El jurado del XXII Premio de la Crítica de Castilla y León, convocado por la Junta de Castilla y León a través del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, ha anunciado este miércoles en el Palacio de la Isla de Burgos un fallo histórico al conceder el galardón de forma compartida a dos obras de géneros distintos. La novela ‘Arde la sangre’ (Menoscuarto), del vallisoletano Rubén Abella, y el poemario ‘Tampoco yo soy un robot’ (Vaso Roto), de la palentina Amalia Iglesias, han sido reconocidos por su calidad literaria y su abordaje de temáticas contemporáneas.
La viceconsejera de Acción Cultural y presidenta del Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, Mar Sancho, fue la encargada de comunicar la decisión del jurado, integrado por periodistas y críticos literarios, al término de sus deliberaciones. Sancho destacó "la calidad de la cosecha literaria del año 2024 en Castilla y León, con un elevado nivel en los libros finalistas, lo que ha dificultado la decisión del jurado".
Asimismo, resaltó la convivencia de "varias generaciones de escritores castellanos y leoneses de referencia tanto en el ámbito nacional como internacional" y el "buen hacer de las editoriales de Castilla y León", subrayando que uno de los libros ganadores ha sido publicado por la editorial palentina Menoscuarto.
La decisión de otorgar el premio ex aequo subraya la excelencia de ambas obras, que desde sus respectivos géneros, la novela y la poesía, exploran temas de actualidad como la contraposición entre lo urbano y lo rural y la inquietud ante el avance de la inteligencia artificial.
Las obras premiadas:
- -'Arde la sangre' (Menoscuarto), de Rubén Abella: La novela del autor vallisoletano construye un mosaico de testimonios en torno a los acontecimientos que vivió una familia en un pueblo de León en el verano de 1985. A través de diversas voces, incluyendo declaraciones judiciales, Abella desentraña una verdad familiar, mostrando su habilidad para ensamblar diferentes relatos en una estructura coherente.
- -'Tampoco yo soy un robot' (Vaso Roto), de Amalia Iglesias: El poemario de la escritora palentina se erige como una defensa de la palabra y la humanidad frente a la deshumanización y la inteligencia artificial. Con una voz poética consolidada, Iglesias reflexiona sobre las incertidumbres de nuestro tiempo, reivindicando el arte y la poesía como herramientas esenciales.
Además de los ganadores, el jurado destacó la calidad de los otros finalistas, pertenecientes a diversos géneros: 'Las brujas de Zarapayas' (DIputación Provincial de Salamanca) de Daniel Cruz Sagredo, 'La belleza de lo bienaventurado' de Asunción Escribano, 'Parque temático' de Luciano García Lorenzo, 'Ropa tendida' de Óscar García Sierra, 'Relatos de la Celtiberia' de Hernán Ruiz, 'Laberinto mar' de Noemi Sabugal, 'El que menos sabe' de Tomás Sánchez Santiago y 'La hora del abejorro' de Ángela Segovia.
El Premio de la Crítica de Castilla y León se entregará el sábado 7 de junio en el Círculo de Recreo de Valladolid, en el marco de la 58ª Feria del Libro de Valladolid. El Instituto Castellano y Leonés de la Lengua ha promovido la difusión de los libros finalistas en librerías y bibliotecas de la región, buscando acercar estas obras al público.
Con veintidós ediciones a sus espaldas, el Premio de la Crítica de Castilla y León se ha consolidado como un referente en el panorama literario español, sirviendo de plataforma para dar a conocer y promocionar la obra de escritores vinculados a la comunidad, tanto consagrados como emergentes.
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