Cara a cara contra el crimen en Salamanca: la historia de tres mujeres que han hecho de su vida la lucha contra el delito

La doctora Sonsoles Castro, médico forense, M.P.G.P, agente de la Guardia Civil especialista en criminalística y Yolanda Martín, oficial de la Policía Local de Salamanca, nos acercan a su realidad laboral a través de sus testimonios

La doctora Sonsoles Castro, médico forense, M.P.G.P, agente de la Guardia Civil de criminalística y Yolanda Martín, oficial de la Policía Local de Salamanca
La doctora Sonsoles Castro, médico forense, M.P.G.P, agente de la Guardia Civil de criminalística y Yolanda Martín, oficial de la Policía Local de Salamanca

Cara a cara contra el crimen, librando su gesta en silencio sin buscar un reconocimiento público que alabe o aplauda su labor. 

En sus historiales profesionales se registran casos cuya complejidad y horror es inimaginable para el común de los mortales y sus testimonios, revestidos de vocación y valentía, desprenden una fuerza difícil de expresar con palabras. 

En las líneas que siguen se van a acercar, apenas de puntillas, a la realidad de aquellas, y aquellos, que han hecho de su vida la lucha contra la delincuencia. 

Doctora Sonsoles Castro, médico forense

Allá por mediados del siglo XVII vio la luz una obra cuyo título rezaba "Quaestiones medico-legales" y cuya autoría correspondía a un médico italiano de nombre Paolo Zacchia. 

La publicación del citado trabajo, conformado por un recopilatorio de temas médicos aplicables a la ley como la determinación de la causa de muerte o los envenenamientos, asentó las bases para el progreso de la medicina legal.

Gracias a "Quaestiones medico-legales", la medicina comenzó, de forma práctica, a colarse en los tribunales demostrando, así, que la ciencia médica era necesaria para la resolución de casos judiciales.

Cuatro siglos después de que Zacchia publicara sus estudios, la resolución de numerosos actos delictivos es inconcebible sin la intervención de la medicina legal y de aquellos que la ejercen.

Quizá por ignorancia, o bien por la inevitable influencia de las tan exitosas series policíacas, la concepción general que existe con respecto al desempeño de los forenses se reduce a la realización de autopsias sin embargo, su quehacer, va mucho más allá. 

A través de sus palabras, y guiados por la pasión que siente hacia su profesión, la doctora Sonsoles Castro, jefa de la Unidad de Patología Forense de Salamanca, nos permite asomarnos discretamente al complejo mundo de la medicina legal y forense.

Sonsoles Castro, Jefa de la unidad de Patología Forense de Salamanca
Sonsoles Castro, Jefa de la unidad de Patología Forense de Salamanca

 

"Lo que es la parte de la patología forense, en un instituto de medicina legal, es un porcentaje de trabajo mínimo. Los casos que más se tratan son los de valoración corporal y de psiquiatría forense… todo lo relacionado con la discapacidad… es una labor muy amplia”, indica la doctora; aunque, eso sí, apostilla que ella se dedica a la patología forense de manera específica. 

En el Instituto de Medicina Legal de Salamanca existe una sección de clínica y otra de patología: “somos 8 médicos forenses en Salamanca y hemos conseguido que cada uno tenga una formación específica” aunque, eso sí, “en una guardia atendemos de todo”, explica la galena.

Ahora bien, cuando se produce el hallazgo de un cuerpo, ¿Cuál es la labor de  los médicos forenses en el lugar?

“Examinar el lugar de los hechos de cara a recabar todas las pruebas que nos puedan llevar básicamente a tres conclusiones: establecer la identificación del fallecido, la data de la muerte  y  el mecanismo y las causas del fallecimiento”, señala la doctora Castro.

Al final, la labor “no solo se reduce a examinar el cadáver, sino a examinar el entorno y a recoger indicios biológicos que nos lleven a esas tres conclusiones”, apunta.

