Tras dos mañanas de sesión, en las que se han expuesto las pruebas existentes sobre los hechos juzgados, D.G ha declarado frente al tribunal.
Ha comenzado su alegato pidiendo disculpas, sin embargo, el juez ha cortado su discurso indicándole que, posteriormente, tendría ocasión de hacerlo.
Ha señalado que no recuerda exactitud los hechos y que, efectivamente, ya había contratado los servicios de la víctima con anterioridad.
Ha ratificado que el motivo por el que se puso en contacto con ella fue para mantener relaciones y que ambos realizaron juegos sexuales que el propio acusado ha señalado como "un poco fuertes".
El acusado también ha indicado que no recuerda haber propinado golpes a la víctima y que la versión inicial, en la que asegura que la víctima se desmayó y se golpeó, era la versión que "estaba en su cabeza".
Posteriormente, ha declarado, de nuevo, que llevó a Y.M a la bañera con intención de "ver si reaccionaba" con ayuda del agua.
Tampoco recuerda haber mandado víceos y fotos por whatsapp a sus amigos acompañados de comentarios despectivos y asegura que, al escuchar las declaraciones que éstos hicieron ante el tribunal, se quedó en shock.
D.G ha asegurado que cuando acudió a pedir ayuda al centro de salud creía que la víctima seguía viva y que le explicó a los facultativos del mismo lo que estaba, nuevamente, en su cabeza.
Ha asegurado que su intención en todo momento era ayudar a la víctima y que no recuerda, tampoco, que ésta le pidiera que parara así como tampoco haberla visto en el suelo.
La acusación particular le ha preguntado a D.G si consideraba a la víctima una persona o un objeto, a lo que ha asegurado que la consideraba una persona.
El jurado popular, por su parte, ha preguntado si D.G ató a la víctima bajo su consentimiento a lo que el acusado ha referido que sí y que se trataba de un juego sexual que habían practicado con anterioridad. Asimismo ha señalado, también respondiendo a una pregunta formulada por el jurado popular, que en el momento de los hechos era consumidor habitual de sustancias.
Ha referido, además y respondiendo a su defensa, que no tenía intenciones de matar a la víctima y que "en absoluto" profería desprecio alguno hacia la misma.
Finalmente, sollozando, ha terminado su alegato pidiendo disculpas a la familia de la víctima y a la suya propia por el daño inflingido.