Miguel de Cervantes Saavedra, uno de los autores más reconocidos, a posteriori, por casi todas sus obras. Podríamos hablar sobre El Quijote y sus intrépidas aventuras, además de su especial dedicatoria a los duques de Béjar. Especial, sí, pero por la intrahistoria y la eterna deuda que dejó el nombre textil al buen escritor alcalaíno.
Pero Cervantes es mucho más que el famoso caballero de Castilla-La Mancha. Cervantes ha sido narrativa pura, buen conocedor del lector sin que este lo sepa y, de alguna forma, ha estado ligado a Salamanca.
Sin ir más lejos, y con el desconocimiento por la atemporalidad que transcurre entre la época cervantina y la moderna, ‘La Galatea’, que tuvo que echar el cierre hace poco tiempo, y cuyo nombre como el mundo sabe, es el de una de las obras maestras del bueno de Miguel.
Es turno de hablar de Pedro y Diego, de apellidos Rincón y Cortado, respectivamente, pero para los siglos de siglos, “Rinconete y Cortadillo”. A pesar de transcurrir la historia en Sevilla, narrando la pobreza del siglo XVI en algunos barrios, existe un pueblo charro que aparece en él.
En otras ocasiones, se ha hablado sobre cómo el franquismo sacudió a algunas familias, fusilando la vida inocente del pensar diferente en el cementerio de Salamanca, pero toca hablar sobre algo más agradable.
Y en todo pueblo hay leyendas, historias que pasan de padres a hijos, de generación en generación, algunas cambian de estructura con el tiempo, otras se modifican como teléfono escacharrado, pero en este caso, se cuenta con total nitidez por las pruebas existentes en forma de letras.
“Yo nací en el piadoso, lugar puesto entre Salamanca y Medina del Campo”
“El piadoso”, para los pedroseños mal transcrito, y todo tiene un por qué, y es que existe una versión del libro que narra como uno de los personajes nació en este pueblo. Si hemos leído alguna versión de este escrito, encontraríamos la frase: “Yo nací en el piadoso, lugar puesto entre Salamanca y Medina del Campo”.
Viajaremos hasta “Novelas Ejemplares de Miguel de Cervantes”, de Ediciones Maisal, donde viene claramente el pueblo del que hablaremos de la provincia de Salamanca, El Pedroso de la Armuña, siempre con el artículo delante, como dicen los paisanos.
“Rinconete y Cortadillo” explica como el segundo de ellos nació en un pueblo entre Salamanca y Medina del Campo, podría ser Cantalpino, Espino de la Orbada o Cañizal, pero no, hablamos de El Pedroso de la Armuña, y como viene en el ejemplar que ha facilitado a SALAMANCA24HORAS, María Inés Salgado.
Pero… ¿Por qué eligió Cervantes este pueblo de La Armuña?
La leyenda de la localidad cuenta que Cervantes, en uno de sus viajes por las tierras salmantinas, tuvo que hacer noche. En pro de buscar un lugar seguro en el que dormir, eligió El Pedroso de la Armuña, una de sus posadas, para concretar más. Aún se desconoce el por qué absoluto, ya sea por todas las posadas donde se alojó entre Salamanca y Medina del Campo, que ya sea por recordarlo para siempre, o porque tuvo una historia hermosa vivida allí, quiso dejar todo esto plasmado en “Rinconete y Cortadillo”.
Y es que sea una historia inventada o no, la prueba está ahí, de que El Pedroso de la Armuña puede narrar y gritar con orgullo que siempre será recordado, en esa edición al menos, por aparecer en una de las obras de la literatura hispánica y universal más estudiadas.
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