Ocurre en ocasiones que una muerte no ha sido certificada y, automáticamente, se convierte en sospechosa de criminalidad aunque, esto, no quiere decir que lo sea: “en el momento en el que nosotros establecemos, muchas veces incluso durante las diligencias del levantamiento del cadáver, que se trata de una muerte natural, la relevancia judicial ya no existe. ¿Cuándo sí existe esa relevancia judicial? Cuando, efectivamente, hay signos de muerte violenta y, estos, pueden ser de carácter homicida, suicida o accidental"  aunque “ a lo mejor no hay signos violentos de forma externa”.

Tal y como señala la galena, la diligencia del levantamiento “aporta muchísima información de cara a establecer la causa del fallecimiento. El examen del cadáver y su entorno facilitan la labor porque, hasta incluso para la data del fallecimiento,  hay datos médicos que vemos en el cadáver y datos paramédicos que observamos en el entorno. Aunque todo lo obtenido se complementa con el examen externo del cadáver en en la sala de autopsias".

"No es lo mismo orientar una muerte hacia la conclusión de que es una muerte natural haciendo una autopsia siguiendo un determinado procedimiento, a que tú tengas que hacer una muerte en la que ya hay señales de violencia tales como heridas por armas de fuego", refiere, " en el que lo que es importante cuáles son los órganos a los que ha afectado, cuál ha sido la trayectoria, cuál ha sido el orden de las lesiones... "

Una vez se ha efectuado la inspección ocular y el examen externo e interno del cuerpo, se llevan a cabo en el laboratorio los exámenes de todo lo recabado. 

"Con todo ello, se emite un informe de autopsia donde las conclusiones tienen que ir claramente orientadas a establecer la causa de la muerte, la data  de la muerte y, previamente a esas conclusiones, toda una serie de consideraciones orientadas a aclarar el hecho ante la autoridad judicial", concluye la doctora Castro.

Su trabajo es de una dureza absoluta y, con una carrera más que asentada, la doctora reconoce que lo que más le impresiona es "el caso de los niños, es inevitable... es lo peor yo creo que puedes encontrarte en mi trabajo. Y las muertes en soledad de las personas mayores, que cada vez vemos más y eso dice mucho de nosotros como sociedad".

M.P.G.P , agente especialista en criminalística

M.P.G.P, agente de la brigada de criminalística de la Guardia Civil de Salamanca y licenciada en biología, ha formado parte de los equipos que han llevado a cabo, con absoluto éxito, la investigación de muchos de los crímenes más mediáticos de los últimos años en nuestro país.

Ataviada con el característico chaleco de la benemérita, aunque sus prendas de trabajo más habituales son la bata y el EPI,  M.P.G.P nos acerca, figuradamente hablando y a través de su relato, a la escena de un crimen y al modo de proceder de los agentes de criminalística. 

 G.C de Criminalística
G.C de Criminalística

 

Ella y su equipo intervienen en el momento en el cual se ha incurrido un delito ¿Su misión? Recabar indicios durante la inspección ocular para, posteriormente, someterlos a análisis.

Ahora bien, M.P.G.P explica que aunque toda inspección ocular tenga unas características comunes en cualquier tipo de acto delictivo,  aquellas relacionadas con lugares en los que se han cometido delitos contra las personas requieren de un cuidado especial.

"Es fundamental la observación. No sabes lo que ha pasado, aunque te aporten mucha información que tienes que integrar, no puedes dejar que esta te condicione. Una vez que tú observas, ya determinas", asegura.

"Yo tengo una norma vital", explica, "lo más lógico es lo más probable, pero no te puedes dejar llevar por lo que tú crees".

El tiempo es crucial. Hay que 'perder' tiempo observando y, de hecho "normalmente la inspección ocular no se hace de una vez, se sectoriza", señala M.P.G.P.

Una vez comienza la recogida de indicios entra en juego el conocido, y estandarizado, código alfanúmerico: "tenemos que ser capaces de transmitir lo que ha pasado, lo que hemos encontrado, dónde y qué queremos estudiar de cada uno de los indicios recogidos. Tengo que ser capaz de que cuando lo leas, tú te orientes", explica la agente. 

