La Audiencia Provincial de Salamanca ha acogido en la mañanade este martes la vista oral del juicio por el que solicita diez años deprisión para un varón de origen marroquí, M.A., por, presuntamente, violar enrepetidas ocasiones a su sobrina en una finca de Doñinos. Un juicio, noobstante, marcado por muchos interrogantes e indecisión en las declaraciones deambos intervinientes, puesto que, a pesar de llevar varios años en España, acusado yvíctima han tenido que hacer uso de interprete. Algo que no debería cambiar eldevenir de la vista oral, pero que sí ha dificultado el desarrollo y laexposición de los hechos, puesto que la persona encargada de traducir haadmitido hablar un dialecto diferente de árabe al de acusado y víctima, por loque en algunas ocasiones no ha podido expresar con claridad las respuestas desus interpretados.
Precisamente, por esta dificultad a la hora de expresarse y entenderse, el máximo representante delTribunal ha interrumpido la vista para ofrecer la posibilidad de no continuarcon el juicio si la defensa del acusado lo creía pertinente. El acusado se hanegado porque “no quiere volver a pasar por esto mismo” y ha decididocontinuar, con la condición de expresar por escrito algunas cosas que no terminara de entender.
El acusado ha negado categóricamente y en todo momento habersido el autor de cualquier tipo de acción sexual en contra de la víctima, S.A.,afirmando además que “todo es mentira y no pasó nada”. Por otra parte, haañadido que precisamente esta denuncia “llegó porque yo le advertí a la víctimaque iba a denunciar a su novio por amenazarme; algo que hacía por redessociales recalcando que me iba a quemar la casa y joder a mi mujer”.
Por su parte la víctima, que en el momento de los supuestoshechos tenía 23 años de edad, ha afirmado que “la relación con el marido de mitía era muy buena, nos llevábamos como hermanos. De hecho, él me contó que yano mantenía relaciones con su mujer y que a ver si yo le podía decir algo paraayudarle”.
Entre lágrimas, la presunta víctima, ha expuesto los hechoscomo los recuerda de aquel día de verano de 2017. “Mi tía se quedó en elhospital con su hijo y entonces yo me fui en coche con M.A. allí ya comenzó areírse diciéndome que hoy íbamos a estar solos”. En la misma intervención lavíctima ha detallado que cuando llegó a casa preparó la cena y después de cenarse fue a su habitación a rezar, “en ese momento apareció él y me dijo quequería hablar conmigo, porque siempre le había gustado. Me dijo que tenía unaforma de la boca muy bonita y que seguro que la parte de abajo era igual. Fueuna frase que no olvidaré nunca".
"Después -prosigue la víctima- se abalanzó sobre mí y me tapó la boca, merompió el pijama y me bajó los pantalones; yo me quedé en estado de shock y norecuerdo si me penetró o no”. Sin embargo, la propia víctima ha continuado explicando quea la mañana siguiente se encontró las sábanas llenas de sangre, “como estaba tiesano sabía si me había penetrado, pero como en ese momento era virgen y vi lasmanchas de sangre ya es cuando me di cuenta de que sí lo había hecho. Cuando lerecriminé su actitud y le enseñé las sábanas me dijo: no toques la cama que levoy a hacer una foto con el móvil”.
Según el testimonio de la víctima, aunque no exento deimprecisiones y contradicciones, ha admitido que la llegó a violar en al menosdos ocasiones más: una en el salón y otra en la misma habitación cuando ella seestaba echando una siesta, amenazándola con que si contaba algo, la mataría y laenterraría allí mismo.
Por otro lado, a reiteradas preguntas de la defensa delacusado sobre los motivos por haber tardado tanto en denunciar los presuntoshechos, puesto que fueron denunciados varios meses después, la víctima haasegurado que “tenía miedo y no quería destrozar la familia”