Salamanca es una de las provincias de España más vulnerables a la despoblación, el cambio climático y la globalización. La reducción de las precipitaciones que se prevé en España en las próximas décadas, el aumento de las temperaturas y la mayor frecuencia de las olas de calor, unidos a la despoblación y la globalización del comercio agrícola afectará especialmente a la provincia charra. Así lo determina un estudio del Observatorio Social de la Fundación “La Caixa” que asegura que en todo el territorio nacional 2.858 municipios, es decir, el 21 por ciento del país, es más vulnerable a estas variables. De hecho, todo el país se verá afectado por estos hechos, pero especialmente ciertas zonas del país entre las que se encuentra la provincia de Salamanca.
El estudio, denominado “Más allá de la ‘España vaciada’: cambio climático, despoblación y globalización en las zonas rurales” determina las debilidades de la provincia. Los investigadores han elaborado un índice socioambiental de vulnerabilidad ante el cambio climático, la despoblación y la globalización agrícola utilizando datos de 27 variables sociales y medioambientales que les ha permitido clasificar los más de 8.000 municipios españoles en uno de los siguientes cuatro clústeres territoriales: la España vaciada y económicamente marginalizada; la España que resiste económicamente, pero se seca; la España erosionada, y la España exportadora.
En la provincia salmantina, por ejemplo, las comarcas de Fuenteguinaldo y Robleda, en el sur son las que se ven más afectadas por el cambio climático. Por su parte, las comarcas de Vitigudino, Ledesma y el norte de la Armuña serían las que más sufren la despoblación mientras que la sequía se cebaría con las zonas centrales como el Campo Charro, la Sierra de Francia y las comarcas de Alba de Tormes y Peñaranda.
El estudio determina que las comarcas más vulnerables están en Castilla y León, donde el 77 por ciento de las mismas, tiene una alta vulnerabilidad al cambio climático, a la despoblación y a la globalización con respecto al resto de España. En Salamanca todas las comarcas son vulnerables, aunque dentro de las mismas hay puntos de baja vulnerabilidad, como se puede ver en uno de los gráficos que incorpora.
“El aumento de la temperatura media y una disminución de la precipitación media, una dependencia de la agricultura de secano y déficits en la disponibilidad de recursos hídricos en cantidades suficientes y de buena calidad” son las manifestaciones de la vulnerabilidad, según el documento. En cuanto a la despoblación se explica por “el envejecimiento de la población, la tasa negativa de crecimiento natural de la población, la deficiente conectividad viaria de los municipios y la escasa diversificación de la economía local”. Por último, el comercio agrícola también influye por las pérdidas económicas provocadas por la disminución de los precios pagados a los productores y por la competencia que suponen los productos importados”, concluye.
Los autores del estudio Más allá de la ‘España vaciada’: cambio climático, despoblación y globalización en las zonas rurales, del Observatorio Social de la Fundación ”la Caixa”, consideran que la adaptación al cambio climático, la mitigación de la despoblación y la defensa de las rentas agrícolas deben ir acompañadas de políticas agrícolas y de un desarrollo rural más integrado desde un punto de vista socioambiental.
«Tras este análisis, hay procesos que merece la pena seguir estudiando, como es la relación entre las olas de sequía y calor, el abandono rural, la desaparición de las explotaciones familiares, la concentración de tierras en grandes empresas, la intensificación agrícola y la desertificación», ha destacado ViIlamayor-Tomas. Y ha añadido: «Nuestro análisis alerta sobre la necesidad de revisar las ayudas de la PAC ([Política Agraria Común) desde el punto de vista de su capacidad para abordar problemas ambientales y sociales de manera integrada. El programa de incorporación de jóvenes agricultores, por ejemplo, contribuye al relevo generacional y por tanto a mitigar la despoblación, pero también promociona un modelo de explotación agrícola intensivo y mecanizado de gran escala, de dudosa capacidad adaptativa frente al cambio climático y la volatilidad de los mercados agropecuarios».
Los investigadores que han realizado el estudio son Sergio Villamayor-Tomas, Daniel Gaitán Cremaschi, Beatriz Pierri-Daunt y Leticia Santos de Lima, del Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB), y Esteve Corbera, del ICTA-UAB y de la Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats (ICREA)
El Observatorio Social de la Fundación “La Caixa” es un espacio de análisis, debate y reflexión que estudia los cambios que se producen en la sociedad y divulga el conocimiento de las ciencias sociales para favorecer el enriquecimiento del debate público informado.
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