director deportivo, a SALAMANCA24HORAS.
La metodología de trabajo de Marinescu se basa en estar en continuo contacto con directivos y deportistas: “Me gusta hablar directamente con los clubes. Solamente me desplazo a otros lugares cuando es necesario, pues mientras se evalúa la posibilidad de fichar a un jugador, el proceso está abierto. Eso significa que si no firma, te quedarás sin cobrar y habrás perdido tiempo y dinero en llamadas o viajes. Mi idea es ofrecer siempre un servicio de calidad. Entre clubes y futbolistas, manejo un amplio abanico de clientes”.
Como todos los veranos, el de 2019 está siendo de gran actividad para Lucian, que reconoce que le cuesta desconectar y tener días libres o de vacaciones a lo largo del año: “En cuanto se cierra un mercado, aparecen futbolistas que se sienten incómodos en un lugar y te piden que les busques una salida. Además, otro mercado estará abierto en algún lugar”.
Aun así, Marinescu, cuya esposa es la otra componente de la agencia, es feliz con una profesión a la que pone algunas pegas: “Existe una competencia tremenda porque hay muchos intrusos y gente que quiere cobrar por ponerte en contacto con clubes cuando ni siquiera son intermediarios. Además, ahora se apuesta por representar a deportistas de 12 años que tienen problemas para dominar un balón. En este aspecto, el fútbol es un negocio en el que se habla de coches e inversiones inmobiliarias. Es un enfoque malo porque al jugador hay que valorarlo en el campo. La ventaja de haber sido futbolista es que puedes aconsejar mejor al representado en este tipo de asuntos”.
“Ser intermediario significa saber que a veces se gana y a veces se pierde, pues nadie te paga hasta que finaliza una operación. Como cuenta un amigo mío, es tener cada año 364 días de problemas y uno de felicidad”, concluye Lucian Marinescu.
Para el exfutbolista salmantino Héctor Méndez, que se iniciaba en este mundo en 2014, tras retirarse, “este trabajo es bastante entretenido porque aglomera muchas características, pero también genera responsabilidad, estrés y tensión, dado que muchos futbolistas, entrenadores y clubes depositan su confianza en nosotros y hay que estar disponibles las 24 horas del día”.
Por este motivo, el propietario de HM Football Sport Management relata que sacrifica determinados aspectos de su vida personal y que las vacaciones veraniegas las comenzará el 3 de septiembre, una vez concluida la ventana de fichajes en las principales categorías de España: “Para nosotros, el mercado de verano español empieza en febrero, justo cuando se cierra el de invierno, pues se tiene que dedicar tiempo a ver partidos, a determinar qué futbolistas pueden abandonar un club, a estudiar cuáles podemos llegar a representar y a perfilar qué va a necesitar una entidad reuniéndonos con sus directores deportivos. En junio, julio y agosto se pone la guinda a lo llevado a cabo meses atrás. Es el momento culminante”.
Por tanto, las funciones de Méndez se extienden a todas las estaciones del año: “Trabajamos más allá de los dos o tres meses que se suele pensar. No me cuesta nada hacer las horas que sean necesarias y emprender viajes y gestiones. Disfruto. Pero sí es cierto que a mi familia, mi pareja y mis amigos se les hace duro entender lo que engloba esta profesión, desde tener que efectuar una llamada a altas horas de la madrugada porque estás negociando con un club asiático hasta desplazarse en fin de semana para ver partidos. Existen mercados, como el de Asia y el de Estados Unidos, que tienen otro tiempo de inicio y final, por lo que siempre estoy tratando de cerrar movimientos. Además, al ofrecer servicios de representación a futbolistas de nuestra agencia, de intermediación para intentar realizar transferencias y cesión de jugadores que no nos pertenecen y de asesoría a clubes que quieren que les ayudemos en su planificación deportiva, siempre hay tarea por delante. No en vano, tenemos que apoyar a nuestros representados todo el año. Han de sentir que estamos a su lado”.
“Intentamos fallar lo mínimo posible porque no nos interesa que un equipo firme a un futbolista si no estamos convencidos de que va a rendir. De lo contrario, se produciría un efecto dominó que nos provocaría un daño colateral porque la imagen es muy importante”, revela Héctor a SALAMANCA24HORAS a la hora de explicar la filosofía de su empresa, en la que se encuentran varios colaboradores que se hacen cargo del análisis de conjuntos y jugadores y que, en el extranjero, los recogen en el aeropuerto y los acompañan en los reconocimientos médicos, en las presentaciones y en lo que precisen.
Más control es lo que necesita, según Héctor Méndez, el mundo de los intermediarios: “Calculo que habrá cuatro veces más de individuos que se hacen pasar por agentes que no están registrados en la Real Federación Española de Fútbol de los que sí lo estamos. Hay que trabajar con transparencia, seriedad y organización. El fútbol mueve mucho dinero, pero también los sentimientos e ilusiones de una gran cantidad de personas. No podemos permitirnos que, debido a una mala gestión por nuestra parte, fallemos a esa gente. Por ello, trabajar con las situaciones y documentación bajo control es la primera de nuestras condiciones. No nos asociamos con cualquier colaborador, solo con los que nos demuestran que están capacitados y nos dan unas referencias que nos hacen pensar bien de ellos. Cuesta bastante ganarse la confianza y el respeto de los clubes y futbolistas, pero muy poco perderla. Una mala gestión te condena a cerrar la puerta que tanto se luchó por abrir”.
El charro Kike López, ahora en la Unión Deportiva Ibiza, era su primer representado. “Es mi amigo y traté de ayudarle para afrontar su salida del Cádiz Club de Fútbol hacia el Club Deportivo Alcoyano. Desde entonces, HM Football Sport Management ha crecido más de lo que esperaba, pues ha realizado operaciones en trece países, algunos de ellos lejanos, como Australia y Japón, o económicamente muy potentes, como China y los Emiratos Árabes Unidos. Instalarse más allá de nuestras fronteras es una buena solución para quienes han tocado techo en España o no les dan las oportunidades que requieren en nuestras Ligas”, confiesa este intermediario de 35 años.
“Lo mejor que tiene dedicarse a esto es que vas conociendo a gente y estableciendo amistades. Creo que la confianza es la llave que abre las relaciones profesionales. Ayudar a futbolistas a seguir con sus carreras y a que crezcan es una sensación que carece de precio. Lo peor es que el mercado de fichajes te ponga trabas y obstáculos para colocar a algunos jugadores. Lo paso mal porque tengo empatía con ellos y sé que estarán nerviosos al comprobar que el tiempo pasa y pueden quedarse sin un sueldo. A veces echas muchas horas en una operación que falla y te llevas una decepción. Pero a los dos días ya tienes que continuar porque, si no, pierdes tiempo para cerrar otra”, cuenta Héctor Méndez, que define el ámbito en el que trabaja como “una pasión”... aunque toque trabajar duro en verano.
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