La Audiencia Provincial de Salamanca ha acogido durante la mañana de este martes, 24 de septiembre, la segunda sesión del juicio por el crimen de Y.M.
El acusado ha mostrado una actitud similar a la del día de ayer: mirada perdida y cabeza agachada evitando el contacto visual con los miembros del tribunal.
Pasadas parcialmente las 9:30, ha comenzado la sesión en la que estaba prevista la declaración de los médicos forenses y guardias civiles que intervinieron en la investigación.
La declaración de los médicos forenses
Tras asegurar al jurado popular que su trabajo se basa en la imparcialidad y explicar brevemente en qué consiste exactamente su labor profesional, los médicos forenses han procedido a explicar las lesiones que presentaba la víctima.
Tal y como han referido en su exposición, la víctima, que en el momento del levantamiento del cadáver se encontraba en el suelo del baño, presentaba numerosos golpes y lesiones distribuidas por cabeza, tronco y extremidades superiores, reseñando las lesiones profundas en la cavidad torácica y parte abdominal, incluyendo éstas laceraciones hepáticas.
Han corroborado que las lesiones presentadas por la víctima eran resultado de acciones realizadas con pies y manos, dícese, puñetazos, patadas y pisotones.
Asimismo, los forenses han expuesto que la víctima no presentaba señales de defensa y que, durante la golpiza, no se encontraba de pie.
Posteriormente, han explicado que las vías aéreas estaban llenas de agua y que, ésto, se corresponde la muerte por sumersión vital; esto es, cuando la víctima aún estaba con vida.
El acusado, en declaraciones previas a la celebración del juicio, indicó que había introducido a la víctima en la bañera para reanimarla con agua, sin embargo, los forenses han negado esta afirmación dadas las lesiones presentadas.
Posteriormente, han procedido a explicar los resultados que obtuvieron tras efectuar varios exámenes al acusado.
Los forenses han indicado que D.G se mantuvo colaborador en todo momento durante las tres entrevistas realizadas en momentos diferentes; han reseñado que mantenía sus capacidades cognitivas y volitivas indicando que “ocultaba lo que quería ocultar” y que, pese a que en los análisis sí se mostró un consumo de alcohol y droga,su manera de razonar estaba conservada puesto que razonó y ejecutó los hechos ya que, una vez realizado el acto criminal, recogió la casa y la limpió.
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