El Juzgado de lo Penal número 2 de Salamanca, finalmente, ha podido celebrar el juicio por la presunta estafa en la venta de las entradas de un concierto de Sergio Dalma que iba a tener lugar en noviembre de 2016 en Salamanca, y en el que nunca se devolvió el dinero a los afectados.
Después de tres aplazamientos, por fin los dos jovencísimos acusados, I.M.F. y E.S.L., han comparecido ante el juez. Y la vista oral ha tenido de todo, desde un cruce de acusaciones entre los presuntos autores de la estafa, pasando por la aparición en la causa en reiteradas ocasiones del nombre de una mujer que no existe, e incluso la explicación, por parte de su manager, de que el propio Sergio Dalma se encuentra muy "apenado" por lo que pasó, y exige "que los afectados por la compra de las entradas recuperen hasta el último céntimo".
En primer lugar tuvo el turno de palabra E.S.L., el joven acusado que se enfrenta a dos años y tres meses de cárcel. En su intervención señaló, básicamente, que él también es una víctima más del otro acusado, I.M.F., que está en prisión. "Conocí a I.M.F. y cuando supo que yo necesitaba dinero, me dijo si quería trabajar con él. En principio iba a ser una colaboración para vender las entradas, pero luego me dijo que, si quería ganar dinero de verdad, tenía que asociarme con él para crear una empresa", explicó. Y así lo hizo, llegando a ser el principal encargado de organizar el concierto de Sergio Dalma y apareciendo como cotitular de las cuentas bancarias. "Teníamos una realidad de amistad fuerte, por lo que nunca dudaba de él. Sólo cuando la Policía se presentó en mi casa me di cuenta de lo que pasaba. Y claro, él se esfumó y no se nada del dinero", indicó al juez.
El fuego cruzado ha seguido con la intervención del segundo acusado, I.M.F., que está en prisión y se enfrenta a tres años, ya que está considerado presuntamente como el principal ideólogo y autor material de la estafa. En su caso, le ha cargado el muerto al otro, explicando que él no organizó el concierto de Sergio Dalma, y que no conoce el paradero del dinero de las entradas que recaudaron.
La mujer imaginaria
Tanto en los dos testimonios de los acusados como en el relato del dueño de la empresa gaditana que gestionó la venta de las entradas por Internet, que ha comparecido como testigo, ha aparecido el nombre de Anaí Fraile, una mujer que, presuntamente, trabajaba en la empresa de E.S.L. e I.M.F., y era la que se ponía en contacto tanto por email como por teléfono, con la ticketera y la mánager de Sergio Dalma. En ningún momento durante el juicio se ha podido acreditar quién era esa mujer, ya que ninguno de los acusados ha explicado quién era, y el Fiscal ha llegado a preguntar rotundamente si pueda tratarse de "algún hombre poniendo voz de mujer", a lo que los testigos han corroborado que no, que era efectivamente una mujer.
La pena de Sergio Dalma
También ha intervenido la mánager de Sergio Dalma, que ha señalado que fue ella la que decidió cancelar unilateralmente el concierto al comprobar que la promotora salmantina "no cumplía sistemática los plazos, era muy opaca y todo parecía muy sospechoso". Además, ha indicado que el cantante está apenado todavía por lo que pasó, que han rechazado solicitar indemnización por daños y perjuicios, y que el cantante espera "que se devuelva hasta el último céntimo a los afectados". De hecho, Sergio Dalma arrancó hace unos meses su nueva gira de conciertos en Salamanca "por lo que pasó en 2016".
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