La nueva vida de la basura de Salamanca: de restos orgánicos a energía eléctrica

El CTR de Gomecello convierte la materia en compost y biogás que sirve para abastecer de electricidad a la propia planta

Biometanización en el CTR de Gomecello
Biometanización en el CTR de Gomecello

Separar plástico, vidrio o cartón. Reciclar. La economía circular aboga por un modelo de consumo responsable, en el que se alarga el ciclo productivo de los productos y el aprovechamiento. Sin embargo, ¿qué hacemos con la basura que ya no se puede reciclar más?  Desde que en el año 2007 abrió sus puertas el Centro de Tratamiento de Residuos de Gomecello son muchas las toneladas de basura que se han tratado en las instalaciones. Más de 133.000 al año de las que en el CTR todavía se recuperan materiales que no han sido reciclados antes de llegar al contenedor gris. Sin embargo, esa basura que queda todavía tiene otra vida.

A partir de la descomposición de materia orgánica se pueden obtener otros productos. Un aprovechamiento que permite apostar por las energías renovables. Es el caso del biogás, un gas combustible que se produce de la descomposición de la materia orgánica que puede transformarse en energía. Un sistema que se aplica en el CTR de Gomecello, gestionado por la Diputación de Salamanca, que permite que sus instalaciones consuman la energía que producen a partir de los residuos orgánicos que reciben.  

El CTR aprovecha la materia orgánica que llega de toda la provincia a través de dos recorridos, uno para producir compost y otro para producir energía mediante un proceso denominado biometanización. Se trata de un proceso biológico que permite que, gracias a la ausencia de oxígeno, los microorganismos transforman la fracción más degradable de la materia orgánica en biogás. En el CTR de Gomecello se logra con un digestor (un contenedor hermético con las condiciones adecuadas para la biometanización) que se usa para obtener energía eléctrica.

Gasómetro, antorcha y digestor
Gasómetro, antorcha y digestor en el CTR de Gomecello 

Con esta energía que se genera de los restos orgánicos se nutren las instalaciones de la planta. El excedente se vierte en la red eléctrica para su venta, de modo que toda la energía que produce este sistema se aprovecha.

En cuanto al compost que también se produce en el CTR, este se realiza gracias a unos túneles provocan las condiciones forzadas para hacer una fermentación lo más rápida posible para estabilizar cuanto antes la materia orgánica y que no produzca olores ni lixiviados. Posteriormente, es madurado en una nave en la que se almacena y toma las condiciones finales. No obstante, antes debe pasar por un sistema óptico de inteligencia artificial que se encarga de separar el vidrio de ese compost, del que se obtienen “cantidades importantísimas” porque “hay una selección poco cuidada en Salamanca provincia y sobre todo ciudad en la separación del vidrio”, constata el gerente. El producto final es el compost limpio, que se usa en las tierras del entorno.

Próximamente, el centro incorporará una nueva nave prevista en el contrato para tratar la materia orgánica que ya venga separada por los usuarios. El contenedor marrón, ya en funcionamiento en una parte de Santa Marta, será una obligación que deban cumplir todos los ayuntamientos. Llegado el momento, el CTR estará preparado para gestionarse y tratarse en otra instalación para que pueda pasar directamente a la parte bio.

vista aérea instalaciones CTR
Vista aérea instalaciones CTR

 

Otras novedades del área de Medio Ambiente de la Diputación

Una preocupación por la sostenibilidad, la eficiencia y la energía renovable que se está manifestando también en otras áreas del departamento de Medio Ambiente de la Diputación de Salamanca. Es el caso de la mejora del servicio de recogida selectiva de la provincia con la implantación de sensores inteligentes en los contenedores de reciclaje.

El objetivo de esta iniciativa es ofrecer a los municipios un servicio de recogida “a la carta” que beneficiará sobre todo a los más pequeños. La instalación de estos sensores permitirá que conocer el estado de llenado de los contenedores de vidrio, cartón y envases y planificar por tanto las rutas de recogida. De momento se van a poner 350 sensores, pero el objetivo es llegar a los 750, lo que supondrá que el 20 por ciento de los contenedores de la provincia contarán con este sistema.

Otro de los proyectos puestos en marcha por el área de Medio Ambiente de la Diputación es “Arbolar”, que ha permitido que muchos ayuntamientos de la provincia realicen plantaciones de frutales con el fin de recuperar parcelas e incrementar la biodiversidad de los pueblos. El programa de este año prevé plantar 1.400 árboles.  Una concienciación por la protección del entorno que también se lleva a los pueblos en formato teatro familiar con “Cuentos por el planeta”, que está llevando a diversos municipios actuaciones dirigidas a las familias y al público infantil dos obras representadas por Kamaru Teatro para enseñar a los niños cómo cuidar y proteger nuestro entorno.

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