La Cofradía de la Vera Cruz es nuevamente la encargada de cerrar los desfiles procesionales este Domingo de Resurrección.
Así, los salmantinos podrán volver a disfrutar de la procesión de la Virgen de la Alegría, que partirá a las 10:15 horas de la Iglesia donde la Cofradía tiene establecida su sede canónica en un recorrido similar al de años anteriores. El paseo de las Úrsulas, calle Bordadores, plaza de Monterrey, calle Prior, Prado, plaza del Corrillo, calle Quintana, plaza Poeta Iglesias, calle San Pablo, Tostado, plaza de Anaya y atrio de la Catedral, son las vías por las que discurrirá un desfile en el que participan miembros de todas las cofradías integradas en la Junta de Semana Santa.
Treinta minutos más tarde, a las 10:45 horas, partirá del mismo templo la procesión de Jesús Resucitado para recorrer las calles Domínguez Berrueta, Ramón y Cajal, plaza de las Agustinas, Calle Compañía, Rúa Antigua, plaza de San Isidro, calle Libreros, Calderón de la Barca, Benedicto XVI y atrio de la Catedral, donde tendrá lugar el esperado encuentro.
Posteriormente, a las 12:45 horas dará comienzo la procesión conjunta de Resurrección, una vez ha finalizado el tradicional encuentro entre Jesús Resucitado y la Virgen de la Alegría. El itinerario será el mismo que en años anteriores. Ambos pasos, junto al Lignum Crucis y las tres Marías junto al Ángel anunciador y el sepulcro vacío, recorreránn la plaza de Anaya, Rúa Mayor, calle Quintana, plaza del Poeta Iglesias, Plaza Mayor, calle Prior, plaza de Monterrey, calle Bordadores y paseo de las Úrsulas para entrar posteriormente en la Iglesia de la Vera Cruz y, una vez han cruzado el dintel del templo, se habrá dado por finalizada la Semana Santa 2022.
EN DETALLE:
NOMBRE: Ilustre Cofradía de la Santa Cruz del Redentor y de la Purísima Concepción de la Virgen, su Madre.
AÑO DE FUNDACIÓN: 1506.
PASOS: Cruz Relicario del Lignum Crucis (1675), Virgen de la Alegría (Anónimo, S. XVIII), Las Tres Marías ante el Sepulcro Vacío (Pedro Hernández, 1617) y el Ángel anunciador y Cristo Resucitado (Alejandro Carnicero, 1726).