Venerada en toda la Sierra de Francia, “La Morenita”, como se conoce a la Virgen de la Peña de Francia, reina desde los 1.727 metros de altitud del risco. Pero esta virgen, descubierta por Simón Vela en 1434, no siempre estuvo en el santuario. De hecho, estuvo durante casi 20 años desaparecida. Un robo el 17 de agosto de 1872 hizo que se le perdiera la pista a la bella y original imagen, que apareció “por arte de gracia”, para volver al santuario con toda la pompa.
Un suceso que fue recogido por los diarios de la época que narraban el acontecimiento con gran pesar. El ‘Federal Salmantino’ recogía la noticia del robo en 1872. Aseguraba el diario que: “En la semana que acaba de transcurrir ha sido robada esta virgen, en toda la sierra venerada y cuya posesión ha sido objeto de frecuentes dispuestas entre los pueblos que constituyen el partido judicial de Sequeros en esta provincia y aun de los obispos de Ávila, Plasencia, Coria y Salamanca”.
Añade la crónica que los pueblos “que con más empeño se han disputado su posesión han sido la Alberca, Miranda y Sequeros, habiendo llegado en varias ocasiones a usar del derecho de la fuerza sus habitantes”.
Las disputas entre los pueblos habían terminado. Cuando la virgen se colocó en la Peña de Francia. Asegura que cronista que “en una de estas últimas noches se presentaron cuatro hombres revólver en mano e intimidando al ermitaño se apoderaron de la virgen”. El periódico concluye asegurando que “es de temer un grave conflicto con este motivo, pues reina en toda la Sierra una grande alarma”.
En cuanto a la recuperación de la imagen, el diario ‘La Provincia’ asegura en septiembre de 1890 que en pocos días tendría lugar el santuario de Nuestra Señora de la Peña de Francia “solemnes y pomposas fiestas en honor a la Virgen, cuya imagen sagrada hicieron desaparecer sacrílegos cacos hace 18 años de la ermita en que se veneraba”. El diario va más allá y asegura que “las inquisitivas judiciales practicadas, fueron en absoluto infructuosas, pues ni los criminales parecieron, ni por entonces pareció la Santa Efigie robada. Así las cosas, por el juez instructor se dictó auto de sobreseimiento provisional en aquella causa, dado que a pesar de un largo y prolijo diligenciado, no se pudieron correr los velos del misterioso delito”.
Ante eso, se preguntan si con el hallazgo de la imagen se han abierto de nuevo las instrucciones sumariales en el juzgado de Sequeros, si el fiscal ha pedido la continuidad del proceso y cómo no se ha llevado la imagen al juzgado ya que “ella representa el cuerpo del delito”. También se preguntan quien entró la imagen al obispo y si esta persona ha prestado declaración ante el juzgado de “cómo, cuando y en qué manera fue a su poder la imagen aparecida”. El periódico pide que a pesar de haber aparecido la imagen “los delincuentes sufran el merecido castigo y a que la ley con todo su rigor caiga sobre los culpables de tal atroz maldad”.
Para su llegada de nuevo al Santuario se organizó una auténtica fiesta
Los diarios anunciaban el regreso de la imagen, eso sí, una imagen con sorpresa. ‘El Fomento’ aseguraba en su edición del 20 de agosto de 1890 que ya estaba en manso del obispo la imagen “que ha de ser instalada en el templo de la Peña de Francia. Es obra del laureado escultor José Alcoberro, de Madrid”. Pero ¿por qué una imagen nueva? Porque la original apareció 20 años después muy dañada. Así, el encargo al escultor era “presentar a los fieles una imagen que tuviese el parecido posible con la antigua, si bien más perfecta, pues eran toscas en extremo las formas de la efigie robada, y que albergase en su interior los restos rescatados de la misma”. Así, la imagen de la Virgen de la Peña de Francia tiene “una abertura magistralmente practicada en el pecho a semejanza de corazón, pueden los fieles contemplar a través de un cristal los expresados restos”. Añade el diario que “estos se ven además en su totalidad por la parte de la espalda, en la cual hay una puertecita, que tiene la correspondiente cerradura, la que será sellada, conservándose siempre la llave en poder del Excmo. E Ilmo. Sr. Obispo de la Diócesis”.
La Virgen descubierta por Simón Vela tras 700 años oculta
La Virgen de la Peña de Francia es una talla antiquísima tanto que, en el año 711, cuando los musulmanes invaden los territorios de la sierra salmantina, que se denominaría después de Francia porque muchos de los visigodos que allí se ocultaron eran franceses, los cristianos esconden las imágenes religiosas para protegerlas. Relata ‘La Semana Católica de Salamanca” recoge que “temiendo los piadosos monjes, vistas las ventajas de los moros, que su preciada virgen iba a ser destrozada por el furor de los musulmanes, la escondieron cuidadosamente en lo más oculto e inaccesible de la montaña, cubriendo el escondite con una enorme losa”.
Allí estuvo hasta que un francés, Simón Roland, en 1427 “le fue revelado que en la Sierra de Francia se hallaba enterrada una imagen de la Virgen”. Buscó el tesoro hasta dar con el en 1434, cuando encuentra la imagen y cambió su nombre a Simón Vela, ya que aseguraba que escuchaba con frecuencia “Vela, Simón, vela y no duermas”. El hallazgo hizo que se levantara el convento de la Peña de Francia, cuya concesión, realizada por el rey Juan II en 1436, fue para la orden dominica.