El interrogatorio de los acusados por el asesinato del Chispi ha centrado la tarde del lunes en el juicio que acoge la Audiencia Provincial de Salamanca. A preguntas del Ministerio Fiscal, El Rafi ha asegurado que, aunque él tenía buena relación con El Chispi, la relación de este con El Pepón era mala, “como sabía todo el barrio” y al igual que sucedía con El Vinas.
El día de los hechos ha asegurado que, tras realizar diferentes gestiones con su pareja por la mañana, acudió al lugar en un momento “inapropiado” cuando ‘El Chispi’ estaba en el suelo y ya habían sucedido los hechos (el Fiscal ha asegurado que llegó minutos antes) y tras ver al joven en el suelo, El Rafi ha asegurado que se bajó del coche dejándolo en marcha tras lo que se montó El Pepón diciéndole “que lo he matado, que lo he matado” y “al ver eso pensó a ver quién le dice que no”.
No obstante, poco después ha cambiado su versión hasta en otras dos ocasiones, llegando a asegurar que escuchó los tiros cuando llegaba a la zona y poco después que llegó antes de que tuvieran lugar los tiros que acabaron con la vida del joven, que llegó allí cuando se dirigía a Correos y que se bajó del coche porque días antes El Chispi y El Pepón tuvieron una pelea y por él, ha aseverado, no fue a más.
Tras ello, El Rafi, ha asegurado, que vio como El Pepón (con una capucha, pero con la cara descubierta) y El Vinas (tapándose la cara con una prenda) fueron quienes dispararon contra el joven, rematándolo cuando ya estaba en el suelo.
Tras montarse Pepón en su coche acudieron hasta la casa de éste y tras el aviso de que los familiares del Chispi les estaban buscando para matarlos, se montó en una furgoneta hasta El Encinar junto a su pareja y La Samira, estando ya allí Pepón cuando ellos llegaron. De allí regresaron a Salamanca para recoger pertenencias para acudir a Madrid, de allí a Tudela de Duero a casa de unos familiares, ha contestado a peguntas del Ministerio Fiscal.
Además, El Rafi ha asegurado que tanto El Vinas como El Pepón le dijeron que se iban a encargar de su hijo y que a él no le iba a faltar de nada en la cárcel a cambio de que cargase con la muerte del joven. Precisamente este hecho le llevó a cambiar de letrado, que hasta ese momento los tres eran asistidos por el mismo abogado, “porque vio que le iban a hacer el lío para cargar con la muerte”.
La mujer de El Rafi apoya la versión de su marido, pero no vio cómo disparaban
Por su parte, la mujer de El Rafi ha apoyado la versión de su marido asegurando que pararon en el lugar del asesinato cuando iban a Correos "Ilegando uno o dos minutos" antes de la muerte de El Chispi y que vio a dos personas, uno con una capucha y otro con un pasamontañas, aunque ella no vio cómo disparaban.
Cabe destacar que la mujer ha señalado que huyeron de la ciudad debido a que un primer momento se señaló a su marido como autor de la muerte por parte de la viuda de El Chispi, aunque según se ha defendido en la sala este hecho cambió poco tiempo después al confundirse las vestimentas de los implicados.
Sin embargo, al igual que ha hecho su marido, únicamente se ha limitado a contestar a las preguntas de la Fiscalía, así como las formuladas por su defensa, acogiéndose a su derecho a no declarar a las cuestiones formuladas tanto por el abogado de la acusación como por los de la defensa del resto de acusados.
La Samira asegura que El Pepón llegó a casa manchado de sangre y le dijo que lo había matado junto a su padre
La Samira, por aquel entonces pareja del Pepón (que era su primo) y, por tanto, sobrina del padre de este, El Vinas, ha asegurado que la relación con el Chispi era "mala" y tras verle en el Centro de Salud mandó un mensaje a El Pepón para decirle que estaba allí a pesar de "a ella no se le permitía tener teléfono" y usó el de su hijo.
Tras ello, regresó a su casa cuando El Pepón salía del domicilio esperándolo en la calle su padre El Vinas y la pareja de este, La Rocío. Tras un tiempo fuera y al volver a casa ha reconocido que llegó con manchas de sangre en diferentes partes del cuerpo y le dijo "ya está, lo he matado" y, tras lavarse, que "cogiera a los niños y se fuera de allí", tras lo que se marchó a El Encinar a casa de su madre, donde El Pepón le aseguró que él y su padre habían sido los que lo habían matado, disparando él primero y después El Vinas.
La Rocío, sobre el arsenal incautado en su trastero: “Una es de mi padre y el resto no sé porque allí entran y salen muchos gitanos”
‘La Rocío’ ha sido la primera de los acusados que ha contestado a las preguntas de todas las partes. Precisamente ante las cuestiones planteadas por la Fiscalía ha manifestado que ella únicamente se comunicó antes de los hechos con Samira, a pesar de que sus facturas telefónicas reflejan hasta otras dos, algo que ha negado.
En cuanto a las armas que los agentes encontraron en el registro de su trastero, ha asegurado que una de ellas era de su padre y que el resto no conoce su procedencia porque allí “entran y salen muchos gitanos” a pesar de que ha asegurado instantes después que únicamente tiene acceso ella, ni siquiera su pareja, El Vinas.
En cuanto a su entrada al Centro de Salud (que en el escrito de calificación de Ministerio Fiscal se recoge como que entró a vigilar los movimientos de El Chispi y se los iba transmitiendo a El Vinas y a El Pepón, que habían llegado allí tras el aviso de La Samira) las cámaras de seguridad señalan que permaneció en la puerta 29 minutos mirando hacia la entrada aunque ella ha asegurado que fue “a realizarse una prueba de embarazo” y que se enteró del asesinato por los medios de comunicación aunque no ha dudado en asegurar que los dos autores del asesinato son El Rafi y El Pepón (hijo de su pareja), que se suicidó en la cárcel.
‘El Vinas’: “No maté a El Chispi, fueron mi difunto hijo El Pepón y El Rafi”
El Vinas ha asegurado ante el juez que la relación con su hijo, El Pepón, no era “ni buena ni mala porque era un hombre joven que no le hacía mucho caso” y que no tenía conocimiento de lo que había en el trastero de su pareja en el que se incautó un amplio arsenal porque nunca había entrado en él.
Además, ha negado que el destierro del Chispi tras mantener una relación extramatrimonial y que desencadenó en la disputa por la que el Chispi acabó recibiendo dos disparos en el glúteo en una ocasión anterior fuera tal, sino que se había llegado al acuerdo de vivir cada uno en un barrio.
“No maté a El Chispi, fueron mi difunto hijo El Pepón y El Rafi”, ha asegurado a las preguntas de su abogado a pesar de que la por entonces pareja de su hijo ha manifestado en la sala que él mismo le aseguró que habían sido él y su padre. Además ha negado la participación de su pareja en los hechos y ha asegurado que él cuando sucedió todo “estaba en casa”.