Además de la víctima y las personas que vieron esa noche a Chema y a Belén, uno de los testigos más importantes del juicio es uno de los vecinos de Isaac Peral que estaba fumando un cigarro en el balcón y vio todos los hechos.
Este hombre, fue quien llamó al Servicio de Emergencias 112 y ha reconocido que Emilio, después de disparar el arma, “se marchó andando tranquilamente, como si no fuera con él. Se fue de Isaac Peral hacia Federico Anaya y cruzó sin titubeo”.
Este mismo testigo ha afirmado que se acordaba perfectamente de los hechos, aunque no vio la cara de la persona que disparó el arma, eso sí ha reconocido “el redondelito de la camiseta”, mostrada por los funcionarios de la sala.
“Estaba fumando un cigarrito en la galería, en un balcón cerrado. Serían como las dos de la mañana y estaba con el cigarro cuando vi a la pareja andando. El hombre andaba un poco extraño y pensé para mí, que mal anda este hombre.
Hicieron un alto en el paso de peatones, llegó una tercera persona y le pegó un tiro en la nuca al hombre, la mujer sacó el brazo izquierdo y le disparó a ella. Cayeron al suelo y disparó varias veces más. Iba repartiendo los dipsaros a uno y a otro”, ha expresado este testigo que vio cómo sucedió todo y al que ha reafirmado que “No dijo nada antes de disparar. Como una persona que pasa andando cerca y escuché ¡PUM!, disparó por detrás. No me pareció un borracho, ni drogado, iba bien recto. Se marchó andando tranquilamente, como si no fuera con él, ha concluido este testigo.
Trabajadores del bar y amigos de las víctimas
Al igual que en el caso de Natalia, la amiga que estuvo con Chema y Belén esa noche, otras personas que vieron al trío de amigos celebrando el cumpleaños de Belén, pero también a Emilio, han declarado en esta segunda sesión del juicio.
Uno de ellos, amigo de las víctimas y dueño de otro bar del que también eran clientes, estuvo en el establecimiento hostelero donde vieron por última vez con vida a Chema, junto a sus dos amigas, cuando salió de trabajar “Recuerdo que Belén me dijo que este hombre -en referencia a Emilio, el presunto asesino- era muy pesado. Vi como se marcharon los tres y este salió detrás de ellos en la misma dirección”. En cuanto al acusado, asegura que en su actitud “no vi nada raro”.
Precisamente esta persona, que escuchó las detonaciones “diez minutos o un cuarto de hora después”, fue quien se dirigió rápidamente al dueño del establecimiento donde habían estado los tres amigos para pedirle que llamara a Belén: “Llamé unas cuatro veces y no me lo cogió”, ha asegurado ese encargado del bar que ha declarado también en el juicio como testigo.
Otro trabajador del establecimiento ha dado declaraciones similares a las de todos los testigos que vieron esa noche a Emilio, el presunto autor de los hechos, sobre el estado en el que lo vieron: “No me pareció que fuera muy borracho. Había bebido, pero lo normal. No iba especialmente mal”; mientras que otro de los trabajadores ha confirmado que “no lo vi tan bebido, pero sí tenía que haber tomado algo porque estaba un poco alterado”.
Así mismo, un cliente que estaba en el establecimiento sentado “dos mesas más hacia la izquierda” de los tres amigos y el acusado, ha manifestado que se fijo en este último porque tuvo un encontronazo con un camarero: “Rompió la silla y se enfrentó al camarero”.
Por último, también ha hablado una vecina que escuchó esa noche las detonaciones y salió a la ventana: “No estaba dormida, estaba viendo el cotilleo, el Sálvame. De repente escuché un ruido muy fuerte, pensé que era un portón y entonces me asomé. Me extrañé porque no se asomó ningún vecino ni nada. Pasaron cinco minutos desde el ruido hasta que vi algo”.
En ese preciso instante, sin ver nada de los disparos -de hecho, se marchó a dormir sin saber nada y todo había sucedido a escasos metros de su casa- apareció por la calle Emilio: “me quedé un momento en la ventana y vi subir a un chico. Veo que tira algo en el contenedor de la acera de enfrente, cruza y veo que sigue subiendo. Al llegar a la esquina, se para y se da la vuelta de nuevo para abajo hasta que se mete en su portal”, ha contado esta mujer, que asegura que tardó en contar lo que vio a la Policía por miedo, a pesar de estar confiada en que el autor de los disparos, de los que se enteró a través de la prensa al día siguiente, era su vecino, la persona que había visto esa noche.