A falta de un miembro del jurado, la segunda sesión del proceso judicial contra el acusado de propinar una puñalada mortal a un joven, T.E.B., durante el Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo en el año 2022, J.A.V.S., comienza con retraso.
Tras el juicio del martes, en el que el Ministerio Fiscal, la Acusación y la Defensa lucharon por convencer al jurado popular, compuesto por nueve mujeres, de las intenciones del acusado y de si los acontecimientos ocurridos en el bar La Muralla debían ser considerados como asesinato u homicidio imprudente, el juicio de este miércoles continúa con las declaraciones de los médicos forenses, los informes de toxicología y los psicólogos criminales.
El estudio del cadáver por parte de los forenses
Con la primera intervención de dos de los médicos forenses que realizaron la autopsia del cuerpo y el informe sobre el consumo de drogas del acusado, el juicio da comienzo. En lo referente a la autopsia del cadáver, el profesional procedió a cubrir sus manos para investigar con posterioridad si habría alguna señal de enzarzamiento o indicios de intentos de defensa. Con respecto al arma, “estaba partida, la empuñadura y el filo estaban separados”, ha asegurado.
En la muestra de pruebas de la vista, la primera ha sido la sudadera que portaba la víctima, tal y como quedó después de la puñalada, abierta por el equipo forense para estudiar el caso. La segunda, la empuñadura y la hoja del cuchillo, por separado.
La camiseta, presentaba el orificio por donde pasó el filo de la navaja, entre el esternón y la clavícula izquierda. “Esa lesión penetra desde la piel, atraviesa el esternón y las estructuras vasculares, y llega hasta la cavidad plural derecha, donde se acumuló toda la sangre”, ha explicado la profesional. La misma ha asegurado que se “empleó una gran fuerza a la hora de asestar la puñalada”. Además, la diferencia de envergadura física entre la víctima y el acusado facilitó la agresión.
El cuerpo también presentaba contusiones en una de las manos de la víctima, lo que apunta a un "golpe contra una superficia dura".
Los forenses también tomaron muestras de sangre del cuerpo de la víctima. Las mismas indicaron qué sustancias y en qué cantidad presentaba T.E.B. en el momento del fallecimiento. Los resultados fueron 2,67 g/L de alcohol en sangre, cannabis y cocaína. "Se trata de una cantidad importante de presencia de alcohol en la sangre, sin embargo, la sintomatología de el afectado depende del grado de tolerancia. 2,67 en alguien que no bebe habitualmente supone un 'fuera de juego', en un bebedor habitual, es difícil concluir su estado clínico", ha aclarado uno de los médicos.
En el informe de presencia de estupefacientes de la víctima, desde el Instituto Nacional de Toxicología se concluyó que T.E.B. reafirma los resultados de los médicos forenses: 2,67 g/L de alcohol etílico en sangre, presencia de cocaína y THC, compuesto que se encuentra en la planta de cannabis. "El THC es un compuesto psicoactivo, lo que le aporta mayor 'protagonismo' a la sustancia", han declarado.
Las características del arma
Las investigaciones apuntan al arma que se muestra en el juicio: una navaja cortante solo por un lado y punzante, de un ancho máximo de 2 centímetros y con una medida mínima de longitud de 7 centímetros.
El hecho de que el filo de la navaja y la empuñadura quedaran separadas también es indicio de la fuerza que hizo el acusado a la hora de asestar la puñalada, "una fuerza capaz de romper la estructura", ha continuado explicando la forense.
El informe de consumo de estupefacientes del acusado
El acusado llegó al Hospital de Salamanca alegando dolores en la mano izquierda. Se trataba de "heridas por contusión directa" y se producen por un "mecanismo de golpe", como un puñetazo.
Los médicos forenses tomaron una muestra de cabello del acusado para concluir "qué sustancias había consumido". Son muestras que mantienen los resultados del consumo de estupefacientes de forma habitual y no en un momento concreto. En el informe aparició la presencia de cocaína, alcohol y anfetamina desde un período de tiempo de tres meses.
Profesionales del Instituto Nacional de Toxicología encargados de los informes del consumo de estupefacientes del acusado, han estado "presentes" en la vista de manera 'online', pues los dos profesionales residen en la capital madrileña. A través de un estudio de análisis en cabello para detectar "drogas de abuso", los resultados obtenidos fueron consumos repetidos de cocaína y anfetamina, tal y como ya habían concluido los médicos forenses. "Son resultados que no esclarecen si fueron consumidos en el momento concreto del crimen, pues se trata de pruebas que detectan un consumo repetido de los estupefacientes", han explicado. "No es un nivel elevado de consumo, es más bien un consumo medio, y bastante bajo en lo que respecta a la anfetamina", han concluido.
