Después de tres intensos días en los que diferentes testigos de los hechos, además del único acusado, han pasado por la Audiencia Provincial de Salamanca para dar conocimiento de lo que vieron y vivieron aquella fatídica noche de agosto de 2021, este viernes es el turno para que las tres partes implicadas -Ministerio Fiscal, acusación particular y defensa- expongan las conclusiones para defender sus intereses.
Tras el devenir del juicio todo apunta a que las peticiones se mantendrán igual que lo presentado inicialmente por las partes, es decir, 36 años de prisión para el autor y más de medio millón de euros como responsabilidad civil o, por el contrario, la eximente completa de responsabilidad criminal defendida por el abogado del acusado que llevaría a su cliente a ingresar los mismos años en un centro psiquiátrico.
Suposiciones, no obstante, que se revelarán este viernes y que intentará dar luz en la opinión de un jurado popular que tiene un arduo trabajo de horas por delante para determinar un veredicto final, puesto que no deberán precisar si el varón es culpable o no, como suele ser habitual en estos casos, ya que incluso el propio acusado asumió ser el autor de los hechos, sino que tienen que decidir si el asesinato fue conscientemente o motivado por un impulso mental.
Pocos testimonios pueden salvar al ‘pistolero de Garrido’
Todos los testimonios que se han podido escuchar durante estos días por la sala principal de la Audiencia Provincial de Salamanca coinciden en reconocer la actitud de Emilio durante la noche del asesinato como la de una persona normal, algo bebida, pero no “borracho”. Algo que aleja el objetivo a su abogado que, además, vio como este jueves los forenses apuntaban a que su defendido “Es conocedor de la ilicitud de los hechos porque intenta salvarse y ocultarlos, no hay impulsividad. En ese momento tenía plenas facultades”. Estos consideran que Emilio sabía “lo que hacía, no tenía ningún problema en realizarlo y así lo hizo”.
Acabó con la vida de Chema y dejó muy malherida a Belén quien, con graves secuelas por los disparos, tiene que convivir con una bala alojada en la cabeza entre otras lesiones y afecciones cerebrales. Ella, como apuntó en el juicio, no recuerda nada de lo que pasó o al menos no puede expresarlo: “Lo tengo dentro, pero no me sale por la boca. No soy capaz de expresarlo”.
Lo hizo a sangre fría y por la espalda, marchándose del lugar tranquilamente como si “la cosa no fuera con él”, como apuntó uno de los vecinos que vio toda la secuencia desde el balcón de su casa: “Estaba fumando un cigarrito en la galería, en un balcón cerrado. Serían como las dos de la mañana y estaba con el cigarro cuando vi a la pareja andando. El hombre andaba un poco extraño y pensé para mí, que mal anda este hombre.
Hicieron un alto en el paso de peatones, llegó una tercera persona y le pegó un tiro en la nuca al hombre, la mujer sacó el brazo izquierdo y le disparó a ella. Cayeron al suelo y disparó varias veces más. Iba repartiendo los disparos a uno y a otro”, expresó este testigo que vio cómo sucedió todo y al que ha reafirmado que “No dijo nada antes de disparar. Como una persona que pasa andando cerca y escuché ¡PUM!, disparó por detrás. No me pareció un borracho, ni drogado, iba bien recto. Se marchó andando tranquilamente, como si no fuera con él”.
Él mismo, que durante todos los testimonios no ha cambiado en ningún momento el semblante, por fuerte y explícita que fuera la descripción, pidió perdón en el primer día del juicio, aunque asegurando que no recordaba nada y que ese día “yo solo me quería suicidar”. Bebió una botella de Whisky, según su declaración, y se metió “dos tiros de coca” ese día. Sin embargo, una amiga de Belén y de Chema, que estuvo con ellos celebrando el cumpleaños de la primera y durante un rato charlando con Emilio, aseguró que “ni estaba borracho ni estaba bebido. Este hombre se acercó hasta tres veces y le dijimos que muchas gracias, pero que no queríamos nada. Se sentó después de que trajera el camarero dos copas. Se sentó al lado de Belén y se puso a hablar como cualquier persona que no se conoce. No vi nada raro. Me dijo que era vigilante de seguridad y que había nacido el 20 de noviembre”.
Precisamente, coincidencias del destino, el domingo será su cumpleaños. Quizá ya haya recibido el veredicto de un jurado popular que le juzga por matar a una persona a la que no conocía y malherir a otra, que tampoco conocía y que sin saberlo ese 27 de agosto de 2021 celebraba el último cumpleaños de su antigua vida.
Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios