El 'Pistolero de Garrido' fue juzgado el pasado mes de noviembre por los hechos acontecidos el 28 de agosto de 2021. Esa madrugada acabó con la vida de Chema y dejó malherida a Belén tras dispararles en repetidas ocasiones. El jurado popular lo declaró culpable por unanimidad y este miércoles, 21 de diciembre, la Audiencia Provincial de Salamanca ha dictado sentencia contra Emilio D.Y.
Según el fallo, el autor ha sido condenado a 36 años de prisión por tres delitos: 22 años por asesinato con alevosía; 12 años por un delito en grado de tentativa de asesinato; y 2 años por tenencia ilícita de arma de fuego corta. Tampoco podrá aproximarse a menos de 500 metros ni comunicase por ningún medio con los familiares (padres e hijas) de Chema ni con Belén.
Respecto a la responsabilidad civil de los ilícitos enjuiciados, Emilio D.Y. deberá indemnizar con 84.283,80 euros a cada una de las dos hijas del fallecido, con 42.141,90 euros a cada progenitor y con 21.092 euros a cada uno de sus hermanos (dos mujeres y un hombre). Las descendientes de Chema recibirán, además, una cantidad fija de 438,80 euros como perjuicio patrimonial y una partida indemnizatoria adicional al depender económicamente de la víctima en el momento del accidente.
Asimismo, Belén tuvo que ser sometida a varias intervenciones quirúrgicas y ha visto mermada su calidad de vida por a las secuelas que arrastra tras el tiroteo. El 'Pistolero de Garrido' tendrá que hacerse cargo de todos los gastos derivados de dichas operaciones, indemnizar a la víctima por perjuicio moral (105.354,75 euros), perjuicio excepcional (26.938,63 euros) o estético (45.205,12 euros), entre otros.
Noche fatídica y posterior juicio
El 28 de agosto de 2021, el condenado acudió a un bar de la calle Juan de Villoria, donde se dirigió de forma insistente y molesta a Belén. Esta, junto a su pareja, se marcharon del lugar, siendo perseguidos por Emilio D.Y., que, al llegar a la calle Isaac Peral, les disparó por la espalda y continuó haciéndolo incluso cuando ya yacían en el suelo. Chema murió tras rebibir cuatro balazos, mientras que Belén sufrió graves lesiones. Tras el suceso, el autor del mismo arrojó el arma en un contenedor cercano y accedió a su domicilio, donde fue detenido al día siguiente por agentes de la Policía Nacional.
Ya en el juicio, el 'Pistolero de Garrido' declaró no acordarse de lo ocurrido y señaló que esa noche se quería suicidar: "Me levanté, me mediqué y bebí una botella de Whisky y una raya de cocaína porque me encontraba fatal. Llevaba tiempo obsesionado con la manera de suicidarme y hacerlo. Estaba harto y decidí coger la pistola para salir de casa y suicidarme, lo había intentado días antes poniéndomela aquí -haciendo el gesto de ponerla en la cabeza-, pero no me atreví. Me fui a un bar para coger valor".
Su abogado intentó por todos los medios que ingresase en un centro psiquiátrico en vez de en prisión, pero el resto de testimonios coincidieron en reconocer la actitud de Emilio durante la noche del asesinato como la de una persona normal, algo bebida, pero no “borracho”. Los forenses apuntaron, además, que el 'Pistolero de Garrido' era "conocedor de la ilicitud de los hechos porque intenta salvarse y ocultarlos, no hay impulsividad. En ese momento tenía plenas facultades” y consideraron que sabía “lo que hacía, no tenía ningún problema en realizarlo y así lo hizo”.