Casillas de Flores vela la querida figura de José Pinto, de la que todos se están despidiendo con dolor pero también recordando los grandes valores humanos que tenía el ganadero, "dispuesto siempre a echar una mano", aunque hacerlo le obligase a tener que posponer sus propias tareas, "a dejar incluso lo suyo" como explica José Montero, antes de recordar cuando le ayudó con una "novilla de parto". Es el vecino que vive junto a la casa del ganadero fallecido y que estaba reparando.
"Ha sido un palo", reconoce, al igual que hace Loli, tras destacar que la localidad está recibiendo llamadas "de toda España".
"Muy querido y muy servicial", subraya de él el pueblo, todavía sin poder asimilar su repentino fallecimiento. Ya fuera para ayudar con las labores del campo o para cualquier otra petición, José Pinto siempre estaba ahí cuando le necesitaban.
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