Cuando pasaban dos minutos de las diez, con puntualidad británica salió Raphael a escena ante una abarrotada Plaza Mayor, que ya contaba con los accesos cerrados por aforo completo. Arrancó con dos de sus últimas canciones y con una banda de acompañamiento compuesta de pianista, batería, bajo, percusión y dos guitarras.
Tras esas primeras canciones de su más reciente trabajo discográfico, Infinitos Bailes, se dirigió al público: "He estado en Salamanca varias veces pero es la primera vez en la Plaza Mayor. Creo que no será la última", y añadió, "estas canciones han sido de mi último disco, pero yo sé a lo que ustedes han venido". Justo en ese momento comenzó a sonar Mi gran noche. Y la Plaza a vibrar.
El de Linares, de riguroso negro al estilo Johnny Cash, ha demostrado en Salamanca que por él no pasan los años. Con una voz nítida y mucha energía, quizás gracias a que el concierto que debía dar este viernes en Azuqueca de Henares se suspendió a los 40 minutos de iniciarse, Raphael ha dado una clase magistral de saber estar en el escenario. Esta noche en Salamanca la lluvia sí le ha respetado. Los creyentes lo podrán achacar a la intercesión de la Virgen que la ciudad festeja hoy, los demás a que una cita con Raphael en el marco incomparable de la Plaza Mayor era una oportunidad muy bonita que no podía ser estropeada.
Y así, desgranando un repertorio cuidadosamente construido a lo largo de cinco décadas, un éxito tras otro, varias generaciones de salmantinos han podido disfrutar de una velada histórica. La primera vez que Raphael actuó en la Plaza Mayor. A sus 75 años. ¡Y gratis!
Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios