El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha dado a conocer en un comunicado remitido en la tarde de este viernes, 7 de febrero, a los medios de comunicación la decisión del Alto Tribunal de revocar la sentencia impuesta por la Audiencia de Salamanca y así absolver a un joven que había sido condenado por agresión sexual a una estudiante universitaria.
"No podemos sostener que la denunciante haya faltado a la verdad en su denuncia y declaración, pero sí que no ha quedado acreditada, más allá de toda duda razonable, la comisión del delito imputado", apuntan los magistrados.
La Sala estima el recurso del condenado contra la sentencia de la Audiencia de Salamanca, que le impuso una pena de seis años de cárcel por un delito de agresión sexual. La Sentencia de la Audiencia salmantina contó con el voto particular de uno de los tres magistrados que integraron el tribunal, que se mostró partidario de la absolución.
"Ciertamente nos encontramos exclusivamente con la declaración de la denunciante como única prueba de cargo de tales imputaciones, por lo que, basarse en dicha prueba, supone un acto de fe en la veracidad de lo que la misma refiere que consideramos insuficiente para dicha condena, puesto que, exigiéndose para la existencia del citado delito, la presencia de violencia o intimidación como medios utilizados por el acusado para mantener la relación sexual con la denunciante, no hay acreditación de tal presencia salvo por las meras manifestaciones de ésta última", arguyen los magistrados de la Sala de lo Civil y Penal del TSJ.
En su sentencia, señalan que "La condena del acusado, por tanto, en la sentencia recurrida supone la infracción de los principios de presunción de inocencia y de "in dubio pro reo", dado que el mismo debió ser absuelto con todos los pronunciamientos favorables, de manera que, en suma, venimos a coincidir con los argumentos y conclusión del citado voto particular discrepante, incluida la afirmación de que no podemos sostener que la denunciante haya faltado a la verdad en su denuncia y declaración, pero sí que no ha quedado acreditada, más allá de toda duda razonable, la comisión del delito imputado".
El juicio
El juicio por el que el joven fue condenado a seis años de prisión tuvo lugar el 21 de marzo de 2019. Los hechos, según recogió el escrito de calificación previo de la Fiscalía, tuvieron lugar sobre las 02:00 horas de la madrugada del 5 de junio de 2017, cuando acusado y denunciante, que previamente habían mantenido conversaciones por redes sociales, se encontraron en un establecimiento de Gran Vía en el que trabajaba el primero.
Tras cerrar el bar a las 03:30 horas, ambos se marcharon a la Plaza Mayor, y como él tenía llaves de un hostal de las inmediaciones porque también trabajaba allí, entraron en una de las habitaciones. Según el relato de la presunta víctima, ella se negó a mantener relaciones sexuales con el acusado, pero él no le hizo caso, agarró a la chica, la desvistió y la violó. Ella interpuso la denuncia en la madrugada del 8 de junio de 2017.
Declaración del ahora absuelto
En su declaración ante el Alto Tribunal, el joven acusado reconoció las relaciones sexuales, pero asegurando que en todo momento fueron consentidas. El hombre explicó que no conocía a la chica en persona, pero que llevaban varios días hablando por redes sociales. Primero por Instagram y luego se dieron los teléfonos móviles y se enviaron mensajes a través de WhatsApp. Ella acudió aquel día de madrugada al local de Gran Vía en el que él trabajaba y, cuando cerró, se fueron a la Plaza Mayor. "Compré unas latas de cerveza y un paquete de tabaco y hablamos de ir a casa de ella o a la mía, pero como ella compartía piso me dijo que tan tarde no podíamos ir; y como yo vivía en Los Alcaldes, que está muy lejos; fuimos a la habitación de una pensión de la Plaza Mayor porque yo trabajaba allí y tenía llaves", comentó.
"Tanto la conversación que mantuvimos por mensajes como en persona fue en ocasiones subida de tono y ella nunca quiso no tenerla. Además, la comunicación no verbal daba a entender que quería mantener relaciones sexuales conmigo", afirmó el joven. En una de las habitaciones de la pensión, siempre según el relato del acusado, comenzaron a besarse y a desvestirse. Ella le practicó sexo oral y luego tuvieron relaciones sexuales con penetración. "No usamos preservativo porque yo no tenía y ella me tranquilizó diciendo que tomaba la píldora".
"Cuando terminamos nos vestimos y salimos de la pensión. Había un coche patrulla de Policía haciendo vigilancia en la Plaza. Creo que si ella hubiera sido forzada se lo hubiera dicho a los agentes que allí estaban. Nos despedimos y cada uno se fue por su lado", finalizó el acusado, indicando que creía que la presunta víctima "no es consciente del daño que me ha hecho con esto", aseguró al tribunal que le juzga.
Declaración de la presunta víctima
Claro, el relato de la joven fue completamente distinto que el del acusado. Ella, estudiante de Psicología en la Universidad de Salamanca, aseguró que por entonces se encontraba en plenos exámenes y pasaba muchas horas en la biblioteca de Libreros. "A las dos de la madrugada estaba ya muy cansada y decidí hacer un descanso. Fui al bar en el que él trabajaba y estuvimos hablando. Yo tomé una caña porque no llevaba casi dinero encima. Él si bebió alguna copa y cerveza". La joven también ha indicado que fueron acompañados de otro camarero hasta la Plaza Mayor cuando el bar cerró, pero que allí se quedaron solos.
"Estuvimos hablando y caminando y él compró tabaco y cervezas. Hablamos de ir a su casa, pero yo rechacé la propuesta porque sabía las intenciones que él tenía y yo no quería tener sexo con él", aseguró la denunciante. Sin embargo, a preguntas del fiscal indicó que se fió del chico después, cuando él le dijo de subir a la habitación de una pensión en la que trabajaba. "Me dijo de ver las vistas que hay desde el balcón de la habitación a la Plaza, y subimos. Allí estuvimos como amigos pero en un momento dado él se abalanzó sobre mí y yo me paralicé y bloqueé. Me quiso quitar el cinturón y finalmente acabamos sin ropa. Él me penetró y yo di voces, por lo que me puso un cojín sobre la cara para que no lo hiciera", contó.
La joven también relató que vieron juntos al bajar del hostal un coche de la Policía, pero que él le "amenazó" diciéndole que no le denunciara, porque "le iba a buscar la ruina e iba a acabar durmiendo en el calabozo".
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