Ante las adversidades, los servicios de emergencias siempre se han mantenido unidos en bloque mostrando fortaleza y hermandad. La mañana del jueves, 20 de junio, ha empezado fuerte en los Juzgados de Salamanca. Como adelantaba SALAMANCA24HORAS, los bomberos del parque de Villares se han mantenido firmes ante la denuncia realizada a la Diputación de Salamanca para ser considerados trabajadores de la Salina.
Se vienen días de incertidumbre para los trabajadores de Demontes, la empresa que se encarga de regular los salarios de los bomberos, de la contratación y de la estancia en el propio parque de bomberos de Villares, además de Ciudad Rodrigo.
Las pruebas se han intercambiado entre ambas partes, por un lado, el letrado defensor de los trabajadores por servicios públicos de la provincia, y por otro, los abogados de la Diputación de Salamanca y de la propia empresa.
Primeramente, se ha querido demostrar, cómo es lógico, que estos trabajadores pertenecientes a Demontes, han recibido órdenes en algún momento de la propia Diputación de Salamanca para realizar cualquier tipo de actuación en la región charra. Algo que se demostrará o no con las supuestas evidencias remitidas por ambas partes, y que queda aún colgando de un hilo.
Otro de los puntos fuertes del juicio ha sido el de los materiales utilizados para poder realizar cualquier intervención, del que es titular la Salina como han sido los vehículos o la propia vestimenta utilizada en cualquier emergencia. Eso sí, también ha quedado claro que el ropaje utilizado en el parque de Villares, es competencia de Demontes.
Los años se han sucedido varias veces durante el propio juicio. La empresa actual lleva trabajando mano a mano con la Diputación, por contrato, desde 2001, y hasta la actualidad y después de 23 años, los cargos se han ido sucediendo, así como añadiendo funcionarios desde 2019.
La eterna lucha que se ha ido dando, se verá también reflejada en saber si se han seguido instrucciones directas o no por parte de la Diputación de Salamanca con el parque de bomberos de Villares. Al fin y al cabo, se tendrá que ver si se han dado por parte de la Salina, o por parte de Demontes.
Trabajadores, instituciones públicas y empresas privadas. Como en todo juicio, tanto el demandante como el demandado defenderán lo que consideren que es cierto. Algo normal, y aquí se tendrá que demostrar quién tiene razón, quién no la tiene y, por supuesto, qué futuro depara a los más de 30 bomberos que han puesto la denuncia.
Testigos, contratos, miles de hojas, correos… una auténtica mezcla que se unirá entre sí para conocer finalmente quién tiene razón, o simplemente, saber qué será de los empleados que han prestado servicio público a toda la provincia de la capital del Tormes.
Se tendrá que saber también quién regulaba los horarios, a los jefes de servicios, quién iba a trabajar, las vacaciones… todo lo relacionado con las condiciones laborales del centro neurálgico de emergencias de la región salmantina. Todo con pruebas que se tendrán que revisar.
Javier Calzadilla, abogado de los demandantes, ha sido muy claro tras el juicio: “Tenemos una sensación satisfactoria ya que se ha presentado abundante prueba, testigos y apoyo legal del representante de Demontes”. Una vez presentado todo esto: “Hay una voluminosa documentación que vamos a tener ocasión de estudiar para presentar las conclusiones el viernes, 28 de junio”. Juicio visto, pero no para sentencia.