El estudio de las pruebas del crimen y las huellas localizadas
El juicio sucede con las declaraciones del Servicio de Criminalística del cuerpo de la Guardia Civil, que también se ha realizado de manera telemática. Los profesionales han emitido un informe sobre la sucesión de los hechos del crimen cometido durante la madrugada del 26 de febrero del año 2022 en el bar La Muralla del municipio mirobriguense durante el Carnaval del Toro.
El procedimiento realizado consistió en investigar dos de la pruebas: la sudadera que portaba la víctima y la hoja de la navaja utilizada en el crimen. El objetivo era comprobar si el orificio de la prenda podía ser compatible con el arma utilizada. Tras el estudio realizado, los profesionales concluyeron que ambos indicios sí tenían relación. "Encontramos fibras de la sudadera en el filo de la navaja, además de que existía compatibilidad entre las dimensiones del arma y la abertura de la prenda, aunque las pruebas se complicaron al estar el filo y la empuñadura del arma separados", ha asegurado uno de los profesionales.
Otros miembros del Servicio de Criminalística de Guardia Civil han participado también en la vista celebrada durante la mañana de este miércoles. Su trabajo consisitió en la identificación de huellas en tres vasos de plástico, dos botellines de agua y la empuñadura y la hoja del arma blanca utilizada. "Solamente se obtuvo una huella con valor identificativo en la empuñadura del arma, pero las pruebas no acreditan que la navaja estuviera en la mano del agresor", han concluido. "Sin embargo, no quiere decir que no haya sido manipulada, si no que no existen las condiciones idóneas como para poder identificar las huellas".
Una profesional del departamento de Biología del cuerpo de la Guardia Civil también ha prestado sus declaraciones en el juicio. Su labor se centró en la realización de un informe sobre el estudio de las muestras para determinar el perfil genético de las mismas y si existe presencia de sangre en ellas. La conclusión del proyecto fue que "no fue posible cotejar las huellas con el ADN, ni de la víctima, ni del acusado", ha declarado.
El acusado habla: "Yo no quería este desenlace, esto me ha arruinado la vida"
Al final del juicio, el jurado ha procedido a escuchar los testimonios del acusado, J.A.V.S., que ha explicado que se ha presentado en la vista con muletas por un accidente que tuvo en Topas al tropezar. Asegurando desde un principio que no conocía a la víctima y que mantenía una relación estrecha con una de las testigos, declara que "decidieron viajar a Ciudad Rodrigo los tres para celebrar las fechas del Carnaval del Toro".
Después de estar en la capea consumiendo bebidas alcohólicas, el acusado se desplazó junto a sus dos acompañantes al bar de La Muralla sobre las 3 de la mañana, donde sucedieron los hechos del crimen. "Yo no llevaba ninguna navaja encima", ha asegurado el acusado. Por su parte, J.A.V.S., ha confirmado que tuvo un 'roce' con dos de los clientes del bar. "Aguanté lo que pude pero no paraban de desafiarme, nos enzarzamos pero al momento me estaban pidiendo perdón", ha declarado el acusado quitando importancia a lo sucedido.
"Fue entonces cuando el dueño del bar nos echó, yo estaba en la puerta dándome un abrazo con los de la pelea y perdonándonos. Entonces fue cuando oí el sonido de la botella que alguien lanzó contra una de mis amigas", ha continuado. "Me di la vuelta y vi a T.E.B., tras haber lanzado la botella. Me empezó a retar cuando le pregunté que qué le había hecho a las chicas. Fui a hablar con él y fue cuando ocurrió la 'tragedia'", ha proseguido. "Yo no quería que todo terminase así, esto me ha arruinado la vida. Cambiaría una mano entera por borrar los últimos cinco minutos de todo lo que sucedió", ha concluido.
"No me imaginé la magnitud de lo que había pasado. Solo quería irme a casa. Fue entonces cuando llamé a mi padre, y después de pasarme toda la noche sin dormir, al día siguiente contactamos con un abogado", ha declarado el acusado.
Tras finalizar la segunda sesión del proceso judicial contra el acusado J.A.V.S., la pena queda a la espera de la decisión del jurado popular.