Recuperar, restaurar, rehabilitar, volver a dar vida a aquello que no lo tenía y dar con ello oxígeno a los pueblos en la agónica lucha contra la despoblación. ‘Rehabitar’, volver a morar, en este caso, viviendas que estaban abandonadas y que son de titularidad municipal. Espacios que vuelven a tener vida. Familias que pueden quedarse a vivir en su pueblo. Se trata del programa ‘Rehabitare’ de la Junta de Castilla y León que ha permitido que, desde 2016, en Salamanca se hayan rehabilitado 64 viviendas con una inversión de 3,3 millones de euros, según los datos de la Consejería de Medio Ambiente.
Una oportunidad para recuperar patrimonio abandonado del medio rural y para las familias que tienen problemas para acceder a una vivienda, bien por ratios de renta o bien porque en muchos pueblos, aunque casi sin gente, no hay vivienda disponible para alquilar. Es el caso de Matilla de los Caños, uno de los primeros municipios salmantinos en unirse a este programa, donde el problema es la falta de vivienda para alquilar y la escasez de suelo urbanizable para construir.
María Ángeles Martín vive desde hace casi un año en la vivienda rehabilitada en Matilla de los Caños del Río. Se trata de la planta baja de la antigua casa de los maestros y fue rehabilitada en 2016. El resultado es una vivienda de 66 metros cuadrados que cuenta con vestíbulo, salón-comedor-cocina, distribuidor, tres dormitorios y baño. “Somos del pueblo y era difícil alquilar, así que es una solución que está muy bien”, asegura María Ángeles. Su familia está formada por cuatro personas y asegura estar muy contenta con esta solución. “Podemos estar en la vivienda hasta cinco años, la casa está muy bien, tiene todo lo que necesitamos y es una gran ayuda”, añade. Además, ellos son de Matilla de los Caños y su idea era quedarse en el pueblo, por lo que tener esta vivienda les ha facilitado esa tarea.
Se trata de la tercera familia que ocupa esta vivienda en Matilla de los Caños. Según la edil Pilar Sánchez, desde que se rehabilitó la vivienda en 2016 siempre ha estado ocupada. “La experiencia es genial porque das la oportunidad de tener una vivienda a una familia, y contar con ella, en un pueblo con tantos problemas para acceder a una vivienda, es muy importante”, asegura.
Peñarandilla es otro de los municipios que se han acogido a este programa. En su caso, están rehabilitando el antiguo Ayuntamiento de la localidad. Un edificio que tras trasladarse la casa consistorial a las nuevas instalaciones ha servido para reuniones, como peña y, en los últimos años, fue hogar del jubilado. Tiene dos plantas y en él se está construyendo una vivienda para poder alquilarla a jóvenes y familias del municipio.
El programa ‘Rehabitare’ ha tenido en Salamanca un total de 64 actuaciones desde 2016. Ese año fueron seis las viviendas que se rehabilitaron, siendo el 2021 el año que más proyectos se acometieron con un total de 17 actuaciones. La Junta de Castilla y León, en colaboración con los ayuntamientos, la Diputación de Salamanca o el Obispado, según cada caso, ha invertido 3.350.000 euros.
Los municipios beneficiarios del programa Rehabitare deberán tener una población inferior a los 5.000 habitantes y justificar la existencia de demanda de viviendas en alquiler a través del registro público de demandantes de viviendas de protección pública de Castilla y León. La Diputación de León prestará el apoyo y la coordinación necesaria para llevar a cabo las actuaciones y la Consejería de Fomento y Medio Ambiente será la responsable de contratar las obras de rehabilitación.
Rehabitare, ‘programa de economía circular’
El objetivo de ‘Rehabitare’ es la recuperación de aquellas viviendas de titularidad municipal que se encuentran abandonadas y cuya rehabilitación es interesante para el medio rural. Los inmuebles se ubican por lo general en los cascos urbanos, lo que permite contar con todo tipo de servicios, optimizando así las infraestructuras existentes y evitando el deterioro de un patrimonio municipal, a la vez que contribuye a la lucha contra la despoblación, a facilitar el acceso a la vivienda de quienes menos tienen, y fomenta la obra pública y el empleo en el medio rural.
La Consejería de Fomento y Medio Ambiente firma convenios con la propiedad –inicialmente fueron los ayuntamientos y posteriormente se sumaron también los obispados- que permiten a la Junta rehabilitar los inmuebles para destinarlos al alquiler social e integrarse en el parque público de viviendas de la Comunidad de Castilla y León.
Posteriormente son los ayuntamientos quienes determinan el precio del alquiler, que no podrá exceder la tercera parte de los ingresos de la unidad arrendataria, ni el límite de 2 euros el metro cuadrado, así como las personas que ocuparán las viviendas en función de las necesidades de cada municipio, teniendo preferencia los colectivos de especial protección que figuran en la ley del derecho a la vivienda de Castilla y León, con prioridad a los jóvenes para promover su emancipación, a las víctimas de violencia de género, a las personas objeto de desahucio de su vivienda habitual y a las personas sin hogar.
El programa Rehabitare forma parte del Programa de Vivienda Social en Castilla y León, cuyas líneas maestras son fruto del Diálogo Social y cuya finalidad última es el fomento del alquiler para las familias y personas más necesitadas y contribuir a fijar población en el medio rural.