El módulo 11 del centro penitenciario de Topas ha sido escenario de una nueva agresión por parte de un preso a un funcionario durante la tarde de este pasado sábado, 30 de abril. El interno, "ya conocido" en el centro por su agresividad, estaba siendo trasladado a la enfermería para recibir las medicinas controladas cuando comenzó a mostrarse "agitado". Una vez en el dispensario, el preso propinó una patada en el abdomen al trabajador que tenía enfrente y otros cuatro compañeros presentes recibieron arañazos y golpes por parte del preso mientras intentaban reducirle.
El delegado de CSIF en Topas, Dámaso Sampedro, explica que “nada hacía presagiar que iba a tener esa actitud. Pasó de 0 a 100 en un momento”. Además, lamenta que se haya producido la agresión y explica que “los presos pasan por estos momentos de agitación”.
Tras el desafortunado hecho, el centro penitenciario aplicó el protocolo establecido y aisló al preso hasta ver su evolución. Afortunadamente, los trabajadores no han requerido la baja laboral pese a los daños.
Por su parte, el sindicato de prisiones ‘Tu abandono me puede matar’ condena esta agresión y reitera la “falta de personal y la elevada edad, 57 años de media, de los funcionarios de vigilancia en el centro así como la condición de Agentes de la Autoridad para los trabajadores penitenciarios, un Estatuto Propio para prisiones y mejoras laborales y retributivas”. Igualmente, muestran “su apoyo” y desean “la recuperación” del funcionario agredido.
La agresión forma parte de una sucesión de varios incidentes en tan solo cuatro días
Joaquín Leyva, funcionario de prisiones y portavoz de ACAIP-UGT, denuncia que esta pelea provocada por un preso "multirreincidente" no es un "hecho aislado" y para ejemplificar esta afirmación informa de otra sucesión de incidentes originados en el mismo centro en cuestión de cuatro días. El jueves, 28 de abril, se originó en uno de los módulos una pelea multitudinaria entre los presos que requirió la intervención de los funcionarios. Tras ello, el domingo, 1 de mayo, los presos comenzaron a "chinarse" -se denomina así a la autolesión-, lo que también activó las alarmas entre los trabajadores.
Ante estos acontecimiento, Leyva reclama la "ausencia de respuesta por parte de la dirección del centro" y achaca los continuos incidentes a "querer adornar las estadísticas para no engrosar los régimenes de primer grado". "Mantienen a presos que deberían estar en primer régimen en el régimen de vida ordinaria y es contraproducente porque se dedican a alterar esos módulos", lamenta el funcionario de prisiones.