M.A.R.S, regente de un bar en la urbanización salmantina de Peñasolana, ha sido condenado por la Audiencia Provincial de Salamanca a un total de 4 años de prisión por dos delitos de abuso sexual perpetrados contra una menor de 13 años.
Asimismo, también se le ha prohibido aproximarse a la menor, así como a su domicilio, centro escolar y cualquier lugar que, ésta, frecuente a menos de 300 metros durante 10 años.
Por otro lado, y tal y como se recoge en la sentencia, M.A.R.S también ha sido condenado a una pena de inhabilitación especial para cualquier profesión que conleve contacto regular y directo con menores de edad, por tiempo superior en 3 años a la pena de prisión impuesta por cada uno de los dos delitos.
La menor también recibirá una indemnización de 6.000 euros, así como la cuantía de los costes generados a causa del proceso judicial.
Por último, el tribunal le impone a M.A.R.S hasta 6 años de libertad vigilada una vez haya salido de prisión.
Los hechos
Los hechos juzgados se remontan a la madrugada del jueves 22 al viernes 23 de junio de 2021, cuando M.A.R.S, gerente de un bar en Peñasolana, agredió sexualmente a una menor de 13 años en la cocina de su establecimiento.
No fue hasta la mañana del 23 cuando la menor contó a sus progenitores lo que había ocurrido o, al menos, lo que recordaba por estar, en el momento de los hechos, bajo los efectos del alcohol.
Tal y como pudo saber Salamanca24horas en aquel momento, la niña de 13 años declaró que el hombre le dio varios vasos ,“cinco o seis”, de aguardiente.
La niña, al comenzar a sentir los efectos de las bebidas alcohólicas ingeridas, le pidió un vaso de agua, a lo que el procesado respondió que solamente se lo podía dar en la cocina, por lo que ambos entraron en la citada estancia.
Sin embargo, lo que M.A.R.S le ofreció fue un vaso en el que lo que había era más aguardiente.
Aprovechando la situación, el acusado fue bloqueando poco a poco la salida de la menor de la estancia.
Ocurrió entonces que M.A.R.S le agarró las muñecas a la niña, así como de la cintura y por la mandíbula, tocándole los genitales.
Asimismo, y según denunció la menor, el acusado le tocó los pechos por encima de la camiseta, le intentó besar pese a negarse ella e intentó llevarle sus manos a su pene, lográndolo en un primer momento.
La joven pudo escapar aprovechando que M.A.R.S había comenzado a bajarse la bragueta.
Tras huir, y una vez hubo llegado a su domicilio, su madre se la encontró en la puerta tirada y, detrás de ella, se encontraban el acusado y otra chica.
M.A.R.S explicó que, cuando iba a dejar a la otra mujer a su casa, vieron a la menor en el suelo, por lo que se preocuparon.
Ambos insistieron en ayudar a la menor metiéndola en casa, cogiéndola en brazos y dejándola en el sofá.
Además, M.A.R.S reiteró que no hacía falta bajar a la niña al hospital porque era una borrachera más, algo a lo que la madre se mostró reticente.
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