Ricardo Martín Becerro es el alcalde de gestionar una localidad de la provincia de Salamanca que alberga tan sólo once habitantes permanentes. Se trata de Cilleros de la Bastida y asegura, entre risas, que dirigirlo es incluso "más complicado que hacerlo en un pueblo con más gente, pues no siempre llueve a gusto de todos".
Curioso cuanto menos, la mujer más joven que habita en la localidad tiene 51 años, pues ni siquiera el propio regidor reside de manera permanente en el municipio. Es el caso de Belén Becerro, la madre de Ricardo. Aunque estuvo un tiempo fuera, ya lleva 31 años en Cilleros y se dedica a la ganadería.
La poca afluencia dentro del municipio hace que el propio pueblo no cuenta con colegios, supermercados, o bares. "Existe un local que gestionan los del pueblo, pero nada más", ha añadido. Belén por su parte ha explicado que las compras de necesidad básica se adquieren a través de "vendedores ambulantes que de vez en cuando se pasan por aquí". Para cuestiones de mayor importancia, como acudir a la farmacia o al centro de salud, deben desplazarse hasta Tamames, que es el pueblo más cercano.
Ante la situación, el alcalde ha asegurado que se quiere adherir a la ayuda que la Diputación de Salamanca ha planteado para aquellos municipios de Salamanca que no cuentan con un bar. "Un bar da vida al pueblo y atrae a la gente", ha declarado.
Y es que, aunque la localidad goza de algunas visitas, sobre todo en la época de verano, por parte de senderistas, excursionistas y ciclistas que quieren descubrir las vistas que brindan 'Las Quilamas', lo cierto es que Cilleros de la Bastiada no cuenta con ningún tipo de hotel o casa rural para dar alojamiento a los visitantes. "Hay dos señores que no suelen estar en el pueblo y alquilan sus casas", ha continuado el regidor.
Ante la "grave" situación del pueblo, Martín Becerro ha asegurado que el mismo "acabará cayendo por su propio pie". No existe relevo generacional porque "no hay juventud y no quieren venir porque no hay opciones laborales". "Nos quedaremos cuatro", ha concluido. Belén ha finzaliado aclarando que "el pueblo se acabará muriendo, convirtiéndose en un pueblo fantasma o quedará para fines de tursimo rural. No hay solución", ha continuado, "si vienes a aquí solo te puedes dedicar al campo, y ahora mismo es algo insostenible".
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