Entrevista a mujeres agentes de la G.C de Criminalística
 Criminalística G.C

Su labor, tras la recogida y posterior análisis de los indicios, finaliza con la elaboración de un informe pericial en el que se recogen todos los resultados obtenidos.

Ahora bien, la especialista asegura que la criminalística, tal y como la conocemos hoy día, quedará obsoleta en la próxima década porque, refiere, "la IA o la biología sintética en los próximos años van a revolucionar los estudios forenses"; "tenemos que avanzar como mínimo al mismo ritmo al que avanza la delincuencia. Si no evolucionamos, los delincuentes campan a sus anchas, y eso no puede ser", sentencia. 

Su mensaje para aquellos cuya vocación sea indomable, así como la suya, es claro: “no hay nada más bonito en esta vida que tener un sueño y conseguirlo. Solamente vivimos una vez como para dejar pasar el tiempo sin haberlo intentado. Hay que estudiar, formarse... porque la formación nunca termina. Que no quede nada en el tintero". 

Lo más bonito y maraviloso de su trabajo es, en sus propias palabras, "arrojar un poco de luz donde hay oscuridad". 

Yolanda Martín, oficial de la Policía Local de Salamanca

Cuenta con 19 años de servicio a sus espaldas.

Siempre supo que quería ser policía y su sueño, como el de todo aquel cuya vocación es innata, terminó materializándose.

La andadura profesional de Yolanda Martín, oficial de la policía local de Salamanca y licenciada en trabajo social, comenzó en la unidad de motoristas, sección en la que desempeñó su trabajo durante alrededor de 7 años y, posteriormente y tras una restructuración, terminó en la sección orientada y especializada en menores, mujeres , mayores, y asuntos de salud mental, en la que lleva gran parte de su vida profesional. 

 En lo que a su trabajo respecta, explica que la realidad siempre supera a la ficción; "los primeros casos fueron muy duros. Cuando la Policía interviene es porque algo no está funcionando e intervienes en cosas muy duras. En este trabajo, en cualquier unidad que estés, te llevas trabajo para casa", explica.

Yolanda Martín Hernández, agente de la Policía Local de Salamanca
Yolanda Martín Hernández, oficial de la Policía Local de Salamanca


La unidad en la que actualmente trabaja, y en la que lleva más de diez años haciéndolo, comenzó enfocándese en la atención a los casos que tenían por víctimas a mujeres y menores; sin embargo, con el paso del tiempo, hubo que ampliarla incluyendo a las personas mayores y, finalmente, también ha habido que añadir  el aspecto de salud mental.

"La demanda de la sociedad nos hace trabajar de una manera diferente", explica.

En la jefatura de la Policía Local de Salamanca son tres las mujeres que desempeñan cargos de mando, y las tres trabajan en la misma unidad, junto a otras cuatro féminas.

Una de las piedras angulares de su trabajo es el trato directo con las víctimas de violencia de género a las que acompañan, una vez se ha interpuesto la denuncia, en todo momento; "se les da mucha privacidad, se hacen acompañamientos, traslados al juzgado o a centros de emergenecia… lo que necesiten", alega, "somos de los pocos policías que hacemos el proceso completo". 

"En el momento en el que se interpone una denuncia, se puede dar mucha más protección. Hay muchos recursos para ayudar y para proteger, desde policiales a judiciales o sociales", refiere Martín.

Sin embargo, la oficial de Policía señala que no existe ninguna varita mágica y que la Policía llega hasta donde llega "nosotros detectamos muchas situaciones y las pasamos a servicios sociales, como personas que viven solas, personas que padecen algún tipo de enfermedad mental, familias en situación de riesgo... si nuestro trabajo lo dejas aquí, no sirve de nada"; es, en conclusión, el trabajo de muchos organismos en conjunto lo que logra alcanzar la mejoría. 

Pese a la dureza del día a día, pese a la crudeza de la realidad, la vocación, prevalece.

La vocación de luchar contra el delito.

 

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