Castañas y juegos de antaño tomaron la noche del viernes la Plaza Mayor y convirtieron la tradicional castañada en el punto de encuentro intergeneracional.
Desde bebés a mayores pasaron por el espacio habilitado por la compañía salmantina ?Asadina? para recordar en unos casos, y contar en otros, de dónde venía la tradición de asar castañas. Antiguas vasijas de barro para asar las castañas a la lumbre, fuelles o romanas sirvieron para rememorar otros tiempos en los que las castañas servían de moneda de cambio.
Antes de que anocheciera, juegos tradicionales se convirtieron, desde las 17,30 horas, en el ?aperitivo? para la castañada. Desde ?juegos de ranas? donde las monedas se transformaron en castañas a partidas de hockey-castaña, todo servía para que los más pequeños se familiarizaran con este fruto seco.
Mientras tanto, los castañeros y castañeras, perfectamente ataviados comenzaron, con la ayuda de la concejala de Cultura, Mª Jesús Moro Tejedor, el reparto de las castañas que ya asadas sirvieron para calentar las manos y llenar los estómagos más golosos.
En perfecta armonía, los cientos de personas que ocupaban la plaza comenzaron a formar una fila en la que se esperaba el turno de recoger los deliciosos frutos. En una noche que no era excesivamente fría, los pequeños continuaron con los juegos mientras los mayores degustaban los casi 200 kilos de castañas que se asaron en dos grandes bidones metálicos especialmente habilitados para ello y que este año se repartieron en unas bolsas especiales que contaban con un apartado especial para la recogida de las cáscaras.