El presunto asesino del crimen de Santa Marta pidió ayuda a varios amigos: "No tengo término medio y le he pegado cuatro hostias bien dadas"

El acusado envió, además, vídeos e imágenes explícitas del cuerpo de la víctima brutalmente golpeado

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Juicio por el asesinato de una mujer en Santa Marta
Juicio por el asesinato de una mujer en Santa Marta

Poco antes de las 11:15 horas arrancaba la primera sesión del juicio por el asesinato de Y. M., acaecido en Santa Marta de Tormes en vispera del Día de Reyes en 2023.

El presunto autor del crimen, D. G., tras tomar asiento y mantener en todo momento la cabeza agachada y la mirada perdida en el suelo, ha alegado que no estaba en condiciones de declarar en primer lugar por encontrarse indispuesto producto de los nervios.

Dicho lo cual, la sala ha comenzado a escuchar el relato de los hechos.

Los hechos

El presunto asesino, D. G, solicitó los servicios de Y. M., quien ejercía la prostitución de manera puntual y a la que el acusado ya conocía por haberla contratado en ocasiones anteriores con los mismos fines.

La víctima llegó al domicilio de D. G. en torno a las 00:30 horas, localizado en el municipio salmantino de Santa Marta de Tormes. Ambos, ya en el domicilio del presunto asesino, comenzaron a consumir alcohol y diferentes sustancias, como cocaína y MDMA.

Una vez hecho lo anterior, Y. M. y D. G. iniciaron, presuntamente, un juego sexual en el que el acusado ató los brazos de la víctima, en forma de cruz, a una mesita que había en el salón de éste y, una vez hecho esto, le propinó diversos golpes, que comprendieron desde puñetazos y patadas a pisotones, en la cabeza y cuerpo de la víctima, dejándola, como resultado, prácticamente inconsciente.

Tras una golpiza de brutalidad absoluta, indican, que se prolongó durante 45 minutos, D. G. tomó una foto en la que se veía a la víctima con las piernas abiertas, así como con la cara amoratada y ensangrentada, y con los brazos en cruz.  Después, el acusado envió dicha foto y un vídeo de características similares a varios amigos, regodeándose de la acción cometida y profiriendo comentaros despectivos y despreciativos hacia la víctima.

A posteriori, D. G. llevó el cuerpo semiinconsciente de Y. M. a la bañera, sumergió la cabeza de ésta en la misma y la ahogó, extinguiendo así el hálito de vida que aún tenía la victima.

Posteriormente, arrojó varias bolsas de basura en el contenedor que había en las inmediaciones de su domicilio y, hecho esto, se dirigió al Centro de Salud, ubicado también en las proximidades del lugar de los hechos, y solicitó ayuda médica refiriendo que habla una persona inconsciente a causa de un golpe en la bañera de su casa.

Pese a los intentos de los sanitarios por salvar la vida de Y. M., nada pudieron hacer al respecto.

D.G, tras escuchar el alegato inicial del ministerio fiscal, acusación particular y el de su propia defensa, ha declinado la posibilidad de declarar en primer lugar, posponiendo así su declaración hasta el final del proceso.

Los testigos 

La sala ha acogido, en primer lugar, la declaración de la madre de la víctima por petición del abogado de la acusación particular.

Sin poder controlar las lágrimas, y muy brevemente, ha señalado que necesitaba que el juicio se celebrase para lograr superar la muerte de su hija.

Acto seguido, ha declarado la pareja de hecho de Y.M, refiriendo que hoy día, sigue sumamente afectado por los hechos que se juzgan.

Posteriormente, y oculto por un biombo, ha testificado uno de los amigos del acusado quien ha ratificado haber recibido la imagen explícita del cuerpo seminconsciente, desnudo y ensangrentado de la víctima la noche de los hechos aunque, eso sí, ha referido que no pudo verla hasta la mañana siguiente por no tener datos y, por tanto, no haber podido descargarla. 

Seguidamente, ha declarado otro de los amigos del presunto asesino quien ha asegurado haber recibido llamadas del mismo la noche de los hechos pero, al estar dormido, no las contestó. Al despertarse a la mañana siguiente, vio las llamadas y mensajes del acusado pero no le contestó, se limitó a convocar al testigo anterior  para enterarse de lo ocurrido y ambos, tras parar en una gasolinera y recargar el saldo del móvil del primer testificante, pudieron ver la foto remitida por D.G; es entonces cuando ambos acudieron al cuartel de la Guardia Civil.

En quinto lugar, la sala ha escuchado el testimonio del hombre, cuyo vínculo con el acusado el propio declarante ha descrito como relación comercial, que recibió una llamada alas 3:54 horas la noche de los hechos en la que el acusado le refirió que "estoy con una chica, he tenido problemas, ven a echarme una mano". El declarante, sin conocimiento sobre lo ocurrido, le aconsejó que llamara a la policía. A todo ello se le suma que D.G le envió al testigo vídeos en los que la víctima, grabada desde un primer plano, aparecía respirando con suma dificultad. 

El testigo, y así lo ha declarado ante el tribunal, creyó que aquellas imágenes habían sido sacadas de internet y que, por ello, no llamó a la policía tras recibirlas. 

Sin embargo, D.G le envió una serie de mensajes que no dejaban atisbo alguno de duda sobre la veracidad de las imágenes: "La cosa jodida, a ver si puede venir alguien a echarme una mano a sacar esto", "no tengo término medio y le he pegado cuatro hostias bien dadas".

El declarante refirió haber indicado al acusado que llamara a la policía a lo que, éste, respondió: "¿Y qué les cuento? ¿Que he tenido que contratar sus servicios y ponerle las pilas?"

El testigo ha indicado que creyó que D.G estaba drogado. 

Por último, han declarado dos vecinas del acusado quienes, la noche de los hechos, escucharon golpes y gritos.

La primera declarante se trataba de la vecina de abajo de D.G y ha señalado, frente al tribunal, haber escuchado un golpe fuerte sobre las 2:00 horas la noche en la que se produjo la muerte de Y.M en el domicilio del acusado, seguido por varios golpes más, que se prolongaron durante varios minutos, y que ha definido como "secuencia de golpes".

Posteriormente, escuchó cómo el acusado hablaba con alguien por teléfono. 

Por último, y concluyendo con su declaración la sesión de la mañana, ha testificado otra de las vecinas de D.G. 

Ha indicado que, la noche de los hechos y medio dormida, se sobresaltó por un fuerte golpe seco. También ha señalado haber escuchado discutir a un hombre y a una mujer y que, poco después, escuchó ruidos que ha descrito como "si alguien estuviera dando con un palo a los muebles".

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