Un futuro sin residuos agrícolas ni escombros en la provincia

Desde La Salina valoran ya terminar con los problemas que genera el sector primario y los arreglos menores en viviendas o locales
 

 Un futuro sin residuos agrícolas ni escombros en la provincia
Un futuro sin residuos agrícolas ni escombros en la provincia

Los datos son tozudos y no mienten. La estadística habla bien del trabajo que realiza la Diputación en materia de reciclaje e indican que la concienciación va a más en Salamanca, un hecho palpable, además, cada vez que desde La Salina se da un nuevo paso adelante.

Sucedió con los residuos voluminosos, el último gran acierto. El servicio comenzó a prestarse en el año 2014 para intentar mitigar una situación “convertida en un gran problema para los pueblos y origen de muchos vertederos ilegales que terminaban degradando la zona hasta límites increíbles”. Aquel año se legó a las 2,7 toneladas. 12 meses después el incremento había sido espectacular. En ese primer ejercicio completo se rozaron las 42 toneladas de voluminosos recogidos. El crecimiento exponencial volvió a darse en 2016 al llegar a las 72 toneladas, lo que da la medida de lo mucho que se necesitaba algo así.

Los Ayuntamientos a los que la Diputación presta este servicio llaman a la empresa concesionaria cuando llenan un camión e inmediatamente se les retira. “Los pueblos están muy contentos con este servicio”, remarca el concejal apoyándose en unos datos que refrendan sus palabras.

Visto ese éxito, desde la delegación provincial de Medio Ambiente se barajan ya otras posibilidades que podrían ser realidad más pronto que tarde. La más novedosa, la recogida de electrodomésticos y aparatos eléctricos, un servicio que ya se está empezando a ver gracias a la cooperativa PorSiete, especializada en reciclaje de ropa, textil y calzado para darle una segunda vida. Coincidiendo con la celebración de su décimo aniversario anunciaron ya la puesta en marcha de ese servicio. La cooperativa trabaja con varios ayuntamientos salmantinos, incluido el de la capital.

Otra de las prioridades para la Diputación es poner coto a la proliferación de plásticos agrícolas. En una provincia como Salamanca, en la que el peso del sector primario es importantísimo, es bastante usual toparse con cuerdas o restos de sacos “que vuelan a cualquier sitio”.

Desde La Salina la solución está ya sobre la mesa y parece sencilla. Consistiría en poner cerca de zonas de cultivo recipientes de grandes dimensiones -que bien podrían ser enormes sacos- para que agricultores y ganaderos depositaran allí sus residuos. Una vez llenos, y al igual que sucede con los contenedores, se procedería a la recogida. 

La última idea que los técnicos están calibrando tiene que ver con los escombros de pequeñas obras. A falta de definir con claridad ese límite que separa la obra menor de la importante, desde la Diputación tienen claro que cuando el volumen de esos escombros no sea suficiente para llevar un contenedor o un camión, ahí han de estar para recogérselo. 

Que todas estas ideas fragüen parece solo cuestión de tiempo.

 

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