Desgraciadamente, el negro es ahora el color predominante en la sierra de Salamanca. Atrás quedaron los días donde el verde reinaba sobre la ladera y cabras montesas, corzos, ardillas y reptiles vivían felizmente en el espacio natural de Las Batuecas. Actualmente, el panorama que puede apreciarse en la zona es muy distinto y solo nos queda pensar en el valor de lo perdido.
La provincia salmantina ‘respira’ tras unas semanas complicadas a causa del fuego. Hace 19 días, casi de manera simultánea, varios graves incendios forestales eran declarados por distintas causas. Dos de ellos, en Candelario y Miranda del Castañar, fueron provocados por los rayos antes de las 17 horas con apenas 13 minutos de diferencia y ambos alcanzaron el nivel uno en sus peores momentos. El tercero, el más preocupante, ‘saltó’ desde Extremadura hasta el término municipal de Monsagro tras haberse declarado en la localidad cacereña del Ladrillar.
Expertos han asegurado en los últimos días, que uno de los factores fundamentales del origen del los incendios han sido "las altísimas temperaturas". Este es el caso del catedrático de Zoología de la Universidad de Salamanca, Miguel Lizana Avia: “Está demostrado por los meteorólogos que, desde hace ya tiempo, cuando se alcanzan temperaturas tan altas, a poco que haya viento la probabilidad de que surja un incendio es muy grande”. El mismo explica que la despoblación también es clave: “la falta de zonas de cultivo y que no hay tanto ganado como antes hacen que el matorral de esos espacios crezca y se originen ahí los incendios. Si es un fuego importante, arrasa con el ecosistema, la vegetación, el arbolado, los microorganismos del suelo y, por lo tanto, también afecta al agua, al aire, etc”.
“Algunos de los pinos altos que se han quemado tenían nidos de aves rapaces"
El incendio de Monsagro ha calcinado, según las estimaciones de Copernicus casi 9.000 hectáreas entre la comarca de Ciudad Rodrigo y la Sierra de Francia, incluyendo zonas del parque natural de Las Batuecas, reserva de la biosfera. “En estos grandes incendios, aparte de quemarse la vegetación, se acaba con muchas de las presas o del alimento que puede tener después la fauna”, expone Lizana.
Igualmente, el biólogo indica que en los incendios los insectos la mayor parte de ellos desaparecen y que, al faltar especies de base, afecta a los distintos niveles de las cadenas tróficas alimentarias: “Allí, todo lo que no puede escapar se abrasa. Casi todos los pequeños mamíferos o reptiles mueren en los incendios masivamente. Se necesita un tiempo para que esas poblaciones se recuperen”. Del mismo modo, el experto muestra su preocupación ante el impacto que ha podido tener el grave incendio en los buitres negros: “Algunos de los pinos altos que se han quemado tenían nidos de aves rapaces. Afortunadamente, ya en esta época los pollos probablemente estarían volado. Sin embargo, si les hubiera pillado en una fase más temprana, donde lo que había en los nidos eran huevos, se hubiera perdido toda la descendencia”. Aunque, Lizana añade que “todavía no se ha hecho ningún estudio al respecto y es difícil saber realmente como ha afectado a las especies”.
Contaminación fluvial
Otro de los elementos a tener en cuenta es la contaminación fluvial. El biólogo declara que las lluvias posteriores a los incendios arrastran la tierra y las cenizas a arroyos y ríos, contaminándolos. De la misma manera, Lizana explica que se ha visto como la reproducción de peces y anfibios va disminuyendo hasta que no se limpian otra vez. Una de las especies que podría haberse visto afectada por este motivo en el Parque Natural de las Batuecas comenta que es la colmilleja del Alagón.
Lagartija Batueca
Por otro lado, Lizana afirma que otra de las especies que ha podido verse afectada por el incendio de la provincia de Salamanca es la lagartija de la peña de Francia, también conocida como lagartija batueca: “Se trata del único endemismo de Castilla y León, solamente vive en las zonas altas de la Sierra de Francia. Se descubrió hace 25 años aproximadamente y la hemos estudiado a fondo en dos ocasiones, en el 2008 y en el 2018, debido a que la Junta nos pidió un informe sobre su situación. Está considerada en peligro crítico de extinción, una categoría muy alta por la UICN. Es una especie prioritaria a la que hay que intentar proteger lo máximo posible. Vive en un área de 20 metros cuadrados ligada a los canchales, grandes afloramientos de roca que existen por toda la sierra, donde las poblaciones conservan cierta humedad para criar a sus presas”, asegura el biólogo.
Igualmente, el experto apunta que en el último estudio realizado observaron 20 poblaciones desconectadas entre sí “con unos 1500 individuos”. Lizana añade que una de las causas principales de amenaza para esta especie son los incendios, porque donde habita está rodeada de robledales y de pinares: "Es muy vulnerable, ya que puede llegar a desaparecer y extinguirse”. Sin embargo, el biólogo espera que las llamas no hayan afectado a estos reptiles, ya que viven en zonas rocosas.
Medidas para la mejora del hábitat
Por último, Miguel Lizana, manifiesta que, una vez el incendio esté controlado, “es necesario estudiar a fondo lo que ha pasado y tomar medidas para la mejora del hábitat, para que las distintas especies tengan más probabilidades de supervivencia. En Castilla y León no podemos permitirnos perder todos los años 30, 40 o 50 hectáreas de bosque, porque al final nos quedaremos sin nada. Esto que ha pasado este año va a ser lo normal, como no se tomen medidas mucho más frías de todo tipo va a haber incendios muy graves cada temporada”